Científicos de EEUU desarrollan un nuevo fármaco contra el cáncer que genera menos efectos secundarios en los pacientes
Por primera vez, un equipo de científicos de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, ha logrado utilizar un nuevo método de absorción para poder atacar las células cancerosas con más capacidad curativa y menos efectos secundarios
La novedad consiste en utilizar el sistema linfático del cuerpo como reservorio de almacenamiento y esto es una mejora importante, porque permite optimizar las concentraciones de este nuevo medicamento para que pueda dirigirse, de forma simultánea, a dos vías de señalización molecular responsables del crecimiento del cáncer.
En concreto, este equipo de investigadores de la Universidad norteamericana de Michigan está desarrollando un nuevo medicamento contra el cáncer que se absorbe a través del sistema linfático del intestino en lugar de los vasos sanguíneos.
Esto tiene dos grandes ventajas. Primero, supera las vías de señalización molecular que conducen a la resistencia a los medicamentos y, por otra parte, aumenta la capacidad de combatir el cáncer y, a la vez, reduce los efectos secundarios.
Y este nuevo fármaco contra el cáncer ya ha sido probado con éxito en ratones de laboratorio y ahora estos científicos están preparando ya su primer ensayo clínico con humanos.
Pruebas con animales
De hecho, los resultados de esta investigación que publica hoy “Nature Communications”, estos científicos demuestran que el uso de este nuevo inhibidor de quinasa redujo significativamente la enfermedad, limitó la toxicidad y prolongó la supervivencia en ratones con “mielofibrosis”, un precursor de la leucemia aguda.
Estos investigadores han diseñado el medicamento oral LP-182 para atacar simultáneamente la fosfoinositida 3-quinasa, también conocida como PI3K, y la proteína quinasa activada por mitógeno, conocida como MAPK, vías de señalización molecular que impulsan un alto porcentaje de cánceres.
El tratamiento del cáncer a menudo implica una terapia combinada para atacar diferentes vulnerabilidades de las células cancerosas. Pero debido a que estos medicamentos circulan y son absorbidos y eliminados por el cuerpo a diferentes velocidades, “puede ser un desafío mantener el equilibrio terapéutico adecuado de cada fármaco individual en una concentración necesaria para que sea eficaz y al mismo tiempo limitar la toxicidad del fármaco y los efectos secundarios”, explica el autor principal de este proyecto, Brian D. Ross, profesor de Investigación en la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan.
A diferencia de los medicamentos orales tradicionales, que a menudo están diseñados para ser absorbidos rápidamente en el torrente sanguíneo, los investigadores que trataron a ratones con mielofibrosis descubrieron que el sistema linfático del intestino absorbe primero el LP-182. El sistema linfático sirve como reservorio de almacenamiento, separando el fármaco del resto del cuerpo y liberando gradualmente la terapia a la circulación general con el tiempo para mantener las concentraciones del fármaco en un nivel terapéutico óptimo.
Ventajas
"Esto demuestra la viabilidad de administrar agentes anticancerígenos directamente en el sistema linfático, lo que abre una nueva y tremenda oportunidad para mejorar los resultados terapéuticos del cáncer y reducir los efectos secundarios de los propios agentes", añade el profesor Ross.
En la mielofibrosis, se forma tejido cicatricial excesivo en la médula ósea, lo que interrumpe la producción normal de células sanguíneas. La señalización molecular hiperactiva conduce a una proliferación de células madre malignas, fibrosis extensa, agrandamiento del bazo e insuficiencia progresiva de la médula ósea.
La enfermedad se propaga a través del tejido linfático, que también es una ruta común para la metástasis del cáncer, por lo que los hallazgos de Ross y su equipo pueden ofrecer nuevas estrategias para prevenir la propagación del cáncer.
Ampliación
Además, debido a que el sistema linfático del intestino alberga más de la mitad de las células inmunitarias del cuerpo, los resultados del estudio podrían proporcionar enfoques para el tratamiento de trastornos autoinmunes y otras afecciones.
Ross y sus colegas continuarán ampliando sus estudios preclínicos de LP-182 con el objetivo de establecer un ensayo clínico de fase I en pacientes humanos con mielofibrosis.
Por otra parte, también están desarrollando inhibidores de quinasas dirigidos para tratar tumores sólidos, incluidos los cánceres de mama, cerebro, gastrointestinal y pancreático, junto con enfermedades autoinmunes como el lupus y la esclerosis múltiple.
Javier Gregori
Periodista especializado en ciencia y medio ambiente. Desde 1989 trabaja en los Servicios Informativos...