Javier Marías, el escritor honesto que rechazó el Premio Nacional
El académico y escritor se negó durante su carrera a aceptar premios institucionales o dinero público para "evitar estar vinculado al poder"
Javier Marías destacaba por la importancia de su prosa, la calidad de sus novelas trazadas a lo largo de una carrera que ha ido avanzando conforme avanzaba la sociedad española. Sus novelas se han ido publicando con gobiernos de distinto signo. Las primeras aparecieron en plena dictadura. Su ruptura estética y temática, decía Marías, era una forma de rechazo al régimen y a todo lo que este había generado. Después llegó UCD, el PSOE, el PP... Fue con el gobierno de Rajoy cuando el escritor se plantó. En 2012 recibió el Premio Nacional de Narrativa por 'Los enamoramientos'. Un libro de setecientas páginas, que es el tercer volumen de una novela, cuya primera entrega publicó hace seis años Alfaguara. El escritor rechazó el premio. Siempre había señalado que nunca aceptaría premios institucionales.
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No fueron pocas las veces que Javier Marías comentó en público que no aceptaría ningún premio institucional. Y así, lo reiteró en una rueda de prensa en el Círculo de Bellas Artes de Madrid tras conocerse que el gobierno le daba ese galardón. "Me parecería inconsecuente aceptar un premio del Estado", declaraba ante los medios de comunicación.
El escritor también se refería a la posibilidad de donar el dinero del premio en caso de aceptarlo. "Sería demagógico aceptar un premio y donarlo. Prefiero que el ministerio de Educación y Cultura lo destine a lo que quiera, ojalá a las bibliotecas públicas que han recibido un presupuesto de cero euros, lo que me ha parecido escandaloso". Habían pasado solo cuatro años del estallido de la crisis económica de 2008. El PP había realizado recortes, muchos de ellos en el área de Cultura. El dinero de los premios nacionales seguía intacto, como explicaba Marías. De hecho, el 9 de octubre, durante la presentación de la colección de todos sus relatos, Mala índole, Marías dijo que "los recortes en Cultura emparentan al PP con el franquismo".
Rechazó el Premio Nacional de narrativa
Para el escritor de Corazón tan blanco, había más razones para rechazar ese premio, dotado con 20.000 euros. Por ejemplo, así evitaba estar "vinculado a cualquier partido político o al poder". No era la primera vez que rechazaba una propuesta o un premio financiado a cuenta del erario público. "Creo que el Estado no debe darme nada por efectuar mi tarea de escritor", argumentaba entonces. Una decisión que el escritor venía madurando desde 1995. "Durante todo este tiempo he esquivado a las instituciones del Estado, independientemente del partido que gobernara. Me considero una persona independiente".
El escritor confiaba en que su postura "no se tome ni como un feo, un agravio o como un desagradecimiento" hacia los miembros del jurado. Asimismo, recordaba que esa decisión tenía mucho que ver con la figura de su padre, el filósofo Julián Marías, que nunca fue galardonado con un Premio Nacional. "Si mi padre no había merecido un Premio Nacional, yo tampoco", indicaba. Julián Marías vivió en el exilio durante la dictadura, después de que el régimen franquista lo eliminara de la universidad cuando se negó a firmar los principios del movimiento. Se estableció en Estados Unidos, donde nació Javier Marías. En el mismo sentido, calificaba como "chocante" que nunca hayan recibido un Premio Nacional autores claves como Juan Benet, Eduardo Mendoza o Jaime Gil de Biedma en poesía.
"Algunos muy buenos escritores han sido galardonados con los premios oficiales -el Cervantes, el de las Letras, el Nacional-, pero también muchos medianos y malos. En cambio, se murieron sin obtener ni siquiera el último -el de menor categoría- Juan Benet, Jaime Gil de Biedma y Juan García Hortelano, y los tres eran ya sexagenarios. Lo mismo le pasó a mi padre, Julián Marías, y él murió nonagenario".
El rechazo de Javier Marías al Premio Nacional de Narrativa fue el cuarto que se produjo entre galardonados con alguno de los premios nacionales que se conceden cada año en España. En noviembre de 2010 el escultor Santiago Sierra rechazó el Premio Nacional de Artes Plásticas. Sierra, en una carta dirigida a la entonces ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, afirmó que el arte le había otorgado una libertad a la que no estaba dispuesto a renunciar y precisó que este premio instrumentalizaba en beneficio del Estado el prestigio del galardonado.
Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada...