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Nora Ephron, la mujer que mejor se supo reír de un divorcio

El documental 'Todo es una copia' y la reedición de su último libro, 'No me acuerdo de nada', reivindican la figura de la autora de títulos como 'Algo para recordar' o 'Cuando Harry encontró a Sally' cuando se cumplen 10 años de su muerte

La escritora Nora Ephron (Photo by Mario Ruiz/Getty Images) / Mario Ruiz

La escritora Nora Ephron (Photo by Mario Ruiz/Getty Images)

Madrid

La historia de Nora Ephron está vinculada a Nueva York, a un divorcio, a la comedia, a la escritura, al cine, al teatro, al periodismo… Fue una autora total cuya vida se puede recorrer a través de su obra y de los elogios de tantos compañeros que disfrutaron de su talento y humor. "Ella sabía plasmar cómo se relacionan los hombres y las mujeres, detrás de cada chascarrillo sabía mostrar las interacciones humanas, ella entendía el amor", dice Meryl Streep, musa y álter ego en sus películas, en el documental que le dedicó su hijo y que acaba de estrenar el canal TCM.

La capacidad de observación de la escritora y su manera de examinar el mundo de forma tan certera y sarcástica la aprendió en casa. Con 5 años se trasladó con sus padres y sus hermanas a Bervely Hills, ahí ya quería ser hija del presidente de EEUU o primera dama - "me gustaría ser una Eleonor Roosvelt mona", bromeaba en una entrevista-. Eran los años 40 y los guionistas empezaban a tener un lugar en Hollywood, su padre escribió una decena de películas pero su madre también, no fue 'la mujer de' ni una ama de casa en una industria floreciente. En las cenas aprendieron que cualquier anécdota podía acabar en una película. De ella aprendió esa frase que repitió siempre, Todo es una copia, título del documental que le dedicó su hijo y espíritu que siempre aplicó en su carrera. La realidad es material para la ficción, ambas se retroalimentan, un creador siempre está al acecho de vampirizar o canibalizar lo que hay a su alrededor. La autoficción de la que tanto se habla ahora pero con humor e ingenio.

Ella quería ser periodista y volvió al lugar del que nunca se fue emocionalmente, Nueva York. Fue becaria, chica de la correspondencia en Newsweek, conejillo de Indias para escribir parodias, columnista, reportera... hasta que su vida social y su escritura sencilla, mundana y mordaz la colocaron como una de las ensayistas más interesantes del nuevo periodismo americano. De cualquier situación cotidiana era capaz de extraer reflexiones hilarantes que ponían al lector, y las lectoras, frente al espejo. Escribió de sujetadores y el tamaño de las tetas, de fantasías sexuales, de parejas de artistas, de amores y fracasos, de hombres, de política.. Fue voz para una nueva generación de mujeres que la leyeron y admiraron.

No sé qué fue primero: si querer ser periodista o querer ligar con un periodista. Las dos ideas estaban completamente mezcladas. Creía tener un temperamento idóneo para el periodismo por mi cinismo y mi desapego emocional; a veces admitía que estos rasgos eran defectos del carácter pero en el fondo no lo creía

—  Nora Ephron ('No me acuerdo de nada')

Se casó y se divorció. Y se volvió a enamorar. No de cualquiera. Su flechazo con Carl Bernstein, uno de los periodistas que destapó el Watergate, la convirtió en una auténtica celebridad. Ambos fueron la pareja de moda en revistas y corrillos. Ella se trasladó a Washington, tuvo un hijo y embarazada del segundo sufrió una traición que marcaría un punto de inflexión en su carrera y más tarde en la comedia romántica de los 80 y los 90. La infidelidad del periodista la destrozó. Dicen sus amigos que nadie se recupera de algo así públicamente, pero ella le dio la vuelta con un libro donde contaba y exorcizaba con sorna toda esa experiencia. Nora Ephron se adueñó del relato, se negó a ser la víctima del divorcio. Él sería el villano. "Lo cambió todo, la forma de escribir con humor de eso hizo que millones de mujeres en todo el mundo la apoyaran y siguieran", confesaba su amigo Mike Nichols. Se acabó el pastel fue un éxito enorme, tanto que Meryl Streep y Jack Nicholson protagonizaron su adaptación cinematográfica.

Y sobreviví. Mi religión es: Supéralo. Lo transformé en una historia divertida. Escribí una novela. Con el dinero que gané con la novela me compré una casa. Dicen que con el tiempo el dolor se olvida. Es el cliché del parto: el dolor se olvida. No comparto esa opinión. Me acuerdo del dolor. Lo que se olvida en realidad es el amor. El divorcio ha durado mucho más que el matrimonio, pero por fin ha terminado.

—  Nora Ephron ('No me acuerdo de nada')

Ahí comenzó su relación con el cine, primero como guionista, lo que le permitía conciliar ya de vuelta en Nueva York con sus dos hijos y una vida social restituida. Escribió sobre lo cotidiano del amor, sobre el sexo y la amistad, o sobre fingir orgasmos, aunque los gritos de la famosa escena fueron idea de Meg Ryan. Después del éxito de Cuando Harry encontró a Sally, cinta que dirigió Rob Reiner, se animó también con la dirección con resultados dispares. Rodó ¿Qué le pasa mamá? y en Algo para recordar unió a Meg Ryan y Tom Hanks, dos de sus actores favoritos y amigos.

Llevo al cine la relación con sus hermanas en Colgadas, buscó respuestas al trauma de haber perdido a su madre por alcoholismo y siguió mirando al amor y a su obsesión con las nuevas tecnologías. Firmó Tienes un e-mail, Embrujada y Julie y Julia, su última película donde hablaba de otra de sus pasiones, la gastronomía, pese a lo mal cocinera que era (o eso decían los amigos con los que cenaba en Acción de Gracias)

Nora Ephron no cambió el cine pero lo revolucionó todo, su mirada a la comedia romántica fue feminista, aguda e inteligente, sus novelas sintonizaron con unas mujeres que en se veían reflejadas en muchas situaciones cotidianas. Fue referente para varias generaciones, de Reese Witherspoon a Lena Dunham o Phoebe Waller-Bridge, y sus amigos la consideran una maestra, una observadora con gracia y cierta maldad. De ella se ha dicho que es la Tom Wolfe del periodismo o la Woody Allen del cine. No necesita comparación, Nora Ephron creó su propia escuela. Le interesó la vida, sus recovecos y enigmas, y no le habló a nadie de su muerte.

*El documental Todo es una copia se puede ver a la carta en TCM

*Libros del Asteroide edita sus últimos textos en No me acuerdo de nada

José M. Romero

José M. Romero

Cubre la información de cine y series para El Cine en la SER y coordina la parte digital y las redes...

 
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