Un informe desmonta "falsos mitos" sobre la repetición de curso y la cultura del esfuerzo: no mejora el rendimiento, es cara y desmotiva
España podría contratar casi 45.000 profesores o dar clases de refuerzo a dos millones de alumnos con lo que cuesta una medida que cada vez aplican menos los países desarrollados
Madrid
La repetición de curso en España cuesta casi 1.500 millones de euros al año (1.441 millones en el curso 19-20), según los datos Save The Children. Es el 6% del gasto público en la educación infantil y primaria. Un dinero que podría servir para contratar a 44.700 profesores o para dar clases de refuerzo en pequeños grupos a 2.200.000 alumnos, medidas más eficaces, argumenta la ONG, para luchar contra el fracaso y el abandono educativo temprano.
La organización ha publicado este martes un informe con un titular que no deja lugar a dudas: "Repetir no es aprender. Mitos desmentidos y alternativas posibles a una práctica ineficiente e inequitativa". El documento es toda una enmienda a lo que sus responsables califican como "la cultura de la repetición": la idea socialmente aceptada de que repetir es una medida positiva para alumnos con dificultades de aprendizaje que garantiza un buen nivel educativo.
España tiene las mayores tasas de alumnos repetidores de la Unión Europea y de la OCDE. En la ESO no pasa de curso el 8,7% de los alumnos frente al 2,2% de la UE o el 1,9% de la OCDE. El 29% de los estudiantes españoles de 15 años ha repetido al menos una vez al acabar la enseñanza obligatoria. Save the Children dedica parte del informe a subrayar que, ese mayor número de repetidores, no se debe a que los alumnos tengan peor nivel sino que se les exige más: "Con resultados equivalentes en el informe PISA la tasa de repetición en España duplica la de Austria e Italia, cuadruplica las de Irlanda, Nueva Zelanda, Australia y Eslovaquia, es ocho veces mayor que las de Finlandia o Suecia y once veces más que la del Reino Unido", recordaba Catalina Perazzo, responsable de políticas de infancia.
En la idea ha incidido Álvaro Ferrer, experto en equidad educativa de la organización: "Un estudiante que en España repite probablemente aprobaría y pasaría curso en los países de nuestro entorno. Hemos visto que uno de cada tres repetidores en España ya ha alcanzado el nivel básico de competencias en las tres materias de PISA, lengua, matemáticas y ciencias, es decir, estudiantes que aprueban PISA están repitiendo en España. Además, si miramos a nivel de comunidad autónoma, la mitad de los repetidores alcanzan el nivel básico en PISA en dos materias. Por tanto, podemos decir que tiene adquiridos el nivel de conocimiento básico de la educación obligatoria y sin embargo les estamos haciendo repetir".
El informe repasa seis "falsos mitos" que tratan de avalar la repetición como una herramienta adecuada. Entre esos mitos está que mejora el rendimiento y favorece el esfuerzo y la motivación: "El repetir empora tanto el esfuerzo como la motivación. Y a esto podemos añadir el dato anterior de que, no sólo es que no se esfuercen los estudiantes españoles, sino que tendemos a exigirles mayor nivel de esfuerzo para pasar de curso que e que se exigen en los países de nuestro entorno". Los autores reconocen que repetir no tiene ningún impacto en los resultados académicos, no los mejora ni empeora, pero insisten en que sí tiene un coste emocional que aumenta las posibilidades de abandono temprano de los estudios.
La repetición de curso también afecta a la igualdad de oportunidades: en las mismas condiciones los alumnos con menos recursos económicos tienen tres veces más de posibilidades de repetir. Eso tiene un efecto demoledor y explica que España sea una de los países en que más se hereda la desigualdad. " Existe una trampa de la pobreza", ha explicado Catalina Perazzo. "Si tu familia tiene pocos recursos tienes una alta probabilidad de repetir, de no alcanzar un nivel educativo alto, incluso de abandonar los estudios y, por tanto, que después tengas también bajos recursos".
Save the Children llama a aprovechar el cambio de criterios de repetición en la LOMLOE, la nueva lay educativa, para poner en marcha otro tipo de medidas más eficaces para mejorar el rendimiento de alumnos con dificultades de aprendizaje. Medidas como la formación de los profesores en otras estrategias o en cómo manejar clases multinivel, planes de mejora en los centros con objetivos concretos de recursos o innovación vinculados a reducir la repetición o las tutorías individualizadas, clases de refuerzo en grupos pequeños, o durante el verano. Medidas que ya se han puesto en marcha en otros países como Francia o Portugal con buenos resultados.
"Estamos ante un problema de cómo gestionar la diversidad de nivel en el aula: España pertenece a los modelos educativos obsoletos y en desaparición en el mundo que utilizan la repetición como casi única medida, buscando igualar el nivel de los grupos, cuando lo eficaz es la diferenciación del aprendizaje dentro del aula, no la homogeneización", ha añadido Álvaro Ferrer.