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"El suicidio es la punta del iceberg bajo el que hay una carga de sufrimiento muy grande"

Miguel Guerrero, coordinador de la unidad de prevención del suicidio del hospital Virgen de la Victoria de Málaga, explica qué hay detrás de este problema "cuya magnitud es mucho más grande que la mortalidad"

La ministra de Sanidad, Carolina Darias, durante la presentación por parte del Ministerio de Sanidad de la línea 024 de atención a la conducta suicida el pasado mes de mayo / SERGIO PÉREZ (EFE)

Madrid

Cada dos horas y cuarto alguien se quita la vida en este país, unas once personas al día. El 024, teléfono contra el suicidio, comenzó a funcionar el pasado 10 de mayo y en estos tres meses ha atendido 34.000 llamadas. En 20 días recibieron un extraordinario aluvión de 9.000 llamadas pero ahora el dato se ha estabilizado en 300 al día. Se ha intervenido en más de 500 de suicidios en curso y 1.500 han sido derivadas al 112 por la gravedad de los casos.

Crisis de salud pública, medioambiental y humanitaria

Miguel Guerrero, coordinador de la unidad de prevención del suicidio del hospital Virgen de la Victoria de Málaga, tiene claro que es necesario que el suicidio sea considerado un problema social "como os accidentes tráfico, la violencia de género o el terrorismo" porque se sigue teniendo el prejuicio de que solo es un problema mental: "Un trastorno psicológico es un factor de riesgo pero en ningún caso lo determino y no es la causa. Es muy importante, una vez que se conceptualiza como problema social, considerarlo de salud pública porque son todas las instituciones públicas las que deben poner en marcha las estrategias de prevención para evitar un problema tan grave en nuestro país como es el suicidio", sentencia en Hoy por Hoy.

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Los determinantes sociales, económicos y el bienestar social están muy involucrados en el suicidio y, como recuerda este especialista, "cuando una persona decide acabar con su vida no lo hace por una única causa". Un estudios internacionales demuestra que cada vez que sube el paro un 1% en un país, la conducta suicida sube un 0,8%. La pandemia también puede pasar factura en este ámbito pero Guerrero apunta que todavía no hay ningún estudio robusto sobre su impacto: "De intentos de suicidios, ideas suicidas y autolesiones sí se va viendo un incremento, y sabemos que la pandemia ha incidido en los factores de riesgo, especialmente de jóvenes y mujeres".

Más allá de la mortalidad

Miguel Guerrero incide en que "en el suicidio no solo podemos quedarnos en la mortalidad": "Esa es la punta del iceberg bajo el que hay una carga de sufrimiento muy grande. Hay mucha gente con un dolor profundo diariamente. Además, hay que pensar también en el impacto de los supervivientes. Hay 80.000 devastadas por el suicidio de una persona querida que se ha suicidado. La magnitud de suicidio es mucho más grande que la mortalidad", concluye.

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