Estado del bienestar gourmet

Madrid

Hoy quiero dedicar este minuto a un colectivo injustamente olvidado por parte de las instituciones, un sector de la sociedad acostumbrado a aportar sin recibir nunca ayudas del Estado. Me refiero, efectivamente, a la gente que no necesita ayuda.

Por eso, se agradece que la Comunidad de Madrid vaya a ser pionera en proteger a los menos necesitados ofreciendo Becas universitarias a familias que ingresan más de cien mil euros anuales. Es decir, a gente que ya podía ir a la Universidad pero que, gracias a esta beca, va a poder ir en taxi. Confiemos en que el Estado siga los pasos de este gesto ejemplar de la Comunidad y apruebe un paquete completo de ayudas para la gente que no necesita ayudas.

Como, por ejemplo, topar los precios del ácido hialurónico y la gomina. Aprobar, por fin, un Ley de la dependencia para todos aquellos que se rompan el menisco esquiando en Candanchú. Legislar una Ayuda de acceso a la quinta vivienda en Sancti Petri o aprobar una línea de crédito para emprendedores que quieran trabajar en la consultoría de su padre.

Confiemos, también, en que la Sanidad Pública siga los pasos de la Comunidad de Madrid y, por fin, demuestre un poquito de sensibilidad por las necesidades médicas de aquellas familias que ingresan más de cien mil euros anuales. Carrillas dentales de porcelana, injertos capilares de doce mil folículos y reducción de papada universal para que todos aquellos contribuyentes con papada que se lo pueden pagar, no se lo tengan que pagar. Creo que ha llegado la hora de que, por fin, mejoremos lo que conocíamos como Estado del bienestar y lo transformemos en un Estado del bienestar gourmet.