El Barça arrolla a Pumas en el estreno goleador de Lewandowski

Si aún faltaba algún escéptico en dar rienda suelta a la ilusión en el Camp Nou, Robert Lewandowski y Pedri González se han encargado de transformarlos en creyentes. El Barça, en una gran actuación en la que destacaron el medio español y el atacante polaco, se llevó el Trofeo Joan Gamper ante un Pumas que poco pudo hacer más que observar como iban cayendo los goles. Pese a que los de Xavi no perdonaron, el ambiente festivo en la previa del encuentro era notorio. Ya fuese por el homenaje a Dani Alves, ahora jugador del equipo mexicano, o por la presentación de una plantilla ilusionante, el público quería pasárselo bien. Solo los pitidos a Braithwaite, el jugador que se llevó la peor parte en la presentación, nublaron una tarde de fiesta en Barcelona.

Los primeros minutos fueron un vendaval de fútbol, arrancando con el primer gol de Lewandowski como culé. Acto seguido, Pedri, que fue asistente en el primer gol, se cambiaría los papeles con su nuevo compañero, anotando el segundo tanto. La guinda la puso Dembélé, que anotó el tercero en menos de 10 minutos. Para finalizar el torbellino, los protagonistas de los anteriores goles volvieron a sacar a relucir su conexión, anotando el cuarto el canario antes de llegar al ecuador de una primera parte que se estaba haciendo eterna para Pumas.

Por suerte para los mexicanos, el Barça abandonó su versión más seria y contundente para disfrutar, dejando que esa nueva dupla mágica fuese ganando enteros. Pese a que ese final de primera parte invitaba a pensar que bajaría el ritmo, los cambios revitalizaron el partido. Aubameyang, que salió muy enchufado, consiguió meter el quinto y por poco se encuentra con el sexto, ya que su remate se estrelló contra el travesaño. Entre la fiesta y los debuts (como el de Koundé, que tuvo media hora para lucirse), faltaba solo la guinda: Frenkie De Jong marcó el sexto y último gol del partido, llegando el tanto en medio de la especulación sobre su posible marcha.

Con ello, el FC Barcelona cerró un Joan Gamper que, si bien no repercute a una competición oficial, se decreta el estado de felicidad culé unos días antes de que comience LaLiga. Puede ser que la realidad de la competición acabe mostrando un equipo con menos fuegos artificiales, pero Lewandowski y Pedri permiten soñar despiertos a los aficionados. Algo que, por desgracia para ellos, hace demasiado que no pasa en el Camp Nou.