Isabel Coixet: "A mi jurado le dije, defendamos con pasión pero nada de golpes en la mesa"

Venecia

No es la primera vez que Isabel Coixet forma parte de un jurado en un festival de cine. De hecho, en su perfil de Instagram va contando estos días anécdotas y entresijos de cómo es vivir así un certamen. En uno de ellos, recuerda cómo Abel Ferrara quiso votar sin ver casi ninguna de las películas en un festival en el que coincidieron hace unos años. La directora española más internacional sabe que habrá alguna pelea a la hora de votar y recomienda a los jóvenes cineastas justo lo contrario, que en su cine el conflicto no sea una pelea.

¿Qué cambia esta vez como jurado?

He sido jurado muchas veces. He estado de jurado Caméra d'or en Cannes O de la Sección Oficial de en Berlín. Y aquí. Aquí fui hace como diez años. Pero esto de ser presidenta me gusta porque mi voto cuenta más. Me gusta esto.

¿Cómo es la realidad de un jurado? ¿Cómo son las deliberaciones?

Yo he vivido de todo. Pero también tengo que decir que la gente se apasiona por las películas y hay personas a las que les gusta una película y no hay mucha explicación. Es como cuando te enamoras de alguien ¿Cuál es la justificación? Sí que es verdad que la gente se pone a veces muy violenta. La primera cosa que les dije a los del jurado es defendamos con pasión, pero por favor, nada de sillas tiradas, que esto lo he visto, ni botellas de cerveza en las paredes, ni golpes en la mesa. Voy a ser maestra del cole. El primero que dé un golpe en la mesa, se va fuera, no va a votar.

¿Cómo es el funcionamiento?

Tenemos tres reuniones conforme vamos viendo películas en cada una de las fases. El procedimiento es bastante sencillo. Si hay alguien que elige una película se conserva hasta el final, aunque a los demás no les haya gustado. Hay películas en las que todos estamos de acuerdo que no tienen nada destacable y ya las hemos eliminado. Es mejor ir haciéndolo así, porque si no al final te encuentras con todas las películas, es un lío, entonces hay que ir eliminando. Con lo que tenemos dos reuniones y luego la reunión final.

En la sección Horizontes hay también óperas primas, hay cine de otros países que a lo mejor habitualmente no llega las salas, ¿Cómo ves el nivel o la situación de esas jóvenes promesas?

Tengo que decir que he visto alguna ópera prima que me ha dejado alucinada. Pensé bueno, si este director hace esto en su ópera prima, tiene un gran futuro. Son esas películas que ves que la cámara está siempre bien puesta, el sitio perfecto. Hay algo que veo en las películas de esta sección y es que son un fresco del mundo de hoy con todas sus preocupaciones. Muchos personajes trans. Muchas películas sobre el racismo, sobre guerras, sobre conflictos, sobre migración. Es curioso que hasta ahora no hemos visto ninguna película con una preocupación sobre el medio ambiente clara.

¿Alguna que te haya gustado especialmente?

Lo que sí te puedo decir, no te voy a decir la película, pero hay una imagen que para mí ha sido especial. No sé si tendrá premios o no tendrá premios y si esta película llegará a algún sitio, pero sé que en esa película me ha dejado conmocionada una secuencia con una adolescente ciega aprendiendo a disparar un fusil. Es una secuencia que dura como cinco. Es que no se me va de la cabeza, porque me sonaba perfecta. Para mí esa imagen refleja el sinsentido de los conflictos bélicos.

¿Te da tiempo a ver otras secciones?

He visto películas de otras secciones. Vi la película de Patricia Clarkson porque se lo prometí, Mónica. Vi también la película L'immensità con Penélope Cruz y Vincenzo Amato, que son amigos y hacen de pareja. Y vi Don't worry darling. Me voy a callar. No voy a decir nada. No voy a decir nada. Solo voy a decir una cosa: Harry, tú canta, hijo, tú canta, pero el cine no. No sé si le veo futuro como actor, pero Frank Sinatra también empezó mal y luego se lució. Es que en esta película el problema es que lo ponen al lado de un pedazo de actriz como es Florence Pugh y no le ves. Aparte que tampoco tiene un papel muy allá.

¿Cambia la perspectiva de una directora estar en un jurado? ¿Te hace entender cuando no ganas premio?

Yo entiendo que la selección de un festival tiene de todo y es compleja. Entiendo que el Festival de Venecia tiene que tener películas italianas y tengo que decir que he visto películas italianas muy buenas aquí y también espantosas. Entiendo que también hay películas comerciales con estrellas para la alfombra roja, que están las presiones de las marcas comerciales que están detrás de esto. Al final esto lo pagan Cartier, Bulgari, Campari y Armani. Y la alfombra roja cobra una importancia mayor, tanto que a mí no dejan de insistirme en maquillarme. Y yo digo, dejadlo, gracias.

Eso lo comentas en tus vídeos diarios en Instagram sobre tu trabajo como jurado, hablas de las contradicciones que suponen las alfombras rojas.

Yo intento evitarlas. Primero me parece que los del jurado no tenemos que salir. Me parece fantástico que las actrices lo hagan, pero ya el mundo este de las pseudo modelos, la pseudo influencer, ¿eso qué tiene que ver con el cine? Sobre las contradicciones, una de las cosas que siempre recordaré es una pataleta que tuvimos Sarah Polley y yo en Cannes cuando presentamos Mi vida sin mí. Queríamos ir andando, pero nos obligaban a ir en coche y estaba a 25 pasos. En ese momento entendimos que era parte de la ceremonia, porque los coches eran patrocinadores. A veces pienso que tenía que haber ido andando.

Y aquí en Venecia, ¿alguna sensación contradictora que hayas vivido?

La ceremonia de inauguración tuvo momentos muy bonitos y otros muy raros. Me hizo llorar el discurso de Arnaud Desplechin sobre Catherine Deneuve, que recibía el León de Honor. Luego salió Zelenski, que estoy completamente en contra de la invasión de Ucrania. Luego la película de Noah Baumbach, que adapta la novela maravillosa de Don DeLillo y que se han gastado 120 millones de dólares en hacer esta película sobre populismos, herencia del hitlerismo, el peligro nuclear... Y de repente, después de todo eso, salimos y nos dan unas bolsitas con cosas de Armani. A mí esto de la bolsita que te dan me da una vergüenza terrible. No soy la única. Lo hemos comentado muchos. Hay algo ahí como obsceno. Todas esas contradicciones en las que uno vive, pero al final lo que queda son las películas, ese momento en que estás viendo una película y te olvidas de que eres cineasta, te olvidas de todo y estás ahí. Cuando sucede eso, me parece algo increíble.

Después de Venecia te vamos a ver en San Sebastián. Presentas el documental El sostre groc, sobre los abusos sexuales en el Teatro de Lleida, ¿cómo ha sido la experiencia?

Estoy muy contenta con el documental. Ha sido una experiencia fantástica trabajar con las chicas que pusieron la denuncia y que se atrevieron, en un contexto de lo más hostil, a contar lo que pasó. Lo único que queremos es que se reconozca. Ha sido una cosa larga, laboriosa, pero muy bonita. Y estoy muy orgullosa de ellas, de haberles dado voz. Hemos encontrado un material de archivo impagable, de esas cosas que dices, esto merece la pena, porque no es solo un testimonio, es mucho más. Creo que tenemos cosas muy impactantes.