La industria audiovisual revive a los espaderos de Toledo: "Supone un 30 o 40% de las producciones"
Tony Arellano, espadero de la Artesanía Tradicional Toledana, recibe pedidos de todo el mundo; desde las réplicas de las espadas de Hernán Cortés o el Cid hasta Blas de Lezo
La industria audiovisual revive a los espaderos de Toledo: "Supone un 30 o 40% de las producciones"
Madrid
El paso del tiempo, su propia leyenda y, sobre todo, “La Tizona” mantienen con vida las gestas de Rodrigo Díaz de Vivar. Acorde al Cantar de Mio Cid, la primera obra extensa de la literatura española, el héroe castellano ganó su espada en Valencia, tras vencer al rey Búcar de Marruecos. Más allá del relato épico, y del debate sobre su autenticidad, el arma, tan brillante como un tizón, es una de las más solicitadas en los talleres de Toledo.
Tony Arellano es espadero de la Artesanía Tradicional Toledana. También la quinta generación de la forja en el taller donde comenzó a trabajar, a los 13 años, junto a su abuelo y su padre. Un negocio de alrededor de 230 años que se mantiene más vivo que nunca gracias a las grandes producciones del cine y la televisión.
“Mantenemos la fama de las espadas toledanas”, explica con orgullo Arellano. Pese a los avances tecnológicos, la técnica se mantiene fiel a la original. “Nos ayudamos de electricidad, es básica, pero el proceso es casi igual al de la edad media”, detalla. Frente a la forja centenaria contrastan los nuevos clientes. Desde el Ministerio del Tiempo hasta Juego de Tronos o Still Star-Crossed, de Disney.
“Llevamos años trabajando muy bien, aunque hay años que no hay nada, puede ser un 30 o 40% de las producciones”, calcula sobre la parte de ingresos que provienen de la industria audiovisual. Eso sí, en los talleres deben cumplir las exigencias de las productoras, como, por ejemplo, las medidas de seguridad. “En producciones americanas se hacen dos o tres espadas con hojas de aluminio, hoja retráctil o de goma”, comenta.
Blas de Lezo, Hernán Cortés o el Cid
Aunque, cuando se trata del actor protagonista, se mantiene la esencia toledana. “Para los actores principales las quieren muy reales, aunque sin filo ni punta, pero en cuanto a peso, materiales y acabados quieren que los movimientos sean lo más reales posibles”. Tan minucioso es el trabajo y la delicadeza en el detalle que “luego los actores se las quedan”.
Aunque son los mayores expertos de las armas, de ellos no depende su puesta en escena: “Algunas nociones de esgrima básica les hemos dado, pero ellos tienen a sus especialistas”, argumenta Arellano. Entre la cartera de clientes se encuentran “castillos, museos y algunos deportes federados, como el combate medieval, además de los coleccionistas”.
Y “la globalización ha ayudado mucho”, señala el espadero. Tanto es así que “en Sudamérica gusta el tema de los conquistadores Blas de Lezo, Hernán Cortés”, por lo que reciben pedidos para realizar réplicas de sus espadas. Pero hay una por encima de todas. ”La que más gusta es la del Cid”, aclara.