La inflación de los alimentos

Madrid

La inflación no da tregua. El INE confirma que el IPC aumentó en junio un 10,2% respecto al año anterior, con dos protagonistas en esta escalada de precios: la energía y la alimentación. De hecho, los alimentos y las bebidas no alcohólicas se encarecieron un 12,9%, la tasa más alta para este grupo desde 1994.

Uno de los productos que más sube de precio es la fruta fresca: casi un 20% en junio. "Hay una diferencia enorme entre lo que cobra el agricultor y lo que paga el cliente", ha señalado en Hora 25 de los Negocios, Lorenzo Ramos, secretario general de UPA. Basta con echar un ojo a la cadena de producción, para observar que los precios en los supermercados se disparan en algunos productos frente a lo que se repercute a los agricultores en origen. La ciruela, por ejemplo, multiplica su precio por ocho en ese recorrido.

Este diferencial, explica Ramos, "se lo embolsan supermercados u otros intermediarios" y añade: "En la sandía, por ejemplo, ningún agricultor cobra más de 25 o 30 céntimos por kilo y vemos que en los supermercados sigue a 2,20".

Desde el sector aseguran que hay agentes especuladores que se están aprovechando este entorno de precios altos y que tratan de jugar a su antojo con la oferta y la demanda. Consideran que la Ley de la Cadena Alimentaria no se está cumpliendo y reclaman la acción de las administraciones: "Necesitamos alguien que diga claramente quién se esta quedando con ese dinero, si la empresa de distribución, supermercados u otros intermediarios", añaden desde UPA.

'Moderna', más que una vacuna

Además, en Hora 25 de los Negocios hemos charlado con Juan Carlos Gil, el CEO de Moderna en España, una de las compañías que ha liderado el desarrollo y la distribución de la vacuna contra el COVID en todo el mundo.

Sobre el acceso igualitario a la vacuna, que en ocasiones ha puesto al sector farmacéutico en el foco de las críticas, desde Moderna explican que siempre han buscado el reparto más equitativo. En cumplimiento con lo acordado con las instituciones y organismos internacionales, "se han establecido precios por segmentos de forma que los países que más tienen paguen más para que los países que menos tienen tengan acceso de la forma más razonable", explica Gil.

Además, el fármaco se ha convertido en uno de los más lucrativos en la historia de la medicina. Ahora bien, ¿Dónde han ido a parar esos beneficios? Desde Moderna, explican que se han destinado a "invertir recursos en unos 50 proyectos en paralelo". "Estamos ayudando a buscar soluciones para enfermedades que aún no tienen solución", explica su CEO.

"Adquirimos un compromiso con la OMS para trabajar sobre las 50 enfermedades que planteaban los riesgos más severos para la humanidad en los próximos años y hemos llegado un acuerdo con ellos para estar con todas y cada una de estas enfermedades en ensayo clínico en 2025", añade.