La cosa va por barrios

Barcelona

Los precios vuelven a desbocarse y mucho. La inflación sube por encima del 10% en España, según los datos adelantados de junio. Ha cruzado una barrera simbólica, la de los dos dígitos, o sea, una cantidad de dos cifras, cuando el mes pasado no llegó al 9%, se puso en un 8,7%, un punto y medio menos, y el Gobierno ya estima que subirá hasta el 13 o el 14% para Navidad. La cosa va por barrios. La otra cara de la moneda es Alemania, donde este mismo mes ha bajado 7 décimas gracias a la masiva subvención a los viajes en transporte público. Pero el coste de la energía se incrementó en ese país un 38% desde el mes de mayo. ABélgica el último dato de mayo también se le atragantó, pero sólo dejamos 9 décimas. Cada uno tiene un grado distinto de fiebre, pero todos acusamos la calentura. Una calentura que ha aumentado muchísimo desde la invasión de Ucrania. Sucede lo mismo con quienes tienen en parte alguna receta y alguna medicina para curarla o al menos rebajarla. Los banqueros centrales se han conjurado en Sintra, en un hotel monasterio junto a Lisboa, desde donde les hablo para intentar atajar el alza de precios. La europea Christine Lagarde, el norteamericano Jérome Powell, el británico Andrew Bailey y el presidente del Banco Internacional de Pagos, el mexicano Agustín Carstens, han mostrado sintonía en público. Están decididos a subir o a seguir subiendo, según los casos, los tipos de interés, o sea, a encarecer el dinero, cada uno a su ritmo y cada cual con sus temores sobre si esta medida puede rebajar el crecimiento y perjudicar el empleo y hasta cuánto. Firmeza y frialdad serán las consignas del momento. Si nuestras sociedades se dejan llevar por el pánico, estos reveses amenazarían con convertirse en una crisis de caballo.

Escucha todas las miradas de Xavier Vidal-Folch