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Venecia 2022 | Hugh Jackman llama a solucionar "la epidemia de la salud mental"

El actor protagoniza 'The son', la segunda película de Florian Zeller, el director de 'El padre', que desaprovecha una historia de salud mental en este drama que compite en el Festival de Venecia

Venice (Italy), 07/09/2022.- Australian actor Hugh Jackman poses at a photocall for 'The Son' during the 79th annual Venice International Film Festival, in Venice, Italy, 07 September 2022. The movie is presented in the official competition 'Venezia 79' at the festival running from 31 August to 10 September 2022. (Cine, Italia, Niza, Venecia) EFE/EPA/CLAUDIO ONORATI / CLAUDIO ONORATI (EFE)

Venecia

Muy buenas intenciones tiene The Son, la segunda película de Florian Zeller, el autor de El padre. Buenas intenciones en el retrato familiar que cuenta y cómo apunta al estallido de la enfermedad mental. Y buenas intenciones sus intérpretes, defendiendo que la sociedad debe poner solución ante esto. El problema con The son va más allá de las espectativas. Florian Zeller se ha acomodado esta vez, tras la celebra El padre, con la que ganó el Oscar a mejor guion adaptado, pues llevaba al cine su propia obra de teatro. En su segundo largometraje, presentado dentro de la competición por el León de Oro en el Festival de Venecia, la magia y el portento narrativo e interpretativo de su debut escasean.

Hugh Jackman no logra emocionar como padre en una compleja situación familiar, como lo hacía Anthony Hopkins en El padre, con esa interpretación de un hombre con alzheimer que quiere salir de su casa. El actor británico tiene aquí en esta segunda parte, una de las escenas más brillantes del filme. Pero volviendo a Jackman, su interpretación no tiene ni el carisma ni la profundidad para meternos en un drama familiar que podría ser más complejo y poliédrico y mucho más cercano.

Zeller vuelve a elegir temas familiares mezclados con la enfermedad. En este caso no es el Alzheimer, sino la depresión y la enfermedad mental. Nos sitúa de nuevo en una familia adinerada, bien situada en Nueva York. Hugh Jackman y Laura Dern fueron un matrimonio feliz, pero hace años que no. Él ha rehecho su vida con una joven con la que acaba de tener un segundo hijo, Vanessa Kirby. Ella vive con el hijo de ambos un adolescente que ha dejado la escuela, no tiene amigos y quiere irse de casa. El chico, Zen McGrath, se muda con su padre y su nueva esposa, pero la convivencia no es fácil, los reproches a la novia de papá no cesan y papá es un hombre de negocios que no está en casa nunca.

La salud mental es el centro de la historia y es el mensaje que han querido trasladar los intérpretes y el director en la rueda de prensa del festival. "El amor no es suficiente. En esta película todos los personajes aman mucho, pero el amor no es suficiente. Para criar a un hijo necesitamos más que una madre y un padre, necesitamos amigos, apoyo, familia, profesores, comunidad... gente que ayude en el camino", decía el actor. La película muestra lo sola que está la gente que tiene una enfermedad mental, cómo se siente", decía el actor, que reconocía que había empatizado mucho con este personaje como padre.

Jackman es padre de dos chicos adolescentes y decía que el guion de The Son, le ha cambiado en esta faceta. "Esa vulnerabilidad es lo que permite empatizar y hacerlo con honestidad. El papel del padre ha sido tradicionalmente el de alguien fuerte, controlador, capaz de cuidar a todos, pero esta película cambia esa percepción. Ojalá abra una nueva conversación, porque los problemas mentales son una crisis en todo el mundo. Todo el mundo conoce a alguien que pasa por una situación así. Tenemos que hablar de esto y entenderlo", añadía.

También Laura Dern se ha mostrado preocupada por la enfermedad mental. "Después de la pandemia estamos viviendo otra epidemia, en este caso tiene que ver con las salud mental. Me siento muy orgullosa de esta película, porque aunque nos diga que el amor no puede salvarnos, también nos dice que la experiencia y el apoyo de otros que pasaron por ahí puede servirnos", explicaba la actriz.

Si en El padre brillaba la puesta en escena y el uso de los decorados para costreñir o entender al personaje, aquí los decorados no cumplen función. El diseño visual de la película a penas tiene relación con la depresión y los conflictos familias que cuenta la película. De modo que el director deja todo a los interpretes, que tampoco alcanzan el tono.

Hay ideas interesante en el texto, no en la puesta en escena, pero no acaban de desarrollarse. Por ejemplo, ese retrato de un hombre de negocios, interesado en que su carrera avance, que no cambia un pañal y que abandonó a su hijo adolescente y su ex mujer por otra más joven. Eso sí, en ningún momento, se pone en entredicho ese rol masculino en la crianza.

La película muestra la dificultad de trazar lazos después de un divorcio, de los reproches de no ser la familia perfecta o de los traumas familiares que se perpetúan entre padres e hijos, con esa mala relación entre los personajes de Hopkins y Jackman, que se intuye en una única conversación. "Es una escena que está escrita de una manera bellísima. Yo estaba muy nervioso y contento a la vez porque Hopkins es uno de los grandes actores, llevaba mucho tiempo soñando con trabajar con él y lo he conseguido. Está lleno de vida y es un hombre estupendo", alababa a un ausente Anthony Hopkins.

Es una pena que The son no vaya a más, el momento actual pide a gritos una película que cuente de manera poliédrica y sin maniqueísmos cómo surge y cómo se trata una depresión profunda o cualquier otra enfermedad psiquiátrica. Zeller le pone intención. Se agradece que no indague en el trauma, en que esa familia no haya sufrido un gran drama, pero el peso que le da al divorcio de los padres y la poca energía visual de la película dejan algo fríos.

Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada...