TikTok se ha vuelto una amenaza para el reinado de Meta (empresa matriz de Facebook, Instagram y Whatsapp) por varios motivos: Nos encontramos en el mismo contexto en el que Snapchat, con sus filtros y la invención de las stories, comenzó a arañar en 2016 usuarios jóvenes a las plataformas de Mark Zuckerberg. Se generó entonces un nuevo concepto audiovisual basado en el impacto de lo efímero. Instagram respondió copiando con éxito y sin ningún pudor el modelo de historias que desaparecen en 24 horas. De hecho, Kevin Weil, uno de sus directivos, vino a decir que copiar es el modo como trabajan las tecnológicas y que las buenas ideas empiezan en un sitio y luego se expanden por toda la industria. Sin embargo, Instagram ha impuesto a todos sus usuarios la tiktokización de su plataforma, primando el vídeo (los reels) sobre las fotografías y recurriendo al algoritmo para ver historias y contenidos de otros usuarios y no de los amigos a los que se sigue. Esto ha generado una ola de indignación entre algunos instagramers, que acusan una pérdida de identidad de la plataforma. De hecho, miles de usuarios han firmado en Change.org la petición Hagan que Instagram vuelva a ser Instagram: deja de intentar ser TikTok, solo quiero ver fotos bonitas de mis amigos. Ante la oleada de críticas, Adam Mosseri, el máximo responsable de Instagram, ha declarado: “Si no fracasamos alguna vez es porque no estamos pensando lo suficientemente en grande o de forma atrevida”. Sin embargo, en un videocomunicado también dejó claro que, “para ser honestos, el vídeo va a tener cada vez más peso en Instagram”. Tiktok ha sabido atraer a nuevos creadores de contenidos, ha construido un algoritmo que atrapa rápidamente al usuario ofreciéndole vídeos de interés nada más entrar en la red social. Además, lo ha sabido monetizar, por lo que sus ingresos son cada vez más elevados. Por su parte, Meta es consciente de esta situación y sabe que el futuro de las redes sociales pasa por el videocentrismo. Instagram no quiere tener el mismo final que tuvo Fotolog, pero tiene que desarrollar y consolidar su estrategia de uso del vídeo. Se estima que, en 2022, el 82 % de todo el tráfico de internet será de vídeo.