Los secretos de la vida de los suplentes de los musicales
Los covers son los profesionales encargados de solucionar los problemas de última hora de personal en los musicales.
De cantar Barbershop a remplazar al protagonista
Madrid
Todos cuando vamos a ver un musical solo vemos a los actores y actrices que salen al escenario, pero hay mucho personal por detrás que se aseguran de que nada falle, de que ningún papel se quede vacío si algún profesional falla. Estas personas se llaman covers o swings, son dos términos que la mayoría desconocemos pero que son los encargados de suplir a un actor o actriz cuando estos no pueden realizar su papel. Estos profesionales del espectáculo tienen un papel mucho más complicado que el de sus compañeros del elenco fijo, ya que se tienen que aprender una gran cantidad de papeles a la perfección, alrededor de 4 guiones cada uno. Son, por llamarlos de una manera sencilla, el comodín de los musicales para cubrir cualquier fallo de última hora. Por lo que su trabajo es de suma importancia dentro de una función.
Como una breve explicación del trabajo de estos interpretes se podría decir que los covers son los encargados de sustituir a un personaje a la vez que son parte del elenco. Es decir, tienen que estar en todas las funciones y tienen que participar del elenco de baile y cante en cada función y si alguno de los personajes principales falla tienen que hacer de su sustituto. Después está el swing que tiene que aprenderse unos 4 roles de baile y de coro y es sustituto de varios personajes que no suelen ser de los principales. Además, también tiene que sustituir al cover en su posición en el elenco cuando este tiene que sustituir a algún personaje principal.
Hablando con Sergio Arce y Chus Herranz, dos interpretes nos han explicado las exigencias de su trabajo, según Chus: "El cover es una especie de superhéroe. Lo hacen todo y a muy alto nivel. Suelen estar más preparados que los actores titulares porque no es lo mismo aprenderse un rol que varios". Pero no todo es un camino de rosas: "Difícilmente te lo pasas bien de cover, te avisan con poca antelación y no tienes la experiencia y el rodaje que tiene un personaje principal, sino que tienes que hacerlo lo mejor que puedas tal y como lo hacías en los ensayos" explica Sergio. Ser covers conlleva estar atento al teléfono todo el día, ya que como nos explican los artistas: "Cuando estaba en mi casa comiendo a mediodía temía que sonara el teléfono porque eso implicaba que tenía que cubrir a alguien".
La vida de estos profesionales puede cambiar de un momento a otro, nos han explicado situaciones en las que en el ensayo del día anterior se ha lesionado algún actor y les ha tocado prepararse su papel, o incluso, han tenido que sustituir a una actriz en mitad de la actuación porque se había quedado afónica. Según los actores, ser cover es muy sacrificad, no solo por la dificultad de su trabajo, sino también por el poco o nulo reconocimiento de la gente: "Cuando yo empecé a hacer musicales la gente no sabía ni lo que era, me preguntaba que en que canal lo emitían", explica Chus.