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Cómo enseñar a filosofar sobre feminismo desde la cultura pop

Cantantes contemporáneas y filósofas de siglos pasados se unen en un proyecto que busca explicar el feminismo desde la filosofía a las nuevas generaciones

Jennifer López durante una actuación en un festival en Rabat / YOUSSEF BOUDLAL (Reuters)

Málaga

La filosofía, como disciplina escolar, no debe permanecer de espaldas a las preocupaciones de nuestra época. Como parte de la formación académica, debe aportar instrumentos para el análisis crítico de la realidad.

Por ejemplo, los problemas sociales vinculados a la desigualdad de género y a los debates que esta suscita, de gran visibilidad en la vida pública, pueden ser incorporados al temario de la asignatura. El gran éxito de las últimas convocatorias del 8 de marzo en España y otros puntos del planeta indica que existe una necesidad social de hablar sobre los procesos de igualdad.

Sin embargo, el feminismo no se considera parte oficial del temario de filosofía. Las teorías y movimientos feministas no están presentes en las aulas, pese a su impacto en las generaciones jóvenes a través de la cultura popular.

Además, no se estudia la figura y la obra de filósofas cuya labor se centró en defender a las mujeres de sistemas filosóficos que negaban su capacidad para razonar y su acceso a la educación. Y así, si las filósofas no son visibles, el alumnado corre el riesgo de asimilar que los hombres han sido y siguen siendo más competentes racionalmente que las mujeres.

Filósofos 53, filósofas 0

¿Acaso hubo grandes filósofas? ¿Acaso crearon grandes obras para la historia del pensamiento?

La legislación contemplaba, hasta ahora, el estudio de 53 filósofos y de ninguna filósofa en la asignatura de Historia de la Filosofía. No se incorporaban tampoco los debates generados a lo largo de la historia entre filósofos y filósofas.

Por ejemplo, la obra de la escritora y pensadora francesa Simone de Beauvoir El segundo sexo no se considera una magnum opus de la Historia de la Filosofía. La nueva ley educativa no sólo incorpora a filósofas sino también contempla hitos fundamentales de la teoría feminista.

El feminismo en la cultura

Como profesora del profesorado en formación inicial he podido observar que muchas alumnas y futuras docentes se consideraban feministas. Identificaban esta postura sobre todo a través de las letras de cantantes pop que hablaban de forma más o menos directa de los derechos de las mujeres, pero sin referencias filosóficas de pensadoras o movimientos que contribuyeron a empoderar a las mujeres como sujetos históricos.

Éste fue el punto de partida de @Filosoclips, un proyecto de innovación educativa implementado en la asignatura de Filosofía que se centró en el fandom y conectó dos elementos devaluados en el sistema académico oficial: las teoría feministas y la cultura popular.

Las teorías detrás de los mensajes

Seleccionamos videoclips teniendo en cuenta dos criterios: su pertinencia a la hora de tratar los textos de las filósofas y las preferencias del alumnado, que habíamos consultado a través de un cuestionario.

El alumnado seleccionó mayoritariamente Lo malo (2018) de Aitana y Ana Guerra, que vinculamos con el texto de la escritora francesa del siglo XVIII Olympe de Gouges. La canción se convirtió en el himno feminista de las adolescentes y en el eslogan de multitud de pancartas en las manifestaciones del 8 de marzo.

Frases como “¡Oh, Mujeres! (…) Cualesquiera sean los obstáculos que os opongan, podéis superarlos; os basta con desearlo”, de la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana (1789) de Olympe de Gouges, encuentran paralelismo en letras contemporáneas como, por ejemplo, la de Christina Aguilera en Can’t hold us down (2002):

“Esto es para mis chicas de todo el mundo que se han encontrado con un hombre que no respeta su valor, pensando que todas las mujeres deberían ser vistas y no escuchadas… Nunca pueden, nunca lo harán, no pueden detenernos”.

Las profesoras elegimos Ain’t your mama de Jennifer Lopez porque aborda preocupaciones feministas como el acoso en el trabajo, el techo de cristal y la desigualdad laboral. Al comienzo del videoclip, se oye parte del discurso de Hillary Clinton pronunciado en la Cuarta Conferencia de Mujeres de la ONU celebrada en Pekín en 1995. Ambos textos fueron conectados con La Unión Obrera (1843) de Flora Tristán.

También se puede establecer un paralelismo en el uso de geneaologías como las que usa Beyoncé en Break My Soul (The Queens Remix). Se trata de una estrategia utilizada entre las grandes pensadoras y creadoras de siglos atrás. Por ejemplo, Christine de Pizán en La Ciudad de las Damas.

Análisis, diálogo y creación propia

Se estableció una propuesta multimodal dividida en dos fases. La primera fase consistió en el análisis crítico de los textos partiendo de una tertulia sobre el videoclip, el conocimiento del texto filosófico y la conexión de ambos.

En la segunda fase, el alumnado desarrolló creaciones artísticas y exposiciones orales grupales sobre los videoclips e interpretados desde los textos de las filósofas. El alumnado ejerce tanto como lector como creador de textos propios.

Un resultado interesante del proyecto fue la experiencia de autorreflexión que mostraron muchas de las alumnas, que se enfrentaron por primera vez a la necesidad de buscar referentes a la hora de construirse subjetiva e intersubjetivamente. “No me sé ningún nombre, pero sé que hay mujeres reivindicativas que rompen con los estereotipos, que son luchadoras y que cumplen sus sueños”, dijo una alumna al principio de la experiencia.

Al final, fue capaz de poner nombres y de reflexionar sobre la importancia de que las pensadoras tuvieran un nombre propio, para poder incluirlas así en un proceso histórico y en la construcción colectiva del “nosotras”.

La reacción de los alumnos

Algunos alumnos llegaron a preguntar: “Profe, ¿por qué no vemos hombres filósofos?” En otro caso se exclamó: “¡Qué hartura de tantas mujeres!”

Manifestaciones que confirman lo habituados que están los estudiantes a un currículum androcéntrico. Las alumnas, hasta este proyecto, no se habían planteado por qué no estudiamos la obra de filósofas. Ante estos comentarios, entendieron que la experiencia servía no sólo para conocer dicha obra, sino para que sus compañeros descubran cómo se sienten ellas a lo largo de toda su vida formativa, cuando la mayoría de lo que estudian son textos e ideas elaborados por hombres.

El reto docente

@Filosoclips supuso un doble reto para las docentes que lo pusimos en práctica. En primer lugar, como filósofas queríamos reivindicar la Filosofía pensada por autoras para que nuestro alumnado tuviera a su alcance referentes femeninos fundamentales en la historia del pensamiento.

En segundo lugar, como docentes hicimos un gran esfuerzo por reducir la distancia que nos separa de la generación de nuestras alumnas en cuanto a nuestro entendimiento del feminismo, acercándonos a una cultura popular que nos era desconocida. De este modo, pudimos utilizar en el aula el discurso feminista difuso de la cultura popular y aprovecharlo para conocer el feminismo desde la cultura académica.

 
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