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Sociedad | Actualidad

La importancia de la lucha de la víctima de La Manada en la aprobación de la ley del 'solo sí es sí'

Hablamos con Isabel Valdes, periodista de género de 'El País', que ha entrevistado a la víctima de La Manada el día que ha salido adelante la ley de libertad sexual

Isabel Valdés: "Tenemos un vacío cuando estamos criando a los más pequeños [en el feminismo]. Hay que enseñarles también a ellos"

Madrid

El Congreso ha aprobado la ley de libertad sexual, la conocida como ley del sólo sí es sí, que da respuesta y, de alguna manera, es el resultado de lo que supuso el caso de La Manada, la violación brutal y grupal, en Pamplona, a una chica de 18 años, y que la Audiencia Provincial de Navarra, primero, y el Tribunal Superior de Justicia de la comunidad, después, consideraron abuso y no violación. Tuvo que llegar hasta el Supremo la causa para que se fallara que lo que aquellos cinco hombres le hicieron a esa mujer fue un delito de violación continuado y en grupo.

Coincidiendo con la votación de este miércoles, Isabel Valdés, corresponsal de género del diario El País, ha publicado en el periódico una entrevista a la víctima de La Manada, que ahora tiene 24 años, y que siente que no ha hecho nada para que la ley de libertad sexual sea hoy una realidad: "No es mi ley, es la de todas las mujeres. así que pa’lante", decía. La periodista cuenta que la chica cree que "hizo lo que creyó que tenía que hacer, sin más" pero ella pone en valor que ni la joven ni su madre abandonaron la batalla judicial: "Yo tengo la absoluta convinción de que si esa familia no hubiera tirado para delante al Supremo, la calle también hubiera parado y no lo hizo".

Isabel Valdés sabe bien "que no existe un patrón" de "víctima perfecta", que cada mujer reacciona a un maltrato de una forma, y recuerda que una mujer que ha sufrido una violación se tiene que enfrentar a "un proceso que nos sabe cuánto va a durar, que tiene que pasar contando lo ocurrido por médicos, policías, peritos, fiscales, jueces... durante muchos años". Así que cree que es muy lícito y absolutamente respetable que haya víctimas que digan que no y decidan parar. Pero la víctima de La Manada no lo hizo y su fortaleza para encarar todo el proceso y no rendirse si seguir recurriendo cada vez a más altas instancias y cómo la calle la arropaba, hizo que una cosa a la otra "retroalimentara" ese cambio social: "La gente no sabía qué iba a hacer esa familia pero la gente salió a la calle y unas empujaron a otras. Era el momento perfecto".

Un vacío en la educación de los niños

La periodista cree que "durante los últimos años hemos hecho un intento de reeducación con las niñas y la adolescentes en cuanto a feminismo pero ellos se están quedando atrás": "Tenemos un vacío cuando estamos criando a los más pequeños. No es solo a ellas a las que tenemos que decirles eres libre, hay que enseñarles también a ellos. Yo tengo muchísimo miedo y que los niños y niñas que estamos creando choquen", confiesa. Recuerda que, según una investigación del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de Fad, "ellas suben pero ellos se estancan o incluso bajan" a la hora de declararse feministas.

En cualquier caso, la periodista cree que este miércoles es un día de celebración: "Todas las mujeres feministas que han vivido los avances sociales de los últimos años han vivido este día con mucha emoción". Ella ya se ha tomado una cerveza y recuerda uno de los lemas que más se han repetido en las concentraciones: "Sola y borracha, quiero llegar a casa".