La sanidad pública, columna vertebral de nuestro estado de bienestar

La Organización Mundial de la Salud ya vislumbra el final de la pandemia. Todavía no estamos en ese punto, dice su secretario general, pero su final está a la vista. El principal dato en el que se apoya es que la última semana ha sido la de menos muerte por COVID desde en inicio de la pandemia, hace ahora cerca de tres años. No es habitual encontrar declaraciones tan optimistas de la OMS, pero ahí están, y vienen acompañadas de la recomendación de que los países mantengan un nivel adecuado de equipamiento, suministros y personal sanitario por si hay nuevas olas que preocupen.

Que mantengan un nivel adecuado de previsión y refuerzo en la Sanidad, dice. Aquí, en España, recuerden en muchas comunidades, ese refuerzo fue despedido en cuanto la pandemia empezó a remitir, y el esquelético sistema sanitario prepandémico, castigado entonces por los recortes de la anterior crisis, ha vuelto al mismo punto, o peor, porque se arrastra ahora diagnósticos, operaciones, visitas, tratamientos que durante la pandemia fueron aparcados por la emergencia.

Hoy, en la SER, nos hemos propuesto poner orden y datos a esa sensación que tienen muchos de ustedes de haber perdido, todavía más, en su relación con la sanidad pública, citas u operaciones a meses vista, días de espera que ver a su médico de cabecera, listas de espera interminables...

Y una de las primeras conclusiones es que depende de dónde usted viva, la atención sanitaria será más o menos rápida, el código postal influye mucho en la atención sanitaria que recibimos, tanto para conseguir una cita en el centro de salud como para una operación. Recuerden que las competencias sanitarias corresponden a las comunidades autónomas. Un ejemplo, para una operación de rodilla o para la colocación de una prótesis de cadera en Galicia o en Navarra tendrán que esperar tres meses, pero tendrán que esperar casi seis si viven en Extremadura o en Galicia.

La pandemia puso en evidencia las deficiencias de nuestro sistema sanitario y si la superamos fue, en gran parte, por la dedicación, el tesón, el sacrificio de sus profesionales. Nuestro sistema público de salud sigue siendo un ejemplo en el mundo y cuando comparas siempre te sale eso de, 'pues no estamos tan mal'. Pero podríamos estar mejor, debemos estar mejor. Solo preguntando a los que trabajan en la Sanidad tenemos el diagnóstico, falta de personal, bajas remuneraciones, precariedad, opacidad en la comunicación de datos... El diagnóstico está hecho, no esperemos a una nueva crisis sanitaria para volver a hablar de ello. Es fundamental, ahora que ha pasado lo peor, ponerse a trabajar para mejorar, y mucho, lo que es la columna vertebral de nuestro estado de bienestar.