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Europa tendría que reducir un 15% de su consumo si Rusia detiene el suministro de gas, según Bruegel

España, Francia y Portugal no “son vulnerables” –se verían afectados por los precios del gas en los mercados internacionales, pero no habría riesgo de suministro- mientras que otros Estados miembro tendrían que recortar hasta un 54% de su consumo.

Madrid

El suministro de gas desde Rusia hacia Alemania permanecerá detenido durante los próximos diez días, debido a las habituales labores de mantenimiento del gasoducto Nord Stream 1. Una situación que supone en el contexto actual un riesgo puesto que, según auguran las autoridades alemanas, este corte temporal podría llevar a Rusia a suspender indefinidamente el suministro de gas a Europa. Una situación para la que la Unión Europea y que tampoco descartan desde el Ejecutivo español. No en vano, la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, señalaba el pasado viernes en una entrevista en Antena 3 que no se puede descartar que termine dándose esta situación, advirtiendo de que “puede producirse una situación de máxima tensión, no ya en otoño, sino en las próximas semanas".

Una situación que dejaría a Europa en una posición compleja porque, según el último análisis del think tank Bruegel, “la sustitución del gas ruso por gas natural licuado ha llegado en gran medida a su límite. Las importaciones más bajas de Rusia ahora solo pueden satisfacerse reduciendo la demanda de gas de la UE”.

¿Cómo tendría que afrontar la Unión Europea un corte total de suministro?

Aunque las importaciones de gas ruso se redujeron desde el 40% que suponía en 2021 al 20% en junio de este año, este suministro sigue siendo de vital importancia para muchos de los Estados miembro: tan es así que la Unión Europea tendría que recortar un 15% de su consumo para afrontar esa situación, según este think tank.

Sin embargo, el contexto varía enormemente en función del país. Teniendo en cuenta las interconexiones energéticas que existen entre los diferentes países, Bruegel considera que los países más expuestos a un corte de suministro serían Estonia, Letonia, Lituania y Finlandia, que tendrían que reducir un 54% su consumo; en Bulgaria, Croacia, Hungría, Grecia y Serbia esa reducción tendría que ser del 49%, Alemania un 29%, Rumanía y Moldavia, y también Polonia, un 28%; Austria, República Checa, Eslovaquia y Eslovenia un 27%; Suecia y Dinamarca un 21%; Bélgica Luxemburgo y Holanda un 16%; e Italia un 9%. Solo España, Francia y Portugal podrían mantener su consumo.

“Los suministros de estos países no son vulnerables a una interrupción rusa” constata el estudio, aunque matiza señalando que “la débil generación de energía nuclear francesa –que tiene un 55% de su planta nuclear detenida por labores de mantenimiento- pone a prueba el suministro de energía de su vecino y, por lo tanto, la demanda de gas”. Una posición que se refuerza por el hecho de que, entre esos grupos de países, solo Polonia tiene mayores reservas de gas -un 100% de su capacidad-: Francia, España y Portugal tienen un 65,9% del total de sus reservas.