Los materiales que empiezan a bajar de precio después de meses inaccesibles
Empresas de la construcción, cooperativas de viviendas o particulares que decidieron construir su casa han tenido que lidiar estos meses con el crecimiento desorbitado del precio de algunas materias primas
Los materiales que empiezan a bajar de precio después de meses inaccesibles
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Madrid / Benavides de Órbigo (León)
Las materias primas dan un respiro después de alcanzar máximos en el inicio de la guerra en Ucrania. Entonces, las sanciones de occidente se sumaron a las todavía congestionadas cadenas globales de suministro y eso hizo disparar su precio en los mercados. Ocurrió con la mayoría de materias primas, pero algunos casos como lo ocurrido con el acero o el aluminio son muy llamativos.
La tonelada de aluminio, por ejemplo, rozó los 4.000 dólares en los mercados en el mes de marzo; y ahora, cuatro meses después, se paga a 2.450. Es decir, su precio ha caído un 40%. En torno a la mitad ha pasado a costar el acero desde sus máximos de abril. Otro caso llamativo es el de la madera, que en los mercados se paga hoy a un precio tres veces menor de lo que llegó a costar las semanas justo posteriores al inicio de la invasión.
La tendencia es similar en otros materiales como el níquel o el cobre, y lo cierto es que esta caída del precio supone un alivio para la industria porque hablamos de materiales fundamentales para la construcción, fabricación de piezas, de componentes... En definitiva, descarga la presión de los costes a buena parte de las cadenas globales de producción.
¿Qué significa que baje el precio?
El precio de las materias primas depende sobre todo de la demanda. Y esta, la demanda, es un buen termómetro para medir el ritmo de la actividad económica. Así que este desplome de precios puede estar anticipando un enfriamiento de la actividad industrial: todo ello mientras suenan fuertes tambores de recesión en Europa y con Estados Unidos ya dentro de ese escenario.
Esta caída, eso sí, podría ayudar a relajar la inflación; pero el problema es que lejos de caer de precios, el gas y el petróleo, dos motores de la industria, no contienen su escalada de precios. El gas ha tocado esta semana sus máximos históricos en el mercado de referencia europeo por miedo a un corte de suministro ruso; y el barril de petróleo lleva desde febrero sin bajar de los 100 dólares, casi un 50% más de lo que costaba hace justo un año. Todo este paisaje muestra que Rusia ha desestabilizado el tablero económico de occidente y puede seguir haciéndolo.
Jorge construye su casa
Para poner voz a estas cifras hemos hablado con Jorge, 33 años, que está construyendo una casa en su pueblo junto a su novia: "La gente con la que hemos trabajado nos iba avisando: «Oye, mira a ver si queréis ya encargar esto, que va a subir». Y entonces lo que hacíamos era ir comprando por adelantado, viendo lo que se veía venir. Pero sí es verdad que ahora alguna cosa que nos queda por la fachada, como piedras o cosas de esas sí que ha subido y ahí sí que nos ha costado algo más".
Él capeó la tormenta, pero no todo el mundo lo ha tenido tan fácil: "Siete u ocho casas que sé que iban a hacer, muchos han dicho «quieto, vamos a esperar a ver si esto baja». Y a nosotros nos dicen que seguramente ahora mismo si nos pusimos a hacerlas serían 40 o 50.000 euros más".
Fernando trabaja con el hierro
Fernando García es el gerente de Moncova, una empresa que fabrica forjados y trabaja con estos materiales: "Los precios experimentaron una subida en torno al 80, 70, 90% del precio". García subraya que aunque los precios han bajado, una cosa es bajar y otra volver al principio: "Ni de lejos, ¿no? Es decir: el precio de las energías, el precio del transporte... (...) Yo creo que la fuerte subida fue en parte por un componente especulativo. Creo que se ha producido porque, efectivamente, al no haber demanda, esto ha hecho que los precios hayan ido bajando".
Las cooperativas de viviendas
Fernando Rodríguez es director general de CONCOVI, una confederación de cooperativas de viviendas, gente que se quiere comprar una casa y, en vez de acudir a un promotor, se juntan y encargan ellos la obra directamente una constructora. Ellos también han sufrido una subida de precios: "Todas siguieron adelante y han salido. A lo mejor algunas de ellas con pequeños incrementos de un 3%, un 5%... Sobre todo las que se encontraban ya finalizando y con el tema de los acabados".
Más allá de la guerra, apuntan a otros factores que suben el precio: el regreso de la actividad tras el parón provocado por el COVID o una falta de mano de obra: "Faltan profesionales", señala. Aunque su mayor preocupación -denuncian- es el precio del suelo: "Realmente para nosotros y yo creo que a todo el sector lo que nos preocupa es la repercusión de los costes de los suelos, la falta de suelo y el valor del suelo. Lo que no puede pasar es que nos encontremos con que la repercusión del coste del valor del suelo en un proyecto esté a veces hasta llegando hasta el 50%".
También subraya que hay cosas que han cambiado de forma definitiva: "Ya tenemos desde hace tiempo que olvidarnos de que el coste de metro cuadrado de edificación normal esté en 900€ el metro cuadrado".