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Jodi Kantor, la periodista que destapó el #MeToo: "Para las mujeres de bajos ingresos las cosas no han cambiado tanto tras el caso Weinstein"

Kantor y su compañera, Megan Twohey son las autoras de 'She Said', un ensayo en el que se cuenta cómo fue una de las más importantes investigaciones periodísticas recientes contra Harvey Weinstein

Jodi Kantor y Megan Twohey, autoras de She Said, el ensayo sobre la investigación periodística que destapó a Harvey Weinstein / Martin Schoeller

Jodi Kantor y Megan Twohey, autoras de She Said, el ensayo sobre la investigación periodística que destapó a Harvey Weinstein

En octubre de 2017 una noticia cambió las normas de comportamiento en medio mundo. Jodi Kantor y Megan Twohey firmaban en The New York Times un reportaje sobre el acoso y abuso sexual sistemático por parte de Harvey Weinstein, uno de los productores de Hollywood más poderosos y famosos del momento. Por primera vez, actrices y trabajadoras de su productora, Miramax, alzaban la voz para denunciar presiones para obtener trabajos a cambio de sexo. Las periodistas ganaron el Pulitzer, lograron que Weinstein acabara entre rejas y su noticia desató uno de los movimientos civiles más poderosos de las últimas décadas, el #MeToo.

Después de aquello, las dos periodistas decidieron publicar un libro donde volcar todos los entresijos de aquella compleja investigación. She Said llegó a la librerías españolas de la mano de Libros del KO, después de su éxito en Estados Unidos. Un ensayo sobre periodismo y sobre cómo funcionan los engranajes del poder que se ha convertido en película de ficción. Al descubierto se estrenará en Otoño. Está dirigida por Maria Schrader y protagonizada por Carey Mulligan y Zoe Kazan. Las autoras del libro están espectantes y creen que la película llegará todavía a más lugares de los que lo ha hecho el ensayo.

En tiempos de fake news, este libro reinvindica el periodismo bien hecho, ¿era uno de los objetivos cuando decidís publicar un ensayo que explique vuestro último gran trabajo en The New York Times?

Sí, absolutamente. Han pasado casi cinco años desde la investigación de Harvey Weinstein. Y además de todos los demás temas que hay detrás de este caso, creemos que esta historia trata, en parte, del poder de la verdad. E incluso en un momento en que puede parecer que la propia noción de verdad se está desmoronando, queremos que la gente siga creyendo en historias valientes, en los hechos, en las fuentes y en nuestra capacidad colectiva para enfrentar a los poderosos, especialmente cuando ha habido algún tipo de maldad o abuso involucrado, como es este caso.

¿Por qué crees que fue la investigación sobre Weinstein, y no otras, la que desata todo el movimiento de mujeres en todo el mundo, ese #MeToo que ha tenido consecuencias planetarias?

Yo creo que sigue siendo un misterio del periodismo. Ese misterio por el que algunas historias, y no otras, captan la atención del público. El poder de este caso en particular estuvo en los lectores. Se da el hecho de que mujeres de todo el mundo, que nunca habían trabajado en Hollywood, que tenían trabajos muy diferentes, que tenían situaciones económicas totalmente diferentes de las protagonistas, leían estas historias y decían: "Espera un segundo. Mi primer jefe me trató igual. Tenía 22 años y llegué al trabajo y me presionó para que le hiciera favores sexuales". Por tanto, la causa está en que es un problema universal, que afecta a todas las mujeres, de todo el mundo, que pueden identificarse con este problema común. Sobre la historia de Weinstein, creo que la gente piensa que se trata de sexo, pero en realidad se trata de poder. Y se trata especialmente de poder en el trabajo. Algunas de esas mujeres eran actrices famosas, algunas asistentes muy mal pagadas con pocos recuersos, pero entraron en esa productora con esperanzas, sueños y aspiraciones. Querían tener la oportunidad de trabajar duro y tener un futuro. Y, en cambio, se encontraron con demandas y solicitudes de sexo para lograrlo. La historia nos dice lo incorrecto que es ese comportamiento en trabajo y que no ha sido más que un impedimento para el progreso femenino en todo el mundo.

El que en los últimos años haya habido más presencia de mujeres en los medios de comunicación y en los puesto de mando, ¿ayudó a que esta investigación tuviera luz verde para salir adelante y acabar en las páginas del periódico?

Bueno, es interesante que digas eso porque. La razón por la que decidimos escribir este libro es para llevar a los lectores a las bambalinas de este reportaje. Llevarlos a la sala de redacción de The New York Times, para que vean algunos de los momentos más dramáticos que experimentamos, ya sean las primeras llamadas telefónicas silenciosas con actrices o los enfrentamientos finales con el propio Weinstein. Aunque The New York Times era tradicionalmente una institución muy masculina, se encontraba en un proceso de cambio. Y nuestro editor, Dean Baquet, fue el primer editor negro del periódico y nuestra propia editora, Rebecca Corbett, una mujer emepezó desde abajo en la prensa y que, historia tras historia, logró un puesto más alto. Y el libro se llama She Said, porque trata de lo que pasa cuando a las mujeres se les permite contar sus historias y cuando realmente las escuchamos.

Contáis en el ensayo que una de las cosas más complicadas de la investigación era contactar con las actrices...

Fue muy difícil conseguir los números de teléfono de las actrices. Era casi como una investigación dentro de una investigación, porque no quería pasar por sus agentes y sus publicistas y toda la maquinaria habitual. Quería comunicarme con ellas directamente. Así que, me sentaba en la sala de redacción a darle vueltas a cómo conseguir el número de teléfono de Gwyneth Paltrow, o el de Angelina Jolie. La respuesta, como pueden imaginar, no era fácil. Así que a veces pasaba días intentando conseguir esos números de teléfono. E incluso cuando pude comunicarme con ellas, cuando obtuve el número de teléfono correcto, siempre me surgía esa tensión de qué le digo en los primeros segundos de teléfono para que no cuelguen, para que hablen. Hay que tener en cuenta que estas actrices son perseguidas por los tabloides todo el tiempo, y como este tema es tan privado, tuvimos que pensar bien cómo las abordábamos.

Después de todo lo que ha pasado, de toda la repercusión y de todo el esfuerzo, ¿tenéis miedo de dar pasos hacia atrás en términos de feminismo?

Megan y yo sabemos que nuestro trabajo es sacar a la luz historias y contribuir a la información pública. Hacer que las cosas se vean. Ya sabes, no puedes resolver un problema que no puedes ver. En este momento tan complicado de nuestra democracia, y de la democracia del resto del mundo, sabemos tenemos que hacer nuestro trabajo, hacer visibles estas historias para que la sociedad pueda tener un debate sólido sobre ellas. Y tal y tal. No soy política, ni activista. Solo tengo mi trabajo, solo tengo la información, y tengo que esforzarme porque sea lo más visible y poderosa posible, eso ayuda a no tener miedo de enfrentarte a los matones. Durante mucho tiempo, mucha gente tuvo miedo de enfrentarse a Harvey Weinstein. Nosotras tuvimos las habilidades profesionales y el respaldo de nuestro medio, y pudimos abordar este tema de una manera que otros no pudieron hacer. ¿Sabes? Lo bueno de mi trabajo es que puedo ir a casi cualquier persona y hacerle una pregunta, siempre que tenga interés y sea de servicio público. Lo fuerte de mi trabajo es que pudimos acercanos a Harvey Weinstein y preguntarle: "¿puedes explicar tu trato a las mujeres a lo largo de los años?"

Después de esta investigación, ¿creeis que hemos conseguido cambiar las reglas sobre qué comportamientos son aceptables?

Bueno, no voy a darte lecciones sobre lo que ha cambiado o no en España, porque eres más experta en eso que yo. Pero sí, quiero decir, cinco años después, que todo ha cambiado y nada ha cambiado. Por un lado, la conciencia sobre el abuso y el acoso es mucho mayor. Hay nuevas leyes en Estados Unidos. Hay un nuevo reconocimiento de lo incorrecto que es este comportamiento. Harvey Weinstein está en prisión. Y eso es lo máximo que puedes esperar. Pero creo que lo difícil es cuando nos fijamos en mujeres de bajos ingresos, por ejemplo, una camarera que ha sido manoseada por su jefe durante años. ¿Cuánto ha cambiado realmente para ella su vida en los últimos cinco años? Y creo que la respuesta es que quizá no ha cambiado tanto. Y eso se debe a que las leyes han cambiado un poco, pero no mucho.

No sé si uno de los momentos más difíciles es cuando os convertís en noticia y leéis sobre vosotras mismas en medios como The Hollywood Reporter... ¿qué pensastéis en ese momento

Ese momento en particular fue muy preocupante para la investigación, porque estábamos en la cúspide de la investigación y necesitábamos mantener la información todavía en secreto. Que salieran nuestros nombres en la prensa de cine amenazaba nuestro trabajo. Desde entonces, es cierto que Megan y yo hemos recibido más atención de la que esperábamos. Eso ha llegado después de muchos y muchos años de hacer este periodismo. Parte de la razón por la que escribimos el libro es porque nos importan las personas y queremos que crean en el periodismo como nosotros. Muchas veces se educa a la gente pensando que hablar es algo malo, que si lo haces, eres un chismoso o no eres leal o no eres discreto. Lo que nos enseña el Caso Weinstein es que un grupo relativamente pequeño de personas que dicen la verdad puede cambiar las cosas. Si miras muchas de nuestras principales fuentes a las que describimos en esta historia, la mayoría no eran poderosas, no eran famosas. Había estrellas de cine, pero muchas eran anónimas. Una de ellas era una madre divorciada en Gales. Y solo con la verdad y la honestidad, sus historias yuvieron impacto en todo el mundo.

Ahora va a haber uana película sobre vosotras, dirigida por Maria Schrader y protagonizada por Carey Mulligan y Zoey Kazan, ¿os poner nerviosas eso? ¿la habéis visto?

Hemos visto la película y nos parece hermosa. Espero que llegue a más gente y que entiendan todo lo que pasó. No es un documental, por tanto, no es una representación exacta de lo que pasó. Obviamente, es una película de Hollywood. Pero la directora creo que ha podido usar el cine para contar ciertas cosas de una manera poderosa. A mi me gustaría que, de la misma manera que una película como Spotlight ayudó a creer y entender el periodismo, esta película hiciera lo mismo de nuevo.

Pepa Blanes

Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...

 
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