La crisis de los desahucios llega a Venecia de la mano de Penélope Cruz y Juan Diego Botto
'En los márgenes' es el debut en la dirección del actor y cuenta de manera emotiva y realista el abandono de miles de familias que pierden cada día su casa
Venecia
Cada día, cien familias se quedan en la calle en España. No es un dato de 2008, ni de 2011, ni siquiera de 2015. El dato corresponde a lo ocurrido en 2022. Ya no salen tanto en los medios de comunicación, pero los desahucios no han parado de sucederse, ni con gobierno progresista, ni sin él. Ocurren aunque miremos para otro lado, aunque no nos paremos, aunque no los veamos. Ahí ha querido poner la cámara Juan Diego Botto en su primera película como director.
El actor ya había escrito, con éxito, varias obras de teatro, sobre temas que le interesan, como la inmigración o la memoria histórica, de hecho continúa representando Una noche sin luna, sobre Lorca. Ahora son los desahucios los que centran su primera película, En los márgenes, que inicia su recorrido en la sección Horizontes de Venecia. En los márgenes es una defensa de la dignidad de tres personajes, que representan a esa España que no se ve, esa España de la que no se habla, la España que sufre y que no parece tener salida. Penélope Cruz, Adelfa Calvo y Nur Levi interpretan a las tres protagonistas. Tres mujeres dolientes, valientes y dignas que vagan por un Madrid donde a la libertad ni está ni se le espera.
Es interesante que Botto elija como punto de vista un cuarto personaje, el de Luis Tosar. Un abogado caótico y bienintencionado, que se dedica a ayudar a la Plataforma Antidesahucios y a todo aquel que se le ponga en el camino. Es el avatar del cineasta, que diría Vila-Matas. El hombre que nos hace ver, que no cambiemos de canal, que nuestra indignación no se quede en un tuit. Lleva de la mano a los espectadores por dramas que ocurren en los barrios de España a nuestros vecinos y vecinas, tal y como Tosar lleva a su hijastro en la película, un magnífico Christian Checa.
"Donde te la juegas de verdad, donde está lo importante es en las personas que están contando la historia delante de la cámara. Al final, realmente lo que lo que va a transmitir la emoción es el trabajo de los actores. Puedes ser un poco más o menos torpe en la realización, pero si el trabajo de los actores está donde tiene que estar y tiene la verdad que tiene que tener, funciona", explicaba Botto en un encuentro en Venecia con la prensa española, flanqueado por sus actores y amigos, Penélope Cruz y Luis Tosar. "He tenido el privilegio de tener a dos de los mejores actores, no de nuestro país, del mundo", piropeaba a las dos intérpretes.
Las interpretaciones son uno de los dos puntales que sostienen la película. También la verdad y la transparencia a la hora de contar historias dramáticas. El guion no fuerza, ni dramatiza, simplemente cuenta lo que lleva pasando desde la crisis económica, incrementado por la pandemia y ahora la Guerra de Ucrania. El capitalismo ha incrementado la desigualdad, al tiempo que destrozaba todos los sistemas sociales (educación, sanidad…) que sostenían a la capa más desfavorecida de la sociedad. El guion es directo, real, claro y conciso. Se trata de que la gente entienda la maraña administrativa de un desalojo.
Y todo ello, como decía Botto, se sostiene con sus actores. Es escalofriante lo que hace Adelfa Calvo. Siempre preciso y emotivo Tosar y Penélope Cruz, que brilla en una escena donde pelea con el mismo Botto. La actriz, ganadora el año pasado de la Copa Volpi a mejor actriz por Madres paralelas, cambia el tono de voz, el acento para contarnos a esta madre dolida y preocupada, que no se rinde ante los bancos.
"En mi cabeza estaban estas mujeres que conocimos", reconocía Penélope Cruz, que estuvo hablando con muchas mujeres que habían pasado por una situación familiar. "La historia de una de ellas me impactó mucho, porque había vivido un drama tras otro en los últimos años y lo contaba con una sonrisa en la cara mientras se le caían las lágrimas", añadía. "Ellas eran el motor. Cada día eran sus caras, sus ojos, su fortaleza. No hubiéramos podido hacer esta película sin pasar ese tiempo con ellas y con ellos también". De hecho, en la escena en la que Botto recrea una asamplea de la PAH, los interpretes son los miembros de la plataforma, hombres y mujeres a la espera de lograr no perder su casa.
Botto no hace alharacas en la dirección, como Ken Loach, máximo representante del cine social actual, deja la cámara al servicio de los personajes y aquellas escenas más duras las salva de manera elegante, como el final de la historia de Adelfa, contándonos el desenlace a través de un cristal. O el plano final de Penélope Cruz. No busca contarnos los desahucios, sino las 24 horas anteriores. La violencia no está solo cuando la policía saca a la familia. La violencia está en la jueza que mira de reojo, en el banco que no coge el teléfono y en el despertador que avisa que a las 7:00 de la mañana se cumple la orden judicial.
Penélope es además productora de la película y, de alguna manera es el motor de la historia. Ella le pidió a Botto que escribiera algo para trabajar juntos, pues no coincidían desde La Celestina. Botto se puso a ello y este es el resultado, que llega tras seis años de trabajo, ya que la pandemia interrumpió todo. Botto y Cruz se conocierton de jóvenes en la escuela de Cristina Rota, la madre del año. "Debíamos tener 13 o 14 años. Hicimos una escena juntos, un acercamiento a Romeo y Julieta. Y nos echaron del escenario por malos", contaba divertido el actor. "Ahí nos conocimos y desde entonces somos amigos".
"Es difícil hablar delante de alguien, alguien que conozco de hace tantos años y hablar tan bien de él. Pero es que es muy impresionante. Yo le he visto hacer cosas geniales en la escuela y bueno, ya sabéis cómo escribe. Yo sabía que como director él tenía tanto, tanto por dar y tiene tanta verdad. No hay ningún truco. Ninguna trampa", devolvía el piropo la actriz. Junto a ellos, otro amigo, Luis Tosar. Los tres son conscientes de que esta película representa mucho para mucha gente y presentarla en Venecia es la puerta a otro público.
Hay otro aspecto que resalta En los márgenes, la fuerza de las mujeres y hombres implicadas en los movimientos sociales. Los representa el personaje de Luis Tosar que, de alguna manera, podría tener algo que ver con el propio Botto, un director que se acerca a una realidad que quiere denunciar. "Hay poca gente mejor que el personaje de Rafa. Es un tipo que da la vida por los demás, que se desvive por los demás, que hace todo lo posible por ayudar y que su relación personal es incapaz de congeniar esos dos aspectos", explicaba Tosar.
Otro aspecto es el de la masculinidad. Las mujeres de la película son valientes, salen adelante y no quieren perder su dignidad. Los hombres no saben cómo encajar esos golpes, como le ocurre al personaje del propio Botto, pareja de Penélope en la ficción. Su discusión es una de las grandes escenas del filme que ponen los pelos de punta. "Este es un momento de transformación total para lo que significa ser hombre y de cómo tienes que caminar. Algunos ya están naciendo en ese nuevo entorno, pero muchos hemos sido educados en el anterior. Y estamos haciendo constante esfuerzo de transformación para ver cómo como transformar esa masculinidad del siglo 20, la del siglo 21, que no tiene absolutamente nada que ver", explica Luis Tosar.
El guion lo firma Botto con la periodista Olga Rodríguez. Él quería plantear una historia de pareja en medio de un desahucio. Rodríguez conocía a mucha gente en las asambleas, a trabajadores sociales y así, como un reportaje periodístico, fueron confeccionando un guion que, finalmente, ha terminado siendo una de las películas españolas del año.
Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada...