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"No se puede hacer absolutamente nada": Santiago Niño Becerra explica cómo bajará el poder adquisitivo por la inflación disparada

El economista se asoma a 'La Ventana de los números' tras el anuncio del INE, que eleva la inflación en España al 10.2%

“Limitar salarios y pensiones es muy fácil, limitar rendimientos de capital de empresas es muy complicado”. Santiago Niño sobre las nuevas medias contra la inflación anunciadas por el Gobierno

Madrid

Tras el debate sobre el estado de la nación y con las primeras impresiones a las medidas presentadas por el Gobierno, el presidente Pedro Sánchez anunciaba, entre otros planes para contener el aldabonazo de la inflación, el impuesto a las grandes energéticas y la banca. Un nuevo impuesto que responde a la “necesidad de recaudar del Gobierno”, tal y como señala el economista Santiago Niño Becerra.

En su habitual cita de los miércoles con ‘La Ventana’, Niño Becerra señala que “España tiene un déficit descomunal” por lo que no entiende por qué el presidente del Gobierno no se refirió en el Congreso al fraude fiscal. “La palabra fraude no ha salido en el Congreso, la pregunta es por qué”, se cuestiona.

Para el autor de ‘Futuro, ¿qué futuro?’ estos impuestos “son fáciles de repercutir”. Matiza que el pacto de rentas, “que no ha terminado de cristalizar”, significa “limitación de rentas para repartir los costes de lo que estamos viviendo, del proceso inflacionario”. “Limitar salarios y pensiones es muy fácil, limitar rendimientos de capital de empresas es muy complicado”, apunta.

Según Niño Becerra, es complicado ceder ante las empresas: “Estas empresas llevan después del nombre dos letras S.A. o S.L., hay que empezar a pisar callos que ningún Gobierno quiere pisar y el próximo año hay elecciones”. Pero ahí no queda todo “porque la cosa es aún más perversa”, señala el economista antes de lanzar la siguiente pregunta: “Una empresa o banco puede repercutir, ¿pero los rendimientos del trabajo a quién lo van a repercutir?”.

Inflación al 10.2%

Este miércoles, el Instituto Nacional de Estadística ha confirmado que junio es el mes con mayor inflación desde mediados de 1985. Se sitúa por encima de la barrera psicológica de las dos cifras, en un 10.2%. “La inflación se define como el impuesto de los pobres, una empresa o alguien que produce puede aumentar su productividad o absorber con algo de margen, pero un asalariado o alguien que depende de una renta fija no puede hacer absolutamente nada ante la pérdida del poder adquisitivo”, explica Niño Becerra.

Sobre la pérdida de poder adquisitivo, el economista apunta que es del 12%, en el caso del salario medio, y del 16% al contemplar el salario moda. “El pacto de rentas se hace de forma voluntario o por imposición, en un sistema de mercado no se puede imponer nada”, añade ante el desembolso extraordinario de 3.500 euros que realizarán las familias, acorde a la Encuesta de Presupuestos Familiares del INE

En cuanto al gas, Estados Unidos se consolida como el primer proveedor de España, en detrimento de Argelia. “Se han decretado sanciones a Rusia y parte del Gobierno ha tomado una postura del Sáhara que ha pasado factura con el gas de Argelia, ¿se tuvo en cuenta el impacto del mayor coste que iba a tener traer gas de EEUU?", reflexiona.

Desaparecerán los economistas

En el plano económico, también ha trascendido que el Banco Central Europeo ha examinado a más de 100 entidades financieras para saber cómo se están preparando respecto a la crisis climática. La conclusión es que pueden sufrir pérdidas de hasta 70.000 millones, ya que solo un 20% de las entidades tiene en cuenta el factor climático al conceder préstamos. “No se tiene que tomar como un dogma de fe, son cifras muy redondas y tendenciales”, añade.

“El origen de las pérdidas es doble; tanto por hacer como por no hacer”, explica Niño Becerra. Matiza que “si la banca escoge mal, si no hace las inversiones adecuadas, si se apoya de empresas que no tienen futuro porque no apoyan la sostenibilidad, las pérdidas pueden llegar a ese nivel”.

Sobre las profesiones del futuro, apunta que “serán verdes y tecnológicas”. “La tendencia es que la profesión del economista llegará a desaparecer”, augura. ”Tendemos a un pensamiento único, suena mal, se llega a la conclusión de que se tienen que tomar medidas dictatoriales, como reducir la temperatura en un edificio, el economista poco puede hacer”. Concluye asegurando que “las profesiones unidas al impacto climático van a tener un impacto fuerte”.