Energía o política

Barcelona

El pulso entre Pedro y Feijóo debía ser sobre energía y economía. Pero la dureza del enfrentamiento político en el Senado, el rifirrafe entre los líderes, se llevó el gato al agua. A lo mejor eso les divierte a algunos. A otros muchos seguramente nos interesa más qué pasa con la cesta de la compra, el precio de kilovatio y la pobreza energética. Desde esta óptica, casi no hubo debate. Como el presidente se adelantó al jefe de la oposición en lo que esta preparaba como medida estrella, la rebaja del IVA del gas al 5%, el interés principal de la sesión se había saldado antes de empezar. Pedro Sánchez defendió bien sus medidas: la rebaja selectiva de impuestos, las bonificaciones al transporte y las becas, la excepción ibérica que ha supuesto 2.000 millones de ahorro a los consumidores eléctricos españoles: pagan una factura muy inferior a la de los franceses, alemanes o italianos. Lo que, datos en la mano, es un éxito.

Feijóo aseguró que había entregado su plan de medidas al Gobierno, pero apenas explicó nada. Lo más interesante, intentar un acuerdo español, por medio de un grupo de alto nivel, para convencer a Francia de que acepte la interconexión por Cataluña: algo más que difícil. Lo más interesante, premiar el ahorro energético de empresas y familias, en vez de sancionar a los incumplidores: algo casi imposible de organizar técnicamente. Lo exótico, ampliar los plazos de autorización a la energía nuclear: no sirve para nada en esta crisis, pues los reactores solo empezarán a cerrarse a partir de 2025. Así que la alternativa es floja. Pero a cambio, la retórica es inmensa.