Aquello sí que era inflación

Madrid

En 1977 todo sonaba a cambio en España: se habían celebrado las primeras elecciones tras la dictadura, los anuncios en televisión ofrecían lavadoras que ya usaban los hombres o televisores que por primera vez mostraban las cosas “como son, en color”… pero los datos económicos ya hacían saltar las primeras alarmas. Como decía también en televisión un anuncio institucional: "La peseta ha sido prácticamente devorada por el continuo aumento de los precios. Un coche que hace tres años costaba 100.000 pesetas, hoy vale 150.000".

Para el españolito medio comprarse un coche en esos años era efectivamente todo un desafío: "Me convencieron para comprar un coche de gasoil porque era lo que se llevaba en ese momento y decían que consumía menos. Recuerdo que el litro de gasoil estaba entonces a 67 pts, pero al poco tiempo se puso a más de 120, prácticamente el doble; sentías que te habían engañado", recuerda Jacinto Parra, que andaba en la veintena en aquellos tiempos.

Las sensaciones no cambiaban mucho cuando se trataba de un piso. "Los intereses eran muy altos, entre el 16 y el 18%, así que intentabas dar en la entrada el máximo posible. El banco te preguntaba dónde trabajabas, si el sueldo era fijo… querían asegurarse de que ibas a poder aguantar", hace memoria María de la Iglesia, autónoma que por entonces rondaba los 30.

Tener sueldo fijo, sin embargo, tampoco era garantía de nada teniendo en cuenta cómo estaban los precios de la compra diaria. "Yo ganaría unas sesenta o setenta mil pesetas al mes, y mi mujer unas veinte mil, pero todos los meses y sin haber hecho ningún gasto extra, recuerdo ir a Recursos Humanos el día 25 o 26 para pedir un adelanto; no te daba para ahorrar ni una peseta", comenta Jacinto Parra.

La economía española, la que más sufre las subidas de precios

¿Qué estaba pasando? ¿Qué había hecho mal España en esos años? "La economía española es la que peor aborda el shock de la subida de los precios de los hidrocarburos. Hay gobiernos en la UE que reaccionan rápido, pero nosotros jugamos a ver qué pasa, pensando que a lo mejor no era tan grave, y quizá no se hizo el ajuste necesario", reflexiona Emilio Ontiveros, fundador de Analistas Financieros Internacionales.

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En la misma línea, Juan José Toribio que es profesor Emérito del IESE, la Escuela de Negocios de la Universidad de Navarra: "Fue muy difícil para un gobierno que cerraba un régimen hacer el ajuste que necesitaba la economía española para frenar la inflación". Dicho de otra forma, se había perdido un tiempo muy valioso, entre el 73 cuando empezó la crisis del petróleo, y el 77, cuando llegó el primer gobierno elegido en las urnas.

Ese gobierno, con Fuentes Quintanas como Ministro de Economía, tuvo que afrontar los ajustes pendientes y las medidas que planteó eran tan duras que exigían un acuerdo de todos los partidos políticos. Así llegaron, en octubre de 1977 y justo en el mes en el que la inflación iba a alcanzar su récord histórico del 28%, los Pactos de la Moncloa. Entre las decisiones tomadas estaban la limitación de los aumentos en los salarios o la devaluación de la peseta.

"Fueron un éxito importante, aunque tuvieron un coste social muy serio, porque la economía no se revitaliza hasta que entramos en el entonces llamado Mercado Común Europeo. Esos 9 años fueron de ajustes duros y difíciles", analiza el profesor Toribio. "Lo más destacable fue la colaboración de los sindicatos, sobre todo de los comunistas y en concreto de Santiago Carrillo. Sin él…" reflexiona Emilio Ontiveros.

50 años después, vuelve la senda inflacionista

Hoy, casi 50 años después, volvemos a ver cómo los precios están disparados y de nuevo el mundo atraviesa una crisis energética. El entorno, sin embargo, ya no es el mismo en algunas cosas para bien ("esta economía funciona mucho mejor ahora, los mecanismos de ajuste son mayores, la banca está saneada", aporta Ontiveros) y en otras para mal ("el problema serio de inflación se cura con política monetaria, pero ya no tenemos, y además hay una gran desigualdad entre déficit y deuda dentro de la UE; seguimos teniendo una gran deuda pública que alguien tiene que pagar, y los alemanes no parecen estar por la labor", advierte Toribio). Además, y en esto coinciden los dos expertos, gran parte de las razones que hay detrás de esa subida del coste de la vida son externas a nuestro país.

En todo caso, ¿nos puede servir hoy algo de lo que vivimos entonces? ¿Nos queda alguna enseñanza de aquello? "La principal que queda es que frente a problemas singularísimos como los que afrontamos es bueno concertar", sugiere Ontiveros para que complemente Toribio: "Además de concertar hay que hacerlo pronto porque esto es como la masa del alfarero: hay que manejarlo pronto, si no, después ya no se mueve". La necesidad de buscar el consenso interno entre gobiernos y partidos, y también acuerdos internacionales para parar la espiral inflacionista, es otro de los puntos en que coinciden ambos analistas.

En cuanto a cómo pueda evolucionar la situación, "después del verano las cosas irán a peor y habrá que llevar a cabo un ajuste internacional que tendrá un coste social en término de actividad y habrá que explicar muy bien", adelanta el profesor Toribio. Para Ontiveros, sin embargo, ya se empieza a ver una menor intensidad en la subida de algunos precios, por lo que quizá no convenga imponer un enfoque muy beligerante con la política monetaria: "Corremos el riesgo de que la terapia sea peor que la enfermedad".

Pase lo que pase, para algunos al menos quedará el consuelo de recordar que en aquellos finales de los años 70 y comienzo de los 80 los datos eran mucho peores que ahora y se superaron. Como decía aquel anuncio oficial en televisión para presentar la campaña 'Precios Estables': "Cuando las cosas se nos escapan de las manos, hay que tener los pies sobre la tierra".