El curso escolar arranca marcado por la subida de precios y con el reto de implantar la nueva ley
Los alumnos de Cataluña son los primeros en volver a las aulas en las que, después de dos años, ya no habrá restricciones sanitarias
Madrid
La vuelta al cole de este año será un poco más empinada para las familias: "Han subido mucho los libros", explica Nancy madre de tres hijos de 21, 15 y 4 años. "En el caso de la pequeña, como va a infantil, no se pueden comprar los libros de segunda mano porque todos son para trabajar y sólo en ella son 230 euros en libros. Aparte está el material escolar y luego el uniforme. El de 15 años también ha crecido que está en la adolescencia y también hay que comprar uniforme nuevo. Así que estoy...". Nancy lleva varias semanas echando cuentas y la forma de poder asumir los gastos que sus hijos necesitan con una inflación que supera el 10%: "En estas vacaciones no hemos salido a ningún lado para poder ahorrar. Estoy buscando la opción de la segunda mano para los uniformes: ya he comprado los zapatos y a la falda de la niña que tiene tirantes pues le subiré los botones para que aguante un año más. Así está la cosa" .
Las clases se retoman este lunes en Cataluña, la primera comunidad en volver a las aulas. La mayoría de las comunidades lo hará entre el miércoles 7 y el jueves 8 de septiembre. El gasto medio por alumno supondrá para las familias entre 400 y 500 euros, según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Muchos padres reconocen que el de la vuelta al cole es un gasto poco flexible para ellos, del que es difícil recortar: "No hemos podido optar a una plaza pública en la escuela infantil así que nos ha tocado escolarizarla en la privada y ahí es imposible recortar nada, es lo que hay", cuenta Daniel mientras coloca a su hija de dos años en la silla de paseo en un parque madrileño. "Al ser niños que crecen tanto es imposible reutilizar casi nada de lo que teníamos del año pasado, así que todo lo que hemos tenido que adquirir es nuevo para este año. La prioridad es el niño y su educación así que nosotros hemos decidido quitarnos en otras cosas: en salir, en vacaciones más cortas...con el fin de tener un remanente que nos ayude afrontar sin miedos y sin riesgos la vuelta al colegio".
Poco papel y muy caro
Las papelerías y librerías también están notando que las familias miran más los gastos especialmente de determinado tipo de productos. Paula Rodríguez Cendón lleva varios años regentando una papelería en el barrio madrileño de Argüelles, una zona próxima a la universidad Complutense en la que viven muchos estudiantes: "Tratan de aprovechar lo que son mochilas, estuches.... Miran los materiales de años anteriores a ver si pueden alargar la vida útil y no tienen que comprar uno nuevo. Una mochila no es una goma o un lápiz que son más económicos. Se lo piensan un poquito más". Paula cuenta que a pesar de todo ha recuperado el nivel de ventas previos a la pandemia porque aunque la gente compra menos como han subido los precios han aumentado los ingresos y señala un producto que más que ningún otro se ha puesto por las nubes: "El papel. Yo vendía el paquete de folios en 4,30 euros y ya lo tengo en 6,50. Te hablo desde el mes de marzo. Ha sido un incremento semanal. Aparte hay una escasez general de papel y para adquirirlo es ya al mejor postor. Nosotros no tenemos más remedio que comprarlo, claro, porque no te puedes quedar sin papel en una papelería". El papel más caro supone folios, fotocopias o libretas más caras: " No es lo mismo comprar una suelta que lo que pasa cuando es el regreso a clase, hay familias con tres niños que te compran 10 libretas y ahí notan el incremento de la factura de la compra".
También supone libros de texto más caros. En la librería Gaztambide, ubicada en el mismo barrio y donde son especialistas en el sector, han empezado a recibir las cajas con los primeros manuales. "Debido a que no hay papel el precio de los libros ha subido muchísimo este año. Hablamos de una media de cuatro - cinco euros por libro como mínimo", explica su propietaria Belén González. Ojeando las estanterías el precio medio de los libros de texto para el curso que viene es de unos 30 euros. El incremento coincide con un momento en el que, por la implantación de la nueva ley, hay que renovar manuales en los cursos impares de primaria, ESO y Bachillerato.
Belén cuenta que debido al cambio se están encontrado con otro problema: "Hay mucho libro todavía en imprenta. Es el año que más tarde van a salir por el cambio de temario y también porque muchas editoriales no publican en España y hasta que llegan los libros tarda un poquito más. Nosotros pedimos los libros para que estén aquí final de junio principios de julio y nos están llegando ahora sí así que podemos hablar de un retraso de unos de dos meses". Aún hay siete comunidades autónomas -Andalucía, Canarias, Castilla y León, Cataluña, País Vasco, Murcia y Galicia- que no han publicado los decretos con los contenidos educativos para el curso que viene. Las comunidades fijan entre el 40 y el 50% de los contenidos. En otras los textos se han publicado durante el verano y eso complica el trabajo en las editoriales que han tenido que guiarse por los borradores.
"No se pueden pedir peras al olmo"
De la misma forma se han preparado en los centros. Colegios e institutos afrontan un curso con el reto de pasar de un aprendizaje centrado en los contenidos a uno por competencias. Vicent Mañes es director del colegio Bertomeu Llorens i Royo de Catarroja, en Valencia y también es presidente de FEDEIP, la federación que representa a los directores de la escuela pública. Él advierte de que el cambio de metodología no será inminente y pide apoyos para realizarlo: "No se pueden pedir peras al olmo. Un cambio no se puede producir simplemente porque haya una ley que diga que se produzca. El cambio tiene que ser progresivo y sobre todo tiene que ir de la mano de la formación del profesorado y de los equipos directivos. No tiene nada que ver con lo que estábamos haciendo hasta ahora en algunos centros. Vuelvo a repetir que en otros ya estaban poniendo en marcha metodologías activas y estaban centrándose más en aprendizaje por competencias que en el aprendizaje por contenidos pero eso ahora tiene rango de ley y se supone que todo el mundo debe de hacerlo".
Coincide con él Toni González Picornell, presidente de FEDADI, la federación que en su caso representa a los directores de institutos públicos: "Cuando se empieza algo así, más novedoso, vas andando, poco a poco. Por supuesto habrá cosas que tendrán los resultados deseados, otras que se tendrán que mejorar y otras que se tendrán que añadir". Sobre la dificultad que va a suponer para los profesores y para los directores la convivencia de dos leyes educativas, la nueva en los cursos impares y la antigua en los pares, apunta que "s puede intentar trabajar por competencias en los cursos en los que aún no esté implantada la LOMLOE para ver, a nivel experimental, como puede hacerse. Va a depender de cada centro".
González Picornell que también dirige el Instituto Pare Vitória en Alicante reconoce además su preocupación por el impacto que la subida de los precios pueda tener a lo largo del curso en el funcionamiento de los centros: "Los centros, en estos momentos, empezamos a detectar un problema en los ingresos corrientes que tenemos mensuales. Estamos hablando que institutos que estaban pagando, por poner un ejemplo, 2.000 euros de luz ahora están pagando 5.000 y se ha dado el caso de algún centro con saldo casi negativo. Esto nos preocupa y es un análisis que vamos a tener que hacer a lo largo del curso porque llegado un momento los centros deberán pedir un crédito extraordinario para afrontar este gasto del aumento de la energía".
Sin restricciones sanitarias después de dos años
Lo que también es novedad este curso escolar es el fin de las medidas sanitarias contra el covid. La Comisión de Salud pública aprobó el viernes el protocolo para este curso 22-23 en el que acaba con las últimas medidas que quedaban y que afectaban sobre todo al comedor en el que seguía pidiendo mantener la distancia interpersonal. También se da luz verde a que los estudiantes se mezclen en cualquier espacio y no se considera necesario la limpieza intensiva. Sí se aconseja mantener la ventilación de las aulas, aunque no es necesario que sea constate, y seguir las recomendaciones en vacunación. De momento, menos del 50% de los niños 5 a 12 años tiene la pauta completa.