Feijóo critica el nuevo impuesto a la banca, dice que no lo tiene nadie en Europa... pero existe en Francia, Portugal, Austria, Bélgica, Hungría o Grecia
La afirmación del presidente del PP no es cierta. Explicamos todos los países europeos que sí cuentan con un impuesto como el que pretende aprobar el Gobierno
Madrid
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha advertido este viernes al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en relación al impuesto a la banca, de que todos saben que esas medidas "siempre acaban pagándolas los ciudadanos".
El líder nacional del PP ha sido preguntado por la reunión del Gobierno con representantes de las entidades financieras en un acto público en Benidorm (Alicante), donde junto al presidente del PPCV, Carlos Mazón, se ha reunido con representantes de las patronales turísticas para presentarles un decálogo de medidas que propondrá en defensa de este sector. En ese evento el líder de los 'populares' ha dicho que confiaba en que la crisis atraiga a turistas europeos que no puedan ir a trabajar todos los días: "Habrá europeos que les vendrá a cuenta mejor venir a España que quedarse en su país".
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Feijoó ha afirmado que la idea de Sánchez y afirmando que es un gravamen que no existe en Europa y que va "en contra" de los propios ciudadanos: "Es una política económica en contra de los ciudadanos españoles, que todos, de una forma directa o indirecta, tenemos una relación con los bancos. Es un impuesto que no se está poniendo en el resto de la banca europea y es un impuesto que el BCE ha alertado sobre la posible contracción del crédito y sobre el posible enfriamiento de la economía", ha razonado.
Sin embargo, esa afirmación del líder del PP no es correcta. Feijóo dice que no existe ningún país en Europa que cuente con un impuesto como el que pretende aprobar el Gobierno, pero no es así.
España está trabajando sobre un modelo, que es el modelo francés. Francia tiene un impuesto similar para la banca desde el año 2011 y ese modelo es el que se está intentando copiar y replicar aquí. Es un impuesto relativamente nuevo en Francia, que se impulsó en plena recuperación de la pasada crisis financiera y fue impulsado por Christine Lagarde, entonces ministra de Economía de Francia. Básicamente grava a los bancos por su volumen y por sus salarios. Es decir, por un lado establece esta tasa en función del capital que tienen los bancos para ser solventes y, por otro lado, en función del volumen total de salarios que la entidad paga cada año y que sirven para medir su actividad. Es un impuesto simbólico del 0,06% y no genera grandes beneficios para el Estado, pero es la forma de Francia de tratar de demostrar que hay un poco de 'justicia social'.
Los gobiernos que tienen este impuesto reconocen que esto no quiebra a la banca ni pone en riesgo su solvencia. Y es que no es solamente Francia la que tiene un impuesto de este estilo. Austria tiene el mismo gravamen desde el año 2011 y grava los activos, inversiones y depósitos allí. Portugal lo tiene con un 0,1% de los beneficios. Bélgica también cuenta con él desde el año 2012 y allí se tasa tamaño, posición de riesgo e inversión de la banca. Hungría lo tiene desde 2010 con volumen de crédito interbancario. Hay un caso excepcional que es Grecia, quien tiene este gravamen desde el año 1975.
Impuesto a la banca