Acoso escolar, memoria, machismo o salud mental. Todo lo que ellas abordan en el thriller rural

El rural ha sido un refugio durante la pandemia, lo advertía Fuel Fandango en La Hora Extra la semana pasada: anhelamos una supuesta vida más pausada, ser dueños de nuestro tiempo y reconectar con la naturaleza. La ficción también se posa sobre lo rural en este inicio de temporada. Pero ya lo advierte un dicho popular: pueblo pequeño, infierno grande.

Después del éxito de Hierro, con Candela Peña, los hermanos Pepe y Jorge Coira han regresado a Movistar + con Rapa, un thriller rodado en una Galicia profunda y alejada de tópicos, en el que Javier Cámara y Mónica López se cruzan para resolver un crimen cometido por quien menos parece ser un asesino. En noviembre se estrena As bestas, el thriller de Rodrigo Sorogoyen, que ha debutado en Cannes y en los cines franceses. Una de las tres películas españolas preseleccionadas para mandar a los Oscar.

Hay unas cuantas historias, parecidas a estas, que nos han dejado atrapados esta semana. Se están publicando decenas de thrillers, rurales, pero hemos seleccionado tres. Tres mujeres escribiendo novela negra y policíaca, tres historias protagonizadas por mujeres. Porque lo advertía también Enrique Vila-Matas en el último programa, que haya tantas mujeres, muchas jóvenes y escribiendo su primer libro, es de lo mejor de las letras actuales en español.

La memoria es un territorio de mucho riesgo

Susana Fortes (Pontevedra, 62 años) nos presenta 'Nada que perder', en Planeta. Blanca Suances es la protagonista, una colaboradora freelance de una agencia literaria. La tarde del 12 de agosto de 1979, con ocho años, Blanca desaparece junto a otros dos niños, Hugo y Nicolás. Ella reaparece en extrañas circunstancias, los niños no. Hasta 2004, cuando aparecen unos restos óseos en el monte de Santa Tecla. Invitada por un periodista de El Faro de Vigo, Blanca vuelve a As Covas, una localidad imaginaria en la ría de Pontevedra, en el Baixo Miño.

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Susana Fortes ha escrito de todo, pero le fascinan las desapariciones. "Me gusta la intriga, creo que es esencial a cualquier historia, no solo en el thriller, también la novela histórica o de ciencia ficción. Si no hay intriga, que es lo que mueve la curiosidad y las ganas de saber, no hay historia". A través de la intriga y en primera persona, algo poco frecuente en los thrillers, 'Nada que perder' pone el dedo en muchos asuntos sociales.

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Está la memoria, que para Fortes es un territorio de riesgo. "El origen de la novela, en parte, está en una entrevista que leí al neurólogo Oliver Sacks. Hablaba de la memoria y de cómo recordamos. Hay cosas que sabemos, pero que no sabemos que sabemos. Frases que, de pequeño, se te quedan en la recámara. Y años después, no sabes por qué, en un momento determinado te viene esa frase, con toda su nitidez, y cobra sentido".

Además de la memoria, la escritora recoge el problema de la juventud en una Galicia rural con pocas oportunidades. Una comunidad lastrada por la lucha contra el narcotráfico. La familia y lo rural, dos ámbitos cerrados, cómplices, llenos de silencio. Y junto a las rencillas familiares, la memoria de la Guerra Civil también recorre las páginas del libro y nos ayuda a entender las relaciones entre los vecinos.

El otro protagonista de 'Nada que perder' es Lois Lobo, ese periodista local, de investigación. Susana Fortes, hermana del periodista Xabier Fortes, ha vivido rodeada de periodistas, es un terreno que conoce bien. Así que reivindica también el periodismo de investigación, los medios locales, esas historias que no deben pasar desapercibidas.

El acoso escolar es también una historia de terror

Nuestra siguiente invitada también es gallega. Ángela Banzas (Santiago de Compostela, 1982) acaba de publicar 'La conjura de la niebla', su segunda novela en la editorial Suma. Ángela es licenciada en ciencias políticas y de la administración, su carrera ha estado siempre ligada a esta formación y de repente es madre, aprovecha el parón para escribir, que siempre lo ha hecho, publica 'El silencio de las olas' con notable éxito y ahora va a por la segunda. Le gusta el thriller porque entretiene, que es uno de los objetivos de la escritora, entretener y enganchar a la lectura, con tanta competencia que hacen las series y películas en un sinfín de plataformas.

Según Banzas, las mujeres han escrito siempre, también thrillers, aunque no tuvieran tanto reconocimiento o visibilidad como hasta ahora. El suyo está protagonizado por Elena Casáis, una jueza que nos recuerda a la Candela Peña de Hierro. 'La conjura de la niebla' nos cuenta la desaparición de una adolescente en Illa de Cruces, en A Ría de Arousa, una desaparición que de alguna manera está conectada con otra, la desaparición de la tía de la protagonista.

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El machismo en la judicatura es uno de los asuntos a los que se tiene que enfrentar Casáis, aunque este thriller rural también señala con el dedo otros muchos problemas sociales. El abuso de poder sobrevuela todos ellos. Hay mucho de acoso escolar, que sufre una niña en la escuela, por no tener lo que posee el resto de sus compañeros. Está, por tanto, también la precariedad, el clasismo y otros ingredientes indispensables del género en Galicia: la drogadicción, la corrupción, el poder de la Iglesia católica...

"El acoso escolar es algo que, como madre, me preocupa profundamente. En la novela hay un espacio temporal de 30 años y en algunos aspectos hemos avanzado poco, en otros algo. El acoso escolar ya tiene una palabra peyorativa, el bullying, antes no. En las zonas rurales, además, se escondía y esto quería ponerlo de manifiesto", nos ha contado Banzas.

Con la escritora hemos hablado de la ría, el bosque, la bruma, los cruceiros y la niebla. Ingredientes fundamentales de un buen thriller y alguno, como la niebla en este caso, protagonista más de la historia.

El machismo es una secta que extiende sus redes

La siguiente en pasar por La Hora Extra es Noelia Lorenzo Pino (Irún, 43 años). Noelia lleva unas cuantas novelas negras a sus espaldas, en diez años que lleva escribiendo y publicando en diferentes editoriales, después de una carrera dedicada a la moda. 'Blanco inmaculado', en Plaza & Janés, es su nuevo libro, en el que nos traslada a una comunidad aislada, en los montes de Irún. Blanco Inmaculado es la marca de ropa de los Fritz, una especie de secta que vive como los Amish, renunciando a las nuevas tecnologías, aunque no a la luz ni al consumismo. Una vida muy tradicional, jerárquica, patriarcal, extremadamente religiosa, cristiana. En esa comunidad se produce un incendio y aparece una joven amordazada y asesinada. Una historia historia con muchos giros.

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'Blanco inmaculado' está protagonizado por dos mujeres, la oficial de la Ertzaintza Lur de las Heras y la patrullera Maddi Blasco. Dos chicas jóvenes que se enfrentan al machismo, a la lucha de egos y a la jerarquía. "Todavía sufrimos mucho machismo, está en todos lados, en el cuerpo policial en el que trabajan, en la secta y las historias que van conociendo, en todos lados". Su secta es ficticia, los Fritz, pero inspirada en una comunidad que hay en los montes de Irún y que llevan una vida parecida a la de estos. Muy conservadora, tradicional, jerárquica.

Además del machismo, está la sanidad y la salud mental. La protagonista sufre una enfermedad que limita su trabajo. Asuntos en los que Noelia Lorenzo Pino coincide con sus compañeras.

Y terminamos el repaso a las novedades literarias, al género negro, en Estados Unidos. En este programa hemos hablado de "las abandonadoras", madres que abandonan a sus hijos, pero no de las madres que matan a sus hijos. Es la historia que nos trae Emily Ruskovich (Idaho, 35 años) en 'Idaho', su primera novela editada por Random House. Es otro thriller rural, de una joven escritora, sobre una familia aislada en las montañas de Idaho.

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Junto al thriller rural, la distopía está siendo otro refugio en esta realidad extenuante. No sabemos si será por eso de mal de muchos, consuelo de tontos, pero en épocas de crisis como la que atravesamos, la distopía tiene el campo abonado. Y ahora que no solo el presente es aterrador, sino que también el futuro es muy desalentador, la ficción apocalíptica y posapocalíptica reina: nos gusta vernos sufrir ante el colapso y la incertidumbre. Es lo que hemos comprobado en el Festival de Venecia, es lo que esperamos los próximos meses en cines y plataformas.

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Y terminamos en Las Palmas de Gran Canaria. Todos estos asuntos que todas estas escritorias abordan en sus novelas, todo de lo que advierten las distopías, son caldo de cultivo para los populismos. Sobre esas ideas, sentimientos y discursos agresivos que ponen en riesgo nuestros principios democráticos y el pacto social, reflexiona el dramaturgo Mario Vega. Esta semana estrena 'Patriotas' en el Teatro Pérez Galdós de Las Palmas. Una obra idónea para un curso tan electoral como el que afrontamos.