María Pagés: "Voy a cumplir 60 años, una tiene que aprender a subir y a bajarse del escenario"
La danza flamenca de María Pagés y el espectáculo 'De Sheherezade' llega al Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida. Una reivindicación del poder de la palabra para resolver conflictos y con el objetivo de desmontar los tópicos sobre las mujeres y defenderlas
María Pagés: "Voy a cumplir 60 años, una tiene que aprender a subir y a bajarse del escenario"
El Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida llega a su ecuador con la danza y el flamenco. Esta semana se estrenaba el ballet de Rafaela Carrasco, 'Ariadna, al hilo del mito', un viaje de baile, cante, toque y poesía que nos acercaba esta tragedia griega, pero desde una mirada feminista y con un final distinto. Hoy es el turno de María Pagés y 'De Sheherazade', que también tiene una reivindicación feminista y un mensaje de liberación de emociones y de los miedos masculinos en el camino hacia la feminidad más absoluta.
La historia empieza cuando termina el cuento de las "Mil y una noches" y recoge las inquietudes de una mujer que se libra de la muerte contando historias a un hombre mordido por la incertidumbre y en el que su dominio del relato le permite recuperar su destino. Solo con la palabra consigue salvar a la humanidad de una extinción segura. Unos días antes de su estreno, hemos hablado con María Pagés del que puede ser su último gran espectáculo.
María, enhorabuena. El último premio que te han dado es el Premio de Honor en el Festival de Granada, eres, además, Premio Princesa de Asturias de las Artes 2022, entre otros muchos reconocimientos. ¿Qué haces con tanto galardón?, ¿qué significan los premios para ti a estas alturas de tu carrera?
Bueno, en realidad los premios lo que hacen es aportarme una nueva oportunidad para asumir mi responsabilidad. Yo creo que es eso, porque es verdad que el impacto primero pues es una alegría, lógico, creo que todo ser humano siempre busca un reconocimiento de alguna parte para asegurarse, para, no sé, para dar sentido también a las cosas que hace. Pero, en este caso, con toda la experiencia, con la vida, es asumir esa responsabilidad que siempre yo he querido y tenido muy presente. Y el compromiso con mi con mi profesión y con lo que hago.
'De Sheherezade' es un espectáculo que has creado junto a tu marido, el poeta El Arbi El Harti, y ha tenido muy buena acogida hasta ahora. Se estrenó por fin en el Liceo, ha pasado por los Teatros del Canal, Granada... estaréis contentos.
Pues la verdad es que estamos contentos. Este es un trabajo que compartimos El Arbi El Harti y yo, como coautores de la obra, en la que también participan otros artistas, creadores y compañeros. Y la verdad es que estamos contentos, qué voy a decir, eso es muy complicado de decir cuando estás siempre ahí, mirando siempre tanto cómo salen las cosas, exigirte tanto cada vez que haces algo nuevo, es como una nueva prueba. Un nuevo examen al que te sometes a ti misma primero y luego al público, lógicamente, que te sigue y que está ahí esperando. Pero estamos contentos. Ha sido un trabajo largo, porque ha tenido un proceso complicado con la pandemia. Se inició de una manera para estrenarse en el Liceo de Barcelona. En realidad era una versión de 'Yo Carmen', no era una obra completa y una nueva creación. En cambio, la pandemia, la cancelación primero por la pandemia y luego la propia pandemia, nos dio el impulso para hacer un una obra nueva y que tiene su propia personalidad. La verdad es que estamos contentos y ha funcionado muy bien. El público entregado y era también el reto de ir al Liceo, un teatro de ópera que, como sabes, en España algunos teatros de ópera programan muy poca danza. Y luego no programan flamenco, en la programación oficial, no en la que se suman por alquiler de teatro, sino en las programaciones oficiales. Entonces, el hecho de que haya ido bien, de que todos hayamos salido contentos, es una satisfacción y el esfuerzo vale la pena.
¿De qué va 'De Sheherazade'?
Puedes parte de una dramaturgia que hizo El Arbi El Harti en torno a este personaje. Pero más allá de De Sheherazade, es la simbología y lo que representa, lo que nos transmite un personaje a través de la palabra. Por eso el mensaje nuestro es poner en valor la palabra, la palabra como instrumento para resolver los conflictos. A través de su palabra consiguió cambiar la posición de una persona violenta, asesina y la reconvirtió en una persona capaz de amar. Imagínate el poder de la palabra. Y eso es, en resumen, uno de los mensajes claros. Pero no es el único personaje femenino, hay una manera de sincretizar otros personajes femeninos universales, como ha sido Safo, como Medea, más contemporáneos, como la Bernarda de Lorca o la Blimunda de José Saramago. Es decir, es un sincretismo de personajes femeninos que son universales, que de alguna manera nos han transmitido importantes valores, no solo positivos, sino cuestiones negativas también que seguimos heredando en la humanidad.
Y cómo es la puesta en escena. Sois varias mujeres, cada una nos cuenta una historia, todas forman parte de un conjunto mayor. Es un recorrido por el universo femenino, que reivindica la realidad poliédrica de la cotidianidad de las mujeres a partir de una lectura contemporánea.
Bueno, es un trabajo muy complejo, como te puedes imaginar. Es el formato mayor que hemos hecho los 32 años que lleva la compañía de trayectoria. Somos, como bien dicen, mujeres. Somos 11 bailaoras sobre el escenario, dos cantaoras, siete músicos, todo en directo. La música es original, El Harbi ha hecho un trabajo precioso sobre palos flamencos. La iluminación era muy complicada, pero a la vez muy bella, porque era iluminar la noche, todo pasa en una noche y y en un amanecer y era un reto. La música es original, hay dos guitarras flamencas. Sobre el vestuario, siempre que estoy montando la coreografía veo cómo está vestida, ¿no? Sobre todo porque tienes que hacer un vestuario esté en movimiento todo el tiempo, que sume al movimiento y no reste. Toda la tonalidad y todo lo que hay son colores trabajados a mano por el taller Calderón y se nota cuando hay un trabajo artesanal y cuidado. Conseguir eso, como sabes, es un trabajo enorme y lo que se trata es eso, que el espectador se vaya con la sensación de que todo ha fluido con una facilidad enormemente.
Y cómo dialogan la tradición marroquí y esas voces árabes con las flamencas, con el flamenco
Bueno, algo que teníamos muy claro es que el primer sonido que tenía que llegar al espectador, tuviera esa reminiscencia árabe. Fíjate, la primera vez que fui a Marruecos, el primer almuédano que escuché, me llamó enormemente la atención, escucharlo en directo. Qué apabullante. A mí me emocionó, porque de pronto escuché una voz que yo ya había escuchado toda mi vida. Ese eco árabe, obviamente el flamenco tiene su origen ahí, es la reunión de diferentes culturas y modos que convivieron en el sur de España durante un tiempo. Obviamente, hay una clara, clarísima influencia del árabe y de lo morisco, como no podía ser de otra manera.
Aquí tratáis de desmontar estereotipos femeninos con los que se ha silenciado durante siglos a las mujeres reales. Reescribir el papel de la mujer, que estamos viendo muchos ejemplos últimamente en la cultura. ¿Cómo se hace esto desde la danza y desde el flamenco?
Por supuesto, la danza en general y el flamenco en particular, como arte que es, tiene esa facultad de reflejar lo que vive, en el momento que lo vive, como nadie. Porque el arte precisamente es eso, tiene esa capacidad de sincretizar la experiencia vital y social de su momento y traducirlo en una obra artística. Y la danza es eso, a través del movimiento y a través de todos los elementos que interviene, tú puedes crear mensajes y reflejar perfectamente cualquier aspecto del ser humano, de su vida y de su experiencia. Entonces, claro que sí es eso. ¿Eso es nuestro lenguaje, no? Y en mi caso es mi modo de expresión más directo.
Tú eres madre y esta reivindicación creo que tiene que ver con tu madre también. Una mujer muy activa, muy trabajadora.
Jajaja... Lo es, lo sigue siendo.
Madre de cinco hijos, una matriarca. Esto lo has mamado en casa.
Sí, bueno, yo creo que todos lo llevamos muy presente, sobre todo las que pertenecemos al mundo mediterráneo. Claramente es un matriarcado, que defiende el patriarcado y que lo trasmite. Es evidente. Pero sí, más allá de eso y ante tu pregunta, es verdad que en De Sheherazade hay una especial atención por definir o intentar situar a la mujer en todo su diferente abanico de posibilidades. No solo lo femenino, lo delicado, lo romántico. Son mujeres que son también frágiles, inseguras, pero son mujeres fuertes, luchadoras, mujeres que han tenido el sentido y el valor de transmitir toda la experiencia humana.
Lo hablábamos con Miguel Poveda hace unas semanas, que ha pasado por el Flamenco Festival de Nueva York. Tú también has pasado por el mismo festival, pero en Londres, cómo está cambiando el flamenco, abriéndose al feminismo, al colectivo LGTBI, un arte que tiene unos esquemas muy patriarcales, asociado un poco al machismo.
Bueno, yo creo que el flamenco siempre vive una revolución continua en su interior, siempre. Por eso es lo que es. El flamenco es un arte contemporáneo y eso es algo que intentamos también transmitir, dar visibilidad y poner en valor. El arte flamenco es de los que mejor nos representa y es un arte contemporáneo, porque entendemos que lo contemporáneo es la tradición en movimiento. Aquello que no evoluciona, aquello que se estanca, es arte muerto. Pero es que el flamenco no es así. Hay una idea muy equivocada, estereotipada, de que el flamenco es es una tradición que no se mueve y no es verdad. El flamenco es un arte en continuo movimiento, en evolución, y es un arte siempre actual, porque siempre vive la época y porque siempre está en esa, como digo, revolución interior. Porque con todo lo que se encuentra, lo absorbe y le hace ir cambiando y evolucionando. Y tenemos ejemplos continuamente. Yo creo que ahora, por ejemplo, la danza, la labor de las mujeres en la danza flamenca es enorme y de una gran creatividad y hay propuestas muy interesantes. Por tanto, ¿qué es lo que pasa? Convive tradición y modernidad continuamente, pero hay una opinión externa, que se resiste a valorar y a reconocer al flamenco como el gran arte que es. Porque confunden. Creen que el arte como el flamenco, que es de origen popular, no tiene los ingredientes necesarios para ser un gran arte. Y esto ya se refiere más a cuestiones ideológicas y a cuestiones que no tienen que ver con el análisis propio solo del flamenco. Se refieren a ideologías que no quieren que cambie o que no quieren reconocer un arte popular como es el flamenco como gran arte o arte de élite. Porque lo es, porque lo demuestra continuamente, porque está en los grandes escenarios, porque es reconocido internacionalmente. Esta es la lucha en la que todavía estamos.
Esta semana va a entrar en vigor el Bono Cultural Joven y entre las muchas actividades culturales que se quieren potenciar está la de la danza. No sé si la danza es un arte de minorías, como lo ves tú.
No debe de ser. ¿Quién no baila o no ha bailado en su vida? Basta ver a los niños, desde muy pequeñines, que cuando oyen un ritmo, una música, enseguida su cuerpo reacciona al movimiento. Eso es bailar. Eso es humano. La danza está en nosotros y además es la danza más directa del ser humano, todo ser humano tiene cuerpo, se expresa y todo cuerpo baila. Debería ser un arte más directamente reconocido. Y el ser humano debería apropiarse de ese arte.
¿Una es libre bailando y deja de serlo cuando baja de la tabla del escenario?
Bueno, yo no lo veo así. Quizá esto sea una idea demasiado romántica. La profesión de la danza abarca muchísimo. Por tanto, creo que lo importante es entender en el momento de tu vida o en cada momento de tu vida y de tu propia transformación personal o evolución personal, ¿dónde puedes ser más útil? Y eso es lo que continuamente me he ido preguntando. En el Centro Coreográfico sí hay un espacio donde puedo sentirme libre. Este proyecto de El Arbi El Harti y mío nos permite no solo proponer nuestro propio proyecto, sino que, sobre todo y a ello va dedicado, que tenga un impacto en la profesión y que se beneficie la profesión. Porque, al fin y al cabo, lo que te hace ser más libre, es tener dignidad, mantener tu dignidad. Y esto en la danza aún no es así. Creo que en la danza, los profesionales de la danza necesitan un mayor reconocimiento, mayor apoyo y luchar por su dignidad, que es lo que seguimos haciendo. Esto es lo que realmente al final te hace ser libre, tener esa sensación de libertad.
Hace un año aproximadamente te escuché en una entrevista en El Faro con Mara Torres, que este sería quizás tu último gran espectáculo, que estabas ya trabajando en tu en tu despedida. No sé si es fácil para alguien como tú retirarse o cómo se prepara una para retirarse. Se me ocurre, por ejemplo, el ejemplo de Tina Turner, que llegó a un momento en su vida en que dijo: esto es un trabajo y estoy cansada, me tengo que retirar. Y efectivamente, se retiró y nunca más grabó un disco, nunca más se subió a un escenario. Pero, en tu caso, que esto para ti es algo más que un trabajo, que llevas el arte en la sangre, ¿es fácil retirarse?
A ver, sí, seguramente y lo digo así con toda claridad, 'De Sheherazade' será la última obra de gran formato y con este nivel de exigencia. La exigencia enorme que requiere esta profesión. Sobre todo cuando lleva muchos años y es la exigencia ya no sólo personal, a nivel físico, que obviamente lo es. El año que viene yo ya tendré 60 años. Está muy bien bajarse de ese nivel frenético de actividad y claro que hay que hacerlo, hay que acompañar a la edad, al cuerpo, a sus transformaciones y a no luchar contra ello, porque eso es una lucha perdida. De una manera tranquila, igual que hay que aprender a subirse, hay que aprender a bajarse. Es un continuo aprendizaje, pero sobre todo es escuchar y observar las propias transformaciones que te van marcando el camino. Eso es una cuestión. Otra cuestión es el compromiso con la danza. Yo creo que eso ha ido creciendo en mí. Seguirá creciendo. Por tanto, de eso no me voy a retirar.