La botella de cerveza
"Cuando regresábamos por un sendero flanqueado por cabañas de paja uno de mis compañeros se inclinó para recoger algo del suelo. Era un trozo de vidrio de botella ¿Desilusión? No realmente"
Historia de un objeto | Una botella
El mundo se ha llenado de basura. Es una realidad que experimentamos cada vez que nos vamos de viaje. Da igual que sea a una isla del Caribe o a un fiordo noruego: lo más probable es que nos encontremos basura: plástico, latas y botellas que han arrastrado el mar o el viento ¿Cuándo comenzó a llenarse el mundo de desechos? En realidad, desde que hay seres humanos: las sabanas africanas están repletas de detritos que dejaron los homínidos de hace un millón de años. Sin embargo, la basura ha crecido exponencialmente y cambiado de naturaleza con el capitalismo y la industrialización. A partir de mediados del siglo XIX el mundo se ha visto inundado de objetos desechables de un solo uso producidos en masa en fábricas. Nunca se ha producido tanta basura en tan poco tiempo. Nunca ha viajado tanto y tan rápido. Y nunca ha llegado a lugares tan remotos.
Hoy me gustaría hablaros de esa basura viajera que desperdigó la industrialización, el capitalismo y los imperios en el siglo XIX. Y en concreto de una botella de cerveza. Nos la encontramos en la frontera entre Sudán y Etiopía. Llevábamos días prospectando sin éxito. La zona en cuestión es de las más despobladas de África subsahariana y buscar yacimientos allí era como buscar una aguja en un pajar. Aquel día después de una larguísima caminata bajo el sol no vimos nada. Solo bosque y montañas. Cuando regresábamos por un sendero flanqueado por cabañas de paja uno de mis compañeros se inclinó para recoger algo del suelo. Era un trozo de vidrio de botella ¿Desilusión? No realmente.
En el trozo de vidrio se leía BIRRA 1937. Era una botella de cerveza italiana de hacía más de 80 años ¿Cómo había llegado allí? La Italia fascista invadió Etiopía, un estado soberano con representación en la Sociedad de Naciones, en 1935. Y la perdió solo seis años después durante la II Guerra Mundial, gracias a los esfuerzos combinados de las fuerzas aliadas y etíopes. El trozo de vidrio es un trozo de una gran historia: la última expansión imperial europea, el fascismo y la Segunda Guerra Mundial.
Es un trozo de otra historia además: de la globalización contemporánea y la expansión de la basura industrial a los rincones más recónditos. Cerca de la botella de cerveza encontramos finalmente un puesto militar italiano de 1940. Uno de tantos que hemos ido localizando a lo largo de los años y que se pueden identificar por sus desechos: fundamentalmente botellas de bebidas alcohólicas. De aquel imperio glorioso que soñó Mussolini lo que ha quedado son algunas ruinas y mucha basura fuera de lugar. Lo mismo que quedará, a este paso, de nuestra civilización contemporánea.