Indulto

Madrid

Seguramente en las próximas semanas o meses pronunciaremos muchas veces la palabra indulto, una figura ancestral regulada en España por una ley que tiene 150 años. Hay quien piensa que en una democracia el indulto es un insulto, porque supone una injerencia del poder ejecutivo en el poder judicial. Y siendo una medida de gracia, según quien la conceda o quien la disfrute, a unos hace más gracia que a otros. El diccionario se refiere solo a los indultos humanos, pero el mundo de los toros indulta a algunos animales por su bravura. La Iglesia también indulta, pero lo llama de otra manera, indulgencia, que puede llegar a ser plenaria, vamos, que te limpia todos los pecados de un plumazo incluso si has muerto y habitas en el purgatorio. El resto de los mortales, sencillamente, perdonamos.

Por cierto, sobre el perdón, conviene saber que el indulto solo perdona la pena a cumplir, pero no el delito, no como la amnistía. Y también conviene recordar que los indultos que saltan a la opinión pública son solo la punta de un gran iceberg. En los últimos 40 años han sido indultados más de 13.000 delincuentes, desde golpistas a corruptos de todo pelaje. Y convendría que algunos responsables políticos midieran la crítica a indultos presentes, no vayan a encontrar después que son herederos de quien cuenta con todos los récords en la materia.