Beatriz García Marín prepara los trajes de la cena de gala en la Cumbre de la OTAN

Madrid

Beatriz García Marín es la encargada de vigilar la vestimenta del servicio en la cena de gala de la Cumbre de la OTAN. García, nacida en Jaén, es la jefa de sastrería del Palacio Real desde hace 32 años. En este tiempo, la sastra más longeva de la Casa Real ha solucionado todo tipo de altercados relacionados con los trajes de altos mandatarios: desde botones descosidos, a escotes desbocados o manchas en corbatas. García Marín, en concreto, ha destacado en una entrevista en Hoy por Hoy una mancha en la corbata del Rey Emérito que tuvo que limpiar hace años. "Estaba más nerviosa que otras veces", ha asegurado.

Uno de los días más importantes dentro de la agenda de la Cumbre de la OTAN, el día de la cena de gala en Palacio Real, la sastra ha dedicado unos minutos a hablar con Àngels Barceló sobre los preparativos de la cena: "Son inmensos, llevamos muchos días trabajando en ello". El equipo de sastrería, según ha contado García Marín, ha estado vistiendo al servicio y camareros desde primera hora de la mañana: "esta tarde aquí habremos vestido a ciento y pico personas". Además, la sastra ha confesado que los trajes están todos hechos desde cero y a medida.

La historia de la jefa de sastrería comienza hace casi 40 años, cuando se muda a Madrid "como los madrileños por el mundo, por amor". García Marín siempre había disfrutado de coser y diseñar, y un vecino le contó que ofrecían plazas de sastrería en el Palacio Real. En un primer momento ella se mostró reacia: "Le dije que yo no era sastra, que era modista", ha contado. Finalmente se presentó y desde ese momento, emprendió un viaje que dura hasta hoy. "Le estaré agradecida eternamente a mi vecino", ha confesado. El primer día en el Palacio Real fue único: "no me lo creía, me acordaba mucho de mi abuela".

La encargada de que hoy el servicio de Palacio Real lleve la indumentaria adecuada ha confesado que además de su profesión, coser es su hobby: "yo cogí la aguja con 14 años y todavía no la he soltado, solo cuatro días para traer a mis hijos al mundo", ha dicho entre risas. García Marín ha contado que ella se hace toda su ropa, que se arregla "hasta las camisetas" y que intenta enseñar también a su hija, pero no encuentra el tiempo.

La jienense, que se jubilará a finales de año, se ha mostrado pesimista sobre la pasión de los jóvenes por la costura. "Se habla de formación profesional, pero esta afición es muy sacrificada, no les veo motivados", ha sentenciado. Antes de despedirse, ha confesado que hoy le gustaría atender a "su rey" o a Joe Biden. "Sería algo muy importante", ha asegurado.

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