"Aquí quien decide es ella": una anestesista planta cara en pleno parto a un marido que se niega a que su mujer reciba la epidural
"¿Te la quieres poner tú?"
Madrid
La epidural puede convertirse en la mejor aliada de una mujer durante un parto. Por supuesto, es algo totalmente opcional y hay quienes deciden dar a luz a sus hijos sin recurrir a ella. Recurrir o no a la misma es, en cualquier caso, una decisión personal.
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No obstante, en ocasiones, esto resulta difícil de comprender para quienes atienden al momento del nacimiento desde fuera, como bien ha mostrado la Doctora Elena Casado Pineda, que ha compartido indignada el caso de un parto real reciente en su cuenta de Twitter
Casado ha relatado que, hace unos días, le tocó atender a una embarazada que tenía la intención que tenía a intención de parir sin epidural. Todo iba bien hasta que llegó un punto en que la mujer sintió que el dolor era tal que no podía seguir adelante sin algo que la aliviara.
Dilatada de ocho centímetros, la mujer lloraba y gritaba, pero su marido no estaba de acuerdo con su petición de recibir la epidural y así se lo hizo constar a la anestesista. Se acercó a ella y le pidió que hiciera caso omiso a la decisión de su esposa, relata la doctora -trabajadora del hospital y testigo de lo sucedido- en su perfil de Twitter.
La anestesista se acercó entonces a hablar con la madre, quien reiteró su deseo de recibir la epidural ante el persistente e insoportable dolor. So acompañante, en cambió, no parecía dispuesto a cambiar su postura e interrumpió la conversación para tratar de convencer a la futura madre: "Pero no te la pongas, que estás de ocho, un empujón y ya está, tu madre no quiere", espetó él.
"Aquí quien decide es ella"
La paciente había asegurado en varias ocasiones estar segura de su decisión y, ante la poco empática insistencia del marido, la anestesista se mostró clara y contundente: "Aquí quien decide es ella. Yo dejo que los acompañantes os quedéis para la epidural, pero si sigues intentando hacerla sentir mal, te voy a echar fuera para hablar con ella...".
Tras el firme aviso de la profesional, Casado recordó al hombre que "la epidural es un derecho" e insistió: "Tiene derecho a no tener dolor y la que lo elige es ella, ni tú, ni su madre, ni yo, ni nadie. Ella", concluyó añadiendo una cuestión retórica al final. "¿Tú te la quieres poner?", demandó.
Una última respuesta afirmativa por parte de la mujer bastó para que la anestesista comenzase a explicarle cómo iba a ser el proceso. De fondo, el marido preguntaba: "Pero, ¿aquí ponéis muchas epidurales de estas?". "Entre tres e infinitas, depende de guardia", respondió, sorprendida, la propia Dra. Casado, quien tras el parto fue a visitar a la madre.