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Zalamea de la Serena y Fuente Obejuna: una historia de abusos, maltrato y manadas

Cientos de vecinos pasan el verano ensayando 'El alcalde de Zalamea', de Calderón, y 'Fuenteovejuna', de Lope. Dos clásicos muy contemporáneos representados por el pueblo

Escenas de 'Fuenteovejuna' y de 'El alcalde de Zalamea'

Los municipios de Zalamea de la Serena, en Extremadura, y Fuente Obejuna, en Córdoba, vuelven a convertirse a partir de hoy en un escaparate del Siglo de Oro. Después de dos años de parón por la pandemia, recuperan las representaciones populares de 'El alcalde de Zalamea' y 'Fuenteovejuna', de Calderón de la Barca y Lope de Vega, respectivamente.

Dos historias que denuncian el abuso de poder, la tiranía o la violencia contra las mujeres. Dos textos clásicos que reivindican valores como la honradez, el amor, la justicia, la amistad o el concepto del honor. Y, sobre todo, la unión de un pueblo, todos a una, por defender la cultura. Cientos de vecinos han pasado estos meses de verano ensayando, entregados a dos fiestas de interés turístico y cultural. Es el metateatro: el pueblo representando al pueblo. De todo ello hemos hablado con quienes están al frente de sendos montajes.

'Fuenteovejuna', historia del maltrato y los abusos de poder

La noche del 23 al 24 de abril de 1476, vecinos y vecinas del municipio se levantaron en armas contra el Comendador Mayor de la Orden de Calatrava Fernán Gómez de Guzmán, dándole muerte. Es el hecho histórico que sirvió de fuente y génesis del drama 'Fuenteovejuna', que escribió Lope de Vega entre 1612 y 1614. 'Fuenteovejuna' se representó por primera vez en Fuente Obejuna en 1935, por la compañía teatral profesional de Enrique Borrás y Margarita Xirgú, con el motivo del Tercer Centenario de la muerte de Lope de Vega (1635).

Cartel de 'Fuenteovejuna' 2022 / Ayto. Fuente Obejuna

La obra ha tenido diferentes lecturas y versiones a lo largo de los años, así como su escenografía ha ido evolucionando también. Hoy es Bien de Interés Cultural y, después de dos años de pandemia, se ponen al frente de la obra José Carlos Cuevas y Pedro Hofhuis.

¿Cómo han recibido a estos dos malagueños en Fuente Obejuna?

Pedro: Pues la verdad es que estamos encantados con el recibimiento. Desde que llegamos, nos trataron como si fuéramos paisanos del pueblo. Honestamente, tenemos al pueblo entregado en la representación y eso nos facilita mucho la vida.

¿Cuántos vecinos participan?

José Carlos: Entre actores que tienen papel, figurantes, gente que hay por detrás y demás... habrá cerca de 200 personas.

En mayo hicisteis un proceso de casting. ¿Se apunta más gente de la que luego sale? ¿Qué valoráis a la hora de elegir a uno u otra?

Pedro: El proceso de casting fue una auténtica aventura, porque yo, por ejemplo, nunca había visto la representación. Así que fui con una mirada absolutamente limpia, a ver qué me iba encontrando en el proceso y encontré a gente que se sabía muchos papeles y que ellos me decían 'yo me presento a los tres personajes malos, al Comendador, Flores y Ortuño. Entonces trabajaba con ellos un poco, me leían un segmento o me hacían ellos un fragmento. Y conforme a eso, y un poco al perfil que José Carlos y yo previamente habíamos hablado, de cómo nos imaginábamos los personajes, pues fuimos eligiendo. La suerte que tuvimos fue que desde el primer casting, ese fin de semana pudimos cubrir todos los papeles.

José Carlos: Y son muchos papeles de reparto, participan 25 actores y actrices que tienen texto.

¿Hay rivalidad por conseguir el papel más destacado?

José Carlos: No, aquí la competencia es totalmente sana. Además, hay como papeles que entre ellos se le presuponen ya a cierta persona, porque ya lo ha hecho en ediciones anteriores o por el propio carácter o fisionomía. Los papeles más codiciados siempre son Laurencia, el Comendador o los malos. Es verdad que son personajes que todo el mundo quiere hacer, pero la competencia de aquí es totalmente sana entre ellos. Lo que quieren es participar y vivir de esa fiesta que se celebra cada dos años.

Cada uno tendrá sus razones, pero ¿qué dirías que motiva a un vecino para "sacrificar" su verano ensayando? ¿Los hay con una espinita clavada, a quienes les hubiera gustado o les gustaría ser actor o actriz?

José Carlos: Hay de todo. Hay un poco de todo. Es verdad que hay gente como la propia alcaldesa, Silvia (Silvia Mellado), que hizo en 2004 de Laurencia. Ella sí que reconoció que sí, que tenía una espinita clavada, que le hubiera gustado dedicarse a la interpretación. Se pudo desquitar, supongo, en aquella edición. Pero también, por ejemplo, este año tenemos a Andrea, que hace de Laurencia. Ella estudia comunicación visual y hace teatro también, con una compañía, y tiene ciertas inquietudes. Mónica, nuestra jefa de regiduría, también hizo de Jacinta en en otra edición anterior. Ella sí que se formó en Arte Dramático y participó en en 2006, creo recordar. Así que hay un poco de todo, pero es verdad que lo interesante y lo que me gustaría habría aquí un debate también, es sobre qué es amateur y qué es profesional, porque es gente que no se dedica a ello, que sus trabajos son muy diferentes, no tienen nada que ver con la interpretación. Pero la pasión con la que viven su obra es tan grande, la conocen tan bien desde pequeños, que claro, esa digamos a falta, por así decirlo, de profesionalidad, la suplen con la pasión y el conocimiento que tienen de su obra. Así que yo, después de estar aquí dos meses viendo el trabajo de la gente de aquí, yo lanzo una pregunta: ¿qué es amateur y qué es profesional? Porque la gente que venga a ver Fuenteovejuna 2022, pocos van a poder decir que esto es teatro amateur.

Pedro: La entrega con la que lo hacen y el esfuerzo, aprenden un montón. No paran de preguntarte cosas sobre técnicas, sobre verso, están siempre interesados en cómo poder mejorar. Te piden ensayar a solas, muchas veces, para poder mejorar ellos. Es una entrega absoluta y el público que venga a verla, como dice José Carlos, no va a ver teatro amateur, va a ver una representación de teatro clásico en un escenario histórico.

FUENTE OBEJUNA (CÓRDOBA), 31/07/2022.-La adaptación de 'Fuenteovejuna', escrita por Lope de Vega en el siglo XVII y que se desarrolla en el XV y representará la población de Fuente Obejuna (Córdoba) en la plaza que lleva el nombre del autor entre el 18 y el 23 de agosto próximo, narra el proceso de documentación del literato, que se introduce como un personaje más de la obra.-EFE / Rafa Alcaide / Rafa Alcaide

¿Y cómo es la puesta en escena?

Pedro: Hemos planteado un Fuenteovejuna que juega entre la historia y la ficción. Que rescata toda la parte histórica del hecho de Fuente Obejuna y luego hemos trabajado la ficción, jugando un poco con Lope de Vega, que aparece como personaje en la obra, donde queremos contar qué pasos siguió y cuáles fueron las claves que lo llevaron a escribir Fuenteovejuna. ¿Cómo lo hizo?

El texto es el que es, pero igual que la escenografía ha evolucionado, también he leído que hace casi 20 años se hizo una versión que denunciaba o incidía en la violencia de género. No sé si vosotros habéis hecho alguna versión también en cuanto al texto, qué nos dice este clásico y por qué es importante para vosotros, que habéis trabajado tanto los clásicos, acercarse y contemporaneizar o no los clásicos.

José Carlos: Es verdad que la la edición que firmó Javier Ossorio denuncia precisamente lo que tú planteas, se volcaba más en ese punto de vista. Pero nosotros lo hemos querido enfocar desde el concepto de la fuerza de un pueblo unido. Al final, aquel protagonista, para nosotros y creemos que así lo planteó Lope, es el propio pueblo de Fuente Obejuna. Cuando en esa escena mítica de la tortura todos se ponen de acuerdo en decir que quien ha matado al comendador ha sido Fuente Obejuna. Nadie en concreto. No se culpa ni se señala uno a otro a pesar del dolor que les causa el ser torturado. Todos se ponen de acuerdo y todos a una dicen que lo hizo Fuente Obejuna.

Pedro: Nosotros, además, porque el texto es el que es, pero sí que hemos trabajado el abuso de poder a partir del Comendador. Hemos creado un clima en el que se habla de eso, del abuso de poder constantemente. De cómo el Comendador va sesgando la paciencia de todo el pueblo con su abuso y su mala fe.

José Carlos: No es que justifiquemos la violencia, claro, pero al final Lope de Vega plantea una un acto de rebeldía contra la tiranía. Sin justificar la violencia ni mucho menos, pero en cada escena que aparece el Comendador, vemos cómo pisotea el honor de la persona de campo, de estas personas de pueblo, en cada una de sus escena, para que el espectador también vaya generando esa rabia, impotencia, frustración que puede provocar que alguien te esté pisoteando constantemente.

Y eso sigue siendo muy actual.

José Carlos: Sin duda, al final los clásicos siguen estando vigentes porque los temas que tratan siguen estando de actualidad, claro. Y Fuenteovejuna, como también el personaje de Lope de Vega, que en otra versión dice al final: "en un tiempo en el que se sigue pisoteando el honor de los pobres, en el que las mujeres todavía claman venganza por los abusos cometidos por manadas de perros lascivos", dice literalmente Lope de Vega. El hecho de Fuenteovejuna cobra más fuerza que nunca y eso señala la actualidad, la vigencia de la obra de Lope.

FUENTE OBEJUNA (CÓRDOBA), 31/07/2022.-La adaptación de 'Fuenteovejuna', escrita por Lope de Vega en el siglo XVII y que se desarrolla en el XV y representará la población de Fuente Obejuna (Córdoba) en la plaza que lleva el nombre del autor entre el 18 y el 23 de agosto próximo, narra el proceso de documentación del literato, que se introduce como un personaje más de la obra.-EFE / Rafa Alcaide / Rafa Alcaide

José Carlos, tú has trabajado en un montaje de 'El alcalde de Zalamea', de Pedro Calderón de la Barca, dirigido por Helena Pimenta. Vamos a hablar ahora con Olga Estecha, la directora de 'El alcalde de Zalamea' en Zalamea de la Serena. Te quería pedir que dejases una pregunta para Olga.

Jose Carlos: Efectivamente, en 2015 y en 2017 estuvimos con la Compañía Nacional de Teatro Clásico haciendo 'El Alcalde de Zalamea' yo como actor me formé en la tercera promoción de la joven Compañía Nacional de Teatro Clásico. Y me gustaría saber, que me explicara Olga, qué mensaje precisamente nos quiere dar ella con su visión de 'El alcalde de Zalamea', porque también es una obra clásica muy conocida de Calderón y que también, en función de cómo la enfoque, se pueden sacar diferentes mensajes.

'El alcalde de Zalamea' edición 2022 / Ayuntamiento de Zalamea

'El alcalde de Zalamea': el juicio a la manada y valores más allá del honor

De Fuente Obejuna a Zalamea de la Serena, en Extremadura. 500 vecinos participan en el montaje de 'El alcalde de Zalamea', otra de las obras más conocidas y representadas del Siglo de Oro español. Su autor es Pedro Calderón de la Barca (1600-1681), aunque hay dudosas teorías que se la atribuyen a Lope de Vega. La representación de la obra es Fiesta de Interés Turístico Nacional desde 2018 y este año celebra su 27ª edición. Por segundo año y tras dos de parón por la pandemia, al frente de todos estos vecinos está Olga Estecha (Cáceres, 1966). En sus más de 30 años de carrera profesional, esta actriz y directora teatral ha estado al frente del Festival de Teatro de Alcántara entre 2013 y 2016.

Olga Estecha / Olga Ayuso

Este es tu segundo año después de debutar en 2019. Luego llegó la pandemia. Dos años de parón. ¿Qué recuerdas de aquel estreno, de esa experiencia debutando en Zalamea?

A ver, fue un momento muy, muy, muy tenso para mí, porque era difícil el hecho de que Miguel Nieto, el director anterior, llevaba 25 años haciéndolo. Desgraciadamente había fallecido y me llamaron a mí para para sustituirlo. Y entonces, bueno, el encuentro con el pueblo, que ya tenía una rutina muy aprendida y lo que yo quería aportar nuevo, pues fue difícil. Pero tengo un recuerdo muy bonito, porque la verdad es que Zalamea me acogió con los brazos muy abiertos y bastante dispuesto a escuchar mi propuesta. Bien es cierto que mi propuesta tenía que luchar con la que ya tenían muy aprendida, así que fue una experiencia dura, difícil, en el sentido de muy trabajada. Pero me fui satisfecha, con alegría y pensando en que me apetecía volver. Desde luego.

Has dicho tensión y de lucha. Siempre un debut es complicado. Pero claro, después de 25 años el pueblo acostumbrado a Miguel Nieto, llega una nueva persona y además, siento preguntártelo algo, una mujer al frente de Zalamea. No sé si esto generó también algún tipo de suspicacia, no solo por venir una persona nueva, sino por ser mujer.

Claro, yo no sentí nada así a la cara, por supuesto. Pero sí que pudo levantar alguna que otra ampolla. Seguro que sí. Además, Miguel Nieto era un hombre altísimo, con una barba enorme, y yo soy una mujer de un metro y cincuenta y seis. Así que había diferencia, ya no solamente hombre o mujer, sino física. Y 'El Alcalde Zalamea' tiene escenas donde tengo que mover a muchísima gente. Y sí, es verdad que tienes que buscar tu sitio, pero me ha pasado aquí y me pasó cuando estuve trabajando en otra cosa. Siento decirlo, pero seguimos teniendo ese problema con la mujer al frente de un grupo de gente tan numeroso, claro que sí, pero bueno, una coge su sitio y ya está. Yo el día que me presenté al grupo dije que a mí me tenían que hablar de "señor, sí señor". Y se lo tomaron en serio.

Será "señora, sí, señora"

Sí, bueno, señora, sí, señora. Y que se cuadren delante de mí, jajaja. No, estoy de broma. Ahora en serio, ahí sí creo que hay todavía una brecha, un techo al que llego y que saltar me cuesta.

Has hablado de tus propuestas frente al montaje que había heredado. No sé si pudiste hacer muchos cambios ese primer año, porque me da la impresión de que fue todo muy precipitado. Después de dos años de parón, ¿ya has tenido más tiempo para reflexionar y pretendes ahora implementar nuevos cambios o más propuestas?

Yo tengo la intención de ir poquito a poco. Entendí desde el principio que el cambio no podía ser brusco, porque el pueblo estaba muy habituado a un tipo de espectáculo que llevaban haciendo con Miguel, que les estaba funcionando, que a ellos les gustaba y que el público respondía. Así que cuando hablé con la corporación, lo tenía claro, lo que querían era un cambio, una continuidad con cambio, que hubiera renovación. Y en eso estoy. El 19 ya hice un poquito, cambié escenografía, cambié luces y cambié también entradas y salidas de los espacios de interpretación. También trabajé una interpretación, a mi modo de ver, mucho más realista y menos engolada en cierto momento. Este año lo que pasa es que, después de dos años de parón, tengo una cierta sensación de que tengo que empezar casi desde el principio. Porque había gente en los ensayos que se acordaba de lo que había hecho con Miguel y no se acordaba de lo que había hecho conmigo en el 19. Gente que no se acordaba de la escenografía nueva. Se acordaban de todo lo que habían hecho con Miguel y nada de 2019, así que tengo sensación de estar retomando otra vez. Los cambios tienen que ir despacio, le voy cogiendo el pulso al pueblo y no es por el pueblo, es porque es así. No quieren un cambio radical porque ellos no lo necesitan, tenemos que ir paso a paso. Pero desde luego que hay que ir renovando, porque yo tengo otra visión, tengo ganas de hacer mi propio alcalde de Zalamea, que ya va tomando forma.

Precisamente es la pregunta que nos ha dejado para ti José Carlos, uno de los directores de Fuenteovejuna. ¿Qué mensaje nos quieres dar con tu visión de 'El alcalde de Zalamea'?

Al tener tanto tiempo estos dos años de parón, he podido estudiar más el texto y lo que más he querido resaltar es el mensaje que viene por parte de Pedro Crespo de ser un buen hombre. Para mí es un hombre bueno. Calderón utiliza a Pedro Crespo para hablar de unos valores, que no te voy a decir que es el honor, porque siempre estamos hablando del honor. No es el honor. Es que es un muy buen padre, que habla de la amistad, les habla de unos valores a sus hijos que son muy importante y que siguen siendo absolutamente contemporáneos y que son valores que hacen mejor al ser humano. Lo del honor lo dejo aparte, el honor militar y el honor civil, que desde luego están ahí y que provocan la lucha. Pero lo que más estoy trabajando, es la humanidad que tienen estos personajes que el verso a veces lo aleja. Y son unos personajes muy humanos. Por otra parte, violencia de género era obligado, además retomé parte del monólogo de Isabel, un texto que Miguel habría quitado porque el monólogo es muy largo, supongo, que es donde Isabel habla de "mal haya el hombre, mal haya el hombre que viola". La actriz echa al público en cara que un hombre abusa de su fuerza, que realiza una violación, que obliga a ser querido. Y eso he querido utilizarlo.

Representación de 'El alcalde de Zalamea' / Ayuntamiento de Zalamea

Los clásicos son muy actuales, son muy contemporáneos. Este parece que no necesita una actualización.

Para mí lo que Zalamea necesita es quitarse es esa pátina de teatro rural. Me refiero al texto, por favor, a que siempre se ha hablado el drama rural, el drama rural... No, no, no, El alcalde de Zalamea está lleno de conceptos que Calderón nos lanza a la a la cara al espectador, como qué es ser bueno, cómo hay que comportarse, qué es la dignidad. Qué maldad hay en una persona que abusa de su poder físico, como es el capitán. Y además, por ejemplo, la imagen de Isabel cuando le dice al padre: "sí, tú me tienes que matar, vale, tú me tienes que matar. Pero antes de matarme, déjame que te explique que yo no soy culpable". Es un juicio. Es un juicio. Es la chica de la manada diciéndole al juez: "podéis decir todo lo que queráis, pero a mí me ha pasado esto y ahora condéname. Pero yo no soy culpable". No sé si soy capaz de explicarme.

Perfectamente. ¿Y cómo se organiza 500 personas en pleno mes de julio y de agosto?

Pues con mucho tesón, con mucha paciencia. Por eso empezamos también pronto. Yo empecé en mayo a trabajar con lo que son los textos, con la gente, con los actores que tienen texto, para refrescarlo. Y ahora ya en este último golpe estoy con todo el mogollón de gente y bueno, pues teniendo mucha, mucha paciencia y sabiendo que estás a su servicio, que son las 24 horas del día trabajando. Yo soy una pesada y ahora mismo yo no te puedo hablar de otra cosa que no sea esto, porque te envuelve todo, hay que organizar horarios, quién puede a las seis, quién a las ocho. Me gusta mucho este trabajo y todo el amor que le echo.

Representación de 'El alcalde de Zalamea' / Ayuntamiento de Zalamea

En mayo, también en Fuente Obejuna hicieron un casting de varios días. ¿Aquí habéis hecho casting, cada uno tiene ya su papel asumido cómo se reparten?

Por ahora, quien ya ha hecho un personaje lo sigue manteniendo. Por ejemplo Pedro Crespo, que lleva 25 años y lo va a volver a hacer. Pero en esta edición tenemos la suerte de que se nos han unido unos cuantos, gente más joven, con ganas de hacer personajes. Yo no he hecho casting porque no ha sido necesario, pero sí hay voluntariedad de participar probando otros papeles, así que hemos comprobado cómo funcionaban y tenemos algunas innovaciones. Gente nueva, gente joven, con ganas de hacer personajes, que eso es lo importante, así que estamos renovando el elenco.

Es una de las señales de las señas de esta edición, ese relevo generacional, estos jóvenes que probablemente el año que viene sí recuerden lo que hicieron contigo y no se les olvide.

Jajaja... Mira, ¿sabes qué tiene de bueno? Es muy particular. Este año ha entrado nuevo Antonio para hacer de Rebolledo, un personaje muy importante de la obra. Hace unos años hubo un Rebolledo que a la gente le gustaba mucho, así que los siguientes Rebolledo lo intentaban imitar. Ahora ha entrado un chiquito nuevo que quiere hacer de Rebolledo y que está proponiendo su Rebolledo. Entonces aquí hay un cambio generacional, porque la gente del pueblo va a dejar de ver al Rebolledo típico que hizo Fulanito de tal, que Menganito le imitaba... este es distinto. Sí siento que es mi Rebolledo, que lo he manejado yo y que hemos creado el personaje que los dos hemos querido.

¿Qué te llevas de todos estos vecinos, tú que has trabajado con actores profesionales, y estos no lo son? ¿Qué les motiva, tienen alguna espinita clavada?

A mí trabajar con actores aficionados me encanta, porque la voluntad que muchas veces muestran a la hora de hacer un ensayo, es admirable y ya le gustaría a más de un elenco profesional tirarse a la piscina como se tiran ellos y el trabajo que hacen. Y el esfuerzo con el texto de Calderón, por comprender a Calderón, por aprenderse el verso. Es muy difícil. Nosotros nos ganamos la vida con ello y es nuestra obligación. Pero ellos no la tienen. Y, sin embargo, me parece de una generosidad que se pongan allí y pelean y pelean por que todo salga como tiene que ser. Y les ves con tonterías como el lápiz en la boca y cosas de esas para practicar las dicciones. Y siempre hay alguien as quien de verdad le gusta el teatro. Mira, tenemos este año un niño que se estrena como el hijo de Pedro Crespo, que tiene 15 años. Se llama Raúl. Bueno, Raúl lleva viendo el alcalde de Zalamea desde los tres años, en una esquinita, literal. Iba a todos los ensayos generales, porque lo recuerda todo el mundo, y ha ido viendo cómo ha ido cambiando. Él empezó como figurante y este año se ha atrevido a decir que quería hacer de Juan. Lo probamos y por supuesto le dijimos que sí, se sabe la obra entera, pero además tiene una entrega, es una pasión por el teatro y por estar allí haciendo el personaje. Personaje se sabe el de Juan, pero si le dices que te diga el texto del capitán, también te lo dice. Esa pasión por el teatro a mí me conmueve bastante y trabajar con gente que se fastidia todo el verano, entre comillas, dándole ahí el callo, trabajando como locos todos. Y no se van de vacaciones hasta después del alcalde. Es muy gratificante en ese sentido.

¿Te ves los próximos 25 años, como Miguel Nieto, al frente de El alcalde de Zalamea?

No, no, no. Te voy a ser sincera, yo creo que, como decía Fernando Fernán Gómez, cada siete años hay que cambiar de profesión. Y yo soy de Fernando Fernán Gómez. Yo creo que todas las cosas tienen un tiempo y bueno, las cosas pasan y vendrán cosas nuevas. Estoy muy bien en Zalamea, espero que cuenten conmigo muchísimos años. Pero 25, yo ya me estoy poniendo unas edades muy difíciles, Dani, no me veo.

 
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