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Opinión

Las arañas tienen tela

"En política, la alternativa a las oleadas de Covid son las oleadas de Villarejo. En vez virus, se reparten audios. La última oleada ha puesto en la UCI al periodismo. Lo va a pasar mal, porque es una actividad que está dentro de los grupos de riesgo. Llevaba demasiados años sin cuidarse"

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Barcelona

La normalidad es un consenso. Lo cantaban Marisol y Palito Ortega: tengo el corazón consenso. No hay nada más nostálgico que la normalidad; pues lo normal siempre es lo de antes. En nuestro caso, el mundo era normal antes de la pandemia. Aunque, entonces, la vida parecía más normal antes de la gran recesión o como se llame lo que nos hicieron. En los tiempos de Robin Hood, se le llamaba robo. La nueva normalidad no ha esperado a que se pase la pandemia, sino que ya se ha dado por normal vivir con pandemia, y con guerra en Europa (Ucrania ha terminado clavada en una pared lo mismo que un viejo almanaque que ya nadie mira, pero que nadie va a quitar). Lo normal es acostumbrarse. Los optimistas, a acostumbrarse, lo llaman aprender. Pero no es lo mismo. Más bien es al revés, el conocimiento consiste en no conformarse. En política, la alternativa a las oleadas de Covid son las oleadas de Villarejo. En vez virus, se reparten audios. La última oleada ha puesto en la UCI al periodismo. Lo va a pasar mal, porque es una actividad que está dentro de los grupos de riesgo. Llevaba demasiados años sin cuidarse. Uno se va acostumbrando a lo que hace, y acaba viéndolo normal. Lo normal es salir por la tele y que te hagan caso. Lo normal es quedarte en tu casa viendo la tele, porque salir a la calle es de pobres. Pero en televisión, lo que no es Raffaella Carrà es mentira. A veces se dice: ¡lo ha dicho la televisión! No es así. La televisión no habla por sí misma, del mismo modo que se ha visto que los periodistas tampoco hablan por sí mismos. Siempre hay alguien detrás que dice las cosas. Lo bueno del periodismo es que lleva el antídoto en su propia esencia. Esta esencia tiene forma de becario o de becaria explotados, o de periodista asqueado en su casa porque lo han jubilado a patadas. Buen verano, y cuidado con las mordidas de las arañas.

 
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