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“El teatro español está pasando un sarampión. No puede convertirse en sustituto del buen periodismo”

Vuelve la normalidad a los festivales de teatro, a ver si así consiguen recuperar a su público. Esta semana han arrancado Almagro, Mérida y el Grec con una programación feminista, rupturista y comprometida. Entrevistamos a sus directores y repasamos la programación

“El teatro español está pasando un sarampión. No puede convertirse en sustituto del buen periodismo”

Entre el boom de los festivales de música, los festivales de teatro han levantado el telón esta semana para hacerse un hueco. Está costando que el público vuelva a los teatros, así que la programación de los festivales promete propuestas rupturistas, para atraer a un nuevo público; feministas, con gran presencia de mujeres creadoras y directoras; y comprometidas, para que disfrutemos, riamos, lloremos y también reflexionemos.

El Festival de Almagro cumple 45 años rompiendo costuras

"Almagro es el mejor lugar del mundo para disfrutar del teatro clásico", eso dice su director, Ignacio García. La ciudad manchega celebra 50 años de su declaración de conjunto histórico artístico y el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro celebra 45 años y la vuelta a la normalidad. No solo por el fin de las restricciones, sino porque vuelven también las actividades a las plazas, las calles y espacios públicos, donde hay talleres gratuitos.

Es una edición muy ilusionante, en palabras de García, porque "no es solo una edición de normalidad, sino de excepcionalidad positiva. Vamos a poder hacer todo lo que no pudimos estos dos últimos años y es el regreso también de América, que no pudo viajar en las últimas ediciones". Por Almagro van a pasar compañías de Argentina, Chile, México, Colombia, Guatemala, Estados Unidos… Uruguay es el país invitado y Galicia la comunidad autónoma.

Ignacio García reconoce que en algunos lugares, como Madrid y Barcelona, está costando volver al teatro. "Pero nuestra sensación es buena, la venta de localidades es muy positiva, sabiendo que el público ha modificado en algo los hábitos después de la pandemia", dice. Bajo su dirección, García ha querido reivindicar el espacio de las autoras y de las creadoras. Llevan cinco años trabajando en la paridad y la diversidad como parte de su programación. Más de 20 mujeres dirigen espectáculos en esta 45ª edición.

Ignacio García nos ha explicado por qué esta puede ser la edición más rupturista y diversa, a pesar de su cartel de clásico. La programación del festival se define como patrimonial, americanista, feminista, accesible e inclusiva y también quiere ‘descentralizar’ el canon castellano del Siglo de Oro para apostar por las lenguas cooficiales.

Lluís Pasqual: "El teatro español está pasando un sarampión"

Lluís Pasqual (Reus, 71 años) es el Premio Corral de Comedias en esta 45ª edición del Festival de Almagro. Un reconocimiento a su trayectoria en las artes escénicas, por su importancia como transformador de los lenguajes escénicos y el puente que ha constituido entre la tradición teatral, el patrimonio y la mirada contemporánea y vanguardista. "Cuando te van un premio a la trayectoria, uno se mira el carnet de identidad siempre, lo primero, y lo segundo tiene ganas de llamar uno al cirujano plástico. Porque, Dios mío, cuántas cosas he hecho. Los años pasan muy deprisa, pero el tiempo pasa muy despacio", nos cuenta el director teatral.

Lluís Pasqual estudió latín, porque quería ser profesor de latín, pero el teatro se cruzó en su vida por casualidad, por un error, porque tenía dos amigos que se llamaban igual. Con él hemos repasado su trayectoria, muy marcada por la voz. "La voz lo es todo para un actor, Ana Belén me dijo que dirigía muchas veces con los ojos cerrados, no era consciente, pero me bastaba con escuchar la voz del actor", dice. Una de las voces que le han fascinado y que ha perseguido a lo largo de su carrera es la de Federico García Lorca. Hemos recordado con él hitos como los estrenos mundiales de El público (1986) y de Comedia sin título (1989), hasta momentos más oscuros, como el Franquismo o su salida del Lliure, una entidad que fundó.

Para Lluís Pasqual "el teatro español ha ganado en desvergüenza, pero está pasando un sarampión. Y es que a veces se convierte en un sustituto de Informe Semanal. Hay temas que, por supuesto, hay que tratarlos desde un escenario, pero no sustituyendo lo que hace el buen periodismo. No solo hay que contar o explicar las cosas, sino intentar profundizar, para intentar comprender la complejidad del ser humano. Otelo es mucho más que un caso de violencia de género, por ejemplo. Claro que hay que juzgarlo, hoy tenemos leyes para ello, pero Shakespeare, después de matar a Desdémona, escribe el más bello monólogo de amor de toda su literatura y teatro. Nos dice que las cosas no son simples, no son tan simples".

El director estuvo en los comienzos del Festival de Almagro, "cuando era muy pequeñito, lleno de buenas intenciones y muy raro, porque no se hacía tanto teatro clásico. Y recuerdo que allí estaba lo que antes se llamaba todo el mundo. El público peregrinaba de todas las partes de España. Y los grandes estudiosos del teatro clásico siempre estaban allí".

Mérida arranca su 68ª edición, la más feminista

También recupera la normalidad el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, que celebra su edición número 68. De esa ansiada normalidad y reencuentro con el público, sin restricciones, hemos conversado con Jesús Cimarro, el director, para quien también es una edición muy ilusionante. "Muy ilusionante porque el eje central de este año son las heroínas, las mujeres, que toman el poder en el festival. Empezamos con un Julio César de Shakespeare, de una compañía argentina, en el que los papeles masculinos los interpretan mujeres y los femeninos, hombres". La protagonista es la diva argentina Moria Casán, que interpreta al propio Julio César en una lectura muy LGTBIQ+. "Luego continuamos con una Safo, que es el debut en Mérida de Cristina Rosenvinge, dirigido por Marta Pazo, mujer, con un gran elenco de mujeres. El misántropo también está protagonizado por Beatriz Carvajal, o Minerva, que es el debut en Mérida de Assumpta Serna".

La tarea más difícil con la que se encuentra Cimarro cada año, dice, es encontrar propuestas que le interesen al público, para que quieran ir por primera vez o volver al festival. "Es fundamental que los nuevos públicos vengan a ver lo que se hace en las artes escénicas del país. Por eso tenemos que traer espectáculos que acerquen, con un lenguaje contemporáneo, los mitos clásicos. Al público joven hay que traerle algún actor o actriz que se identifique con ellos. El año pasado, por ejemplo, trajimos un Edipo con Mina El Hammani, de la serie Élite, y se llenó de un público joven de 18 a 22 años que era una maravilla. Viendo un espectáculo como Edipo", celebra el director.

Teatro comprometido en el Festival Grec de Barcelona

El enemigo del pueblo de Ibsen, en la versión de una de las figura clave del teatro europeo contemporáneo, Thomas Ostermeier, y un Hamlet interpretado por actores con síndrome de down, son los platos fuertes del fin de semana de un Grec con un cartel, en palabras de su director Francesc Casadesús, "estresante, apretado, popular, pero también comprometido". Casi noventa espectáculos programados hasta finales de julio en una cincuentena de espacios: de la sede histórica del festival, el Teatre Grec de Montjuic, al renovado Molino; de los museos de Barcelona al jardín botánico, de las grandes sales como el Lliure y el Nacional, a la red de pequeños teatros independientes. Toda la ciudad late al ritmo de un Grec que propone estos asideros para volver a llenar las salas después de la pandemia.

Además de Ostermeier, pasará por el Grec el director Romeo Castelluci con 'Bros', que se pudo ver en el festival Temporada Alta de Girona, donde decenas de actores no profesionales hacen de policías obedeciendo órdenes a ciegas. Una obra que habla de fascismo, de si tenemos o no libertad individual de escoger.

The Wooster Group, una de la mejores compañías de Estados Unidos (fundada entre otros por William Dafoe) reflexionará sobre el racismo a partir de la puesta en escena del disco que grabaron presos negros en una cárcel segregada de Texas.

En el festival de verano de Barcelona veremos también colaboraciones insólitas, como la del ganador de Eurovisión Salvador Sobral con el pianista maestro de la improvisación Marco Mezquida; o la del coreógrafo flamenco Israel Galván con las voces infantiles de la Escolania del monasterio de Montserrat, toda una institución en Cataluña. La leyenda del teatro musical, Stephen Sondheim, será protagonista de un homenaje en el Teatre Grec, por el que también pasará Jane Birkin.