Bruselas quiere que recortemos el consumo de luz

Madrid

"Nos enfrentamos a tiempos extraordinarios". Así arrancaba la presidenta de la Comisón Europea, Ursula Von Der Leyen, una breve intervención en Bruselas este miércoles en la que ha desgranado algunos detalles sobre las herramientas que Europa está perfilando para frenar el impacto del alza de precios energéticos en el viejo continente.

"La crisis está dejando claro que a largo plazo tenemos que reducir la dependencia del gas y de los combustibles fósiles. Se nos decía que eran seguros, pero han terminado siendo intermitentes. Esto nos debe llevar a mayor transición energética, no menos", explica en Hora 25 de los Negocios el profesor de economía de la UPF, Albert Banal-Estañol.

A la espera de presentarlas a los ministros de energía de la UE en una reunión extraordinaria este viernes, las medidas -que todavía tienen que ser aprobadas- pueden condensarse en cuatro puntos: la reducción obligatoria del consumo eléctrico, la creación de un impuesto energético a las petroleras y gasistas, una reducción de los ingresos a las compañías que producen electricidad con energías limpias y la imposición de un máximo al precio de gas que se importa de Rusia.

• Reducción de consumo. Los estados miembro deberán reducir un 10% su demanda mensual de electricidad con respecto al consumo medio del mismo período de los últimos cinco años. Además, deberán identificar las horas más caras -las de mayor demanda- y reducir el consumo en esas franjas un 5% cómo mínimo. Una medida complicada de cumplir, según explica Banal-Estañol: "Cambiar los hábitos en hogares y empresas puede aparentar ser fácil, pero al final no lo es tanto".
• Tope a los ingresos de las renovables. Las tecnologías inframarginales, es decir, aquellas que ahora están teniendo unos beneficios elevadísimos porque, aunque su precio de producción es muy bajo, están vendiendo la electricidad a precios muy altos, tendrán una remuneración máxima de 200 euros/MWh. Según Banal-Estañol esta medida puede reducir los incentivos para la inversión en energías limpias de cara al futuro: "Me preocupa un poco, aunque en tecnologías que ya hemos pagado la inversión, como la hidráulica, es una buena medida".
• Impuesto a las compañías petroleras y gasistas. Sin desgranar todavía los detalles, la Comisión también plantea un impuesto energético a las compañías de petróleo y gas beneficiadas por los precios altos de la energía y aboga por canalizar ese excedente a los hogares y empresas más vulnerables.
• Tope al gas. El tope del precio de las importaciones de gas ruso afectaría solo al que llegue por gasoducto a Europa, no al gas natural licuado (GNL).

España, menos afectada

Las medidas que ha propuesto la Comisión afectarán a España, pero no tanto como a otros países. Primero, por el efecto que la llamada 'Excepción ibérica' ya está teniendo sobre, entre otros elementos, la retribución que reciben las energéticas por producir con energías baratas. Y por otro lado, porque el tope al gas ruso apenas tendrá efecto sobre el mercado español: a España no llega por gasoducto -que es el que valora topar Bruselas-, sino que el que compramos es GNL, que se transporta por vía marítima y que, en principio, no estaría incluido en ese tope.