'Dios mío, ¿pero qué nos has hecho?' es la nueva entrega de esta saga cómica que mantiene vivos todos sus prejuicios

MADRID

La primera película de esta cómica trilogía llegaba en el año 2014 bajo el título 'Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?'. Ocho años más tarde aterriza en las salas la tercera entrega de la saga del director francés Philippe de Chauveron quien continúa apostando por la singularidad de la familia francesa y con los actores Christian Clavier y Chantal Lauby. En 'Dios mío ¿Pero qué nos has hecho?', aún hay sitio para acoger a las diferentes familias en la casa de los Verneuil. 'Dios mío ¿Pero qué nos has hecho?' es una comedia que apuesta por los gags que giran en torno a los juicios y complejos que la sociedad emite sobre las diferentes culturas y religiones desde la perspectiva de una familia acomodada francesa. La idea nace de una mirada hacia la propia familia del director: "La primera película es una manera de hablar de mi mismo. Yo tengo un 'matrimonio mixto' y mi hermano también. En su día leí que en Francia había una gran mezcla de culturas y me dieron ganas de hablar de ello", cuenta Chauveron.

El cine francés está lleno de obras cómicas y sigue optando por este género que funciona tan bien en taquilla. "Recuerdo la gran frase de Marcel Pagnol, un gran escritor francés de comedia, que dice que a la gente le gusta reírse de otras personas que ingenuamente piensan que no se les parecen pero en el fondo son ellos mismos”, afirma Clavier, quien también reconoce que Francia es un país en el que, a lo largo de su historia, se han sucedido toda una serie de choques culturales y, actualmente, es una realidad que permanece. “La palabra racismo es una palabra muy fuerte. En la película y lo que pasa en Francia es un intercambio de prejuicios, pero nada más allá", matiza el actor.

El personaje de Christian Clavier tiene una personalidad muy marcada, fuerte y cómica que mantiene a lo largo de todas las entregas. "El personaje de Claude es muy divertido, está escrito de una manera muy vivaz. Durante toda mi carrera he hecho papeles de personajes que tenían que lidiar con sus defectos, eran particulares en sí mismos. Por ejemplo, yo era un gran admirador de Louis Funes actor de La gran juerga (1966), y recuerdo con especial cariño uno de sus primeros éxitos: El hombre del Cadillac (1965), donde él era un traficante de drogas. Me pareció increíble cómo pudo hacer un personaje divertido en una comedia popular pero sin perder de vista su papel como narcotraficante. Así que para mí encarnar este tipo de papeles es como una tradición", cuenta el actor.

Esta tercera entrega continúa tomando la premisa de la primera película. Un padre de familia cristiano y conservador, Christian Clavier, acompañado de su mujer Marie, encarnada por la actriz Chantal Lauby, una madre conservadora y puritana de ideología similar, tienen que lidiar con las parejas de sus cuatro hijas, de orígenes muy distintos y con culturas que chocan entre sí en el día a día. Esta vez ella adquiere un carácter mucho más protagonista en comparación con lo visto en las anteriores películas de la trilogía. Un comentario inapropiado e inesperado sobre su aspecto y deterioro físico, la lleva a reflexionar sobre sí misma, sobre la vejez, sobre el deseo sexual y sobre el paso del tiempo. Es así como protagoniza gran parte de la premisa secundaria al encontrarse con un hombre mucho más joven que ella y que aparentemente la desea. Otra de las particularidades de la nueva comedia es que los personajes viven una aventura conjunta. Los Verneuil al completo, las parejas de sus hijas y los padres de dichas parejas confluyen en la casa familiar de los Verneuil con motivo del 40 aniversario del matrimonio de los patriarcas franceses. Esta macro reunión sorpresa desatará numerosos rifirrafes y encuentros fortuitos llenos de humor, clichés y buen rollo.

Una saga que bate récords en la taquilla europea, dentro y fuera de las fronteras francesas. "Estamos súper contentos, ha sido un gran éxito en Francia y la película ha dado la vuelta a todo el mundo. Nunca hubiera imaginado que tuviera tan buena acogida en España. Es muy gratificante hacer una película que dé la vuelta al mundo, ha sido añadir felicidad a la que ya tenía", afirma el director.