Desconectar del trabajo en vacaciones: ¿es posible en todos los casos?

Ya ha llegado agosto, la hora punta de las vacaciones para los españoles: es el momento perfecto para olvidarse de todas las cargas del trabajo y de disfrutar el tiempo libre. Y aunque esta afirmación pueda parecer de sentido común, no todos consiguen ponerla en práctica. El mundo digital cada vez más introducido en nuestras vidas imposibilita para muchos la capacidad de obviar el trabajo durante unas semanas.

Existen diferentes perfiles que, por unos motivos o por otros, les supone un gran esfuerzo esa desconexión. Ya sean autónomos para los que desconectar es un desafío, trabajadores a los que les es difícil conseguirlo o empleados que se ven obligados a estar pendientes de la empresa para la que trabajan. La desconexión también puede resultar complicada, según la psicóloga experta en Recursos Humanos, Estela Pérez Peláez, a aquellas personas a las que "les cuesta delegar sus funciones en otros empleados, que son controladoras o que tienen un sentido de la hiperresponsabilidad"

Aunque la Ley Orgánica de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales obliga al empresario obliga al empresario a elaborar una política interna que garantice la desconexión digital de su empleado, los sindicatos denuncian su incumplimiento, en el que en ocasiones se produce una "explotación laboral" y un "incumplimiento de la jornada laboral, trabajando más horas de las debidas que, además, no son remuneradas", insiste Ramón Larrínzar, Secretario de juventud Comisiones Obreras Madrid.

Más allá de las consecuencias a nivel legal, la conexión continua al trabajo, incluso de vacaciones, puede tener múltiples efectos, tanto a nivel psicológico como físico. Cuando se acumulan durante mucho tiempo los sentimientos de estrés, los trabajadores pueden desencadenar en "consecuencias mucho mayores, a nivel psicológico como la ansiedad o la depresión que somatizan luego problemas de regularidad intestinal", reflexiona la psicóloga pedagoga Cristina Álvarez Puerto. Estela Pérez Peláez, psicóloga experta en Recursos Humanos, insiste en que pasar el descanso por alto "pasa factura" e insiste en algunos de sus efectos como, por ejemplo, "los brotes gordos de estrés" que tiene que ver con sobre carga. "Si no escuchamos, el cuerpo habla, así que mejor enseñar a la mente y hacernos saber a nosotros mismos que el trabajo ya está hecho y que, ahora, también es necesario desconectar".

Algunas de las herramientas que nos pueden ayudar a desconectar durante las vacaciones, según Pérez Peláez:

1. Realización del ejercicio físico
2. Pasear
3. Disfrutar de la naturaleza
4. Hablar con la gente del lugar de vacaciones
5. Probar, saborear y disfrutar de la gastronomía típica de la zona
6. Pasar ratos sin hacer nada y permitirse a uno mismo sentir que no se está haciendo nada