La caída de Dele Alli: de estrella a irse cedido al Besiktas con 26 años
El centrocampista inglés ha visto como su carrera subía tan rápido como bajaba, dejándole como una de las grandes promesas fallidas de la última década
Hace tan solo seis años, Dele Alli tenía el fútbol inglés bajo sus pies tras debutar en la Premier League y enamorar a propios y extraños en un conjunto joven y talentoso como era el Tottenham Hotspur de Mauricio Pochettino. Actualmente, va a abandonar un Everton que pelea por no descender para poner rumbo a la Superliga Turca y jugar en el Besiktas. En el tiempo que separa su irrupción a este 2022, el inglés ha visto como su carrera iba tan rápido hacia arriba como hacia abajo, completando en tiempo récord todo el ciclo que suele recorrer un futbolista en década y media, dejando la duda de donde ha quedado aquel futbolista y su talento. La pregunta, por tanto, es clara: ¿qué ha pasado con Dele Alli?
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De raíces nigerianas y natural de Milton Keynes, Dele Alli llamó la atención del Tottenham Hotspur en 2015. Tenía 19 años y jugaba en el MK Dons de League One (el equivalente a la actual 1ª RFEF en Inglaterra), y los Spurs se habían fijado en él gracias a su estrategia de captar el talento joven británico antes de que lo captasen equipos más grandes. No podían competir con ellos económicamente, y debían apostar por crecer de esta manera. Tras unos meses cedido, llegó al antiguo White Hart Lane y Pochettino tuvo con él algo parecido al amor a primera vista. En la primera jornada de la temporada 2015/2016, Alli debutó en la Premier en Old Trafford ante el Manchester United. El resto es historia: consiguió 10 goles y 9 asistencias en la campaña que más cerca ha estado el Tottenham de ganar la Premier League, logrando el premio a mejor jugador joven de la temporada. Esa Premier, por cierto, pasará a la historia por la victoria del Leicester.
Tenía el fútbol inglés a sus pies, transformándose en una estrella mediática y un habitual en las convocatorias de la Selección Inglesa. Su segunda temporada en la élite fue aún mejor, ahuyentando los fantasmas sobre ser un 'One Season Wonder' (jugador de una única temporada). Si en la anterior consiguió 19 contribuciones de gol, en esta consiguió sumar 35 en 50 partidos (22 goles y 13 asistencias), debutando en la Champions League y consiguiendo revalidar su título de mejor joven del fútbol inglés. Las dos primeras temporadas de su carrera le ponían en la cúspide, en lo más alto. Ya salían comparaciones enormes, poniéndole como el mayor talento británico desde Paul Gascoigne. Por desgracia, con el legendario jugador compartía algo más que el talento: su mala cabeza y poca ética de trabajo irrumpieron como nubarrones en medio de un día soleado.
Su tercera temporada en la élite fue buena, consiguiendo unos números similares a la de su debut. Pese a ello, cada vez aparecía más en los tabloides. Y, tal y como dice Mikel Arteta, en Inglaterra son especialistas en encumbrar futbolistas para tirarlos al barro de inmediato. Su actitud tampoco ayudaba, ya que no era un trabajador, precisamente. Eso sí, por poco logra ganar la Champions League con el Tottenham en 2019, llegando a la final tras una campaña marcada por las lesiones. Ese partido, aunque a Pochettino le quedasen unos pocos más en el norte de Londres, fue el fin del proyecto. Nada volvió a ser igual desde entonces.
Poco después de comenzar la campaña de su defensa del subcampeonato de Europa, el entrenador argentino fue despedido por una mala racha al comenzar la temporada. El elegido para sustituirle fue un shock: José Mourinho ocuparía su lugar. Pocos técnicos son tan distintos a Pochettino, pero esa era la decisión. Había que reactivar a Dele Alli, y The Special One optó por picarle. "Sir Alex Ferguson me dijo, cuando estaba en el United, que Dele Alli era el fichaje, que era un talento top. El problema es que es muy vago y le tenemos que hacer trabajar", confesó Mourinho en el documental 'All or Nothing: Tottenham Hotspur'. No se puede decir que no lo intentase, dejando algún chispazo de su calidad, pero rápido se acabó diluyendo. Dele Alli estaba, cuatro años después de su debut, en medio de su decadencia.
Ningún entrenador de los que vendrían tras Mourinho contaban con el inglés, dejándole en el ostracismo. Rumores sobre su posible destino había muchos, pero no se concretaba nada. Finalmente, en el mercado de invierno de la temporada pasada, aceptó irse al Everton. Según Transfermarkt, había llegado a valer a 100 millones en 2018. Cuatro años después, salía libre. No era una mala idea, ya que los Toffees necesitaban de su talento y él necesitaba resarcirse. Frank Lampard, leyenda del fútbol inglés, le guiaría. Pese a ello, Goodison Park no es una buena plaza para el talento en los últimos años. Los de Merseyside se salvaron en la penúltima jornada con un Dele Alli que no había terminado de brillar.
Quizás, el problema de Alli era que no había tenido una pretemporada con su nuevo equipo, entrando en una dinámica negativa. O, quizás, Dele ya hacía mucho tiempo que no se sentía como Alli. Tras mucha especulación sobre lo que sería de él esta temporada, múltiples reportes desde Inglaterra indican que su ciclo se ha acabado en el país que vio nacer al fútbol. Se va cedido al Besiktas turco, pero es evidente que es un billete de ida y con una vuelta muy difusa. Tiene 26 años, y ya ha elegido irse a una liga que parece reservada a jugadores más veteranos. Su carrera, llena de zigzags, puede regalarnos otro cambio de rumbo tan improbable como el de su precoz decadencia, eso sí. Solamente depende de Alli volver a tener el mundo a sus pies.
Víctor Diéguez
Periodista según la UCM. Pasión por el deporte...