"El éxito está marcado por cómo 'manipulas' las emociones de los demás": la importancia de los sentimientos en las relaciones sociales
Raquel Marín, autora de 'Alimenta el sueño para un cerebro sano' visita La Ventana para hablar de la historia de la emociones y su evolución social
"El éxito está marcado por cómo 'manipulas' las emociones de los demás": la importancia de los sentimientos en las relaciones sociales
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Madrid
Lo sentimientos y las emociones también han evolucionado a lo largo de la historia. No solo por sus cracterísticas en sí, sino también por cómo las percibe la sociedad. Así lo cuenta el historiador de la emoción Richard Firth-Godbehere en una entrevista para El País este viernes. La Ventana ha querido indagar en estas reflexiones, y ha invitado a la neurocientífica Raquel Marín, autora de 'Alimenta el sueño para un cerebro sano', para comentarlo.
Por ejemplo, Marín apunta que sentimientos como la melancolía se ha transformado a lo largo de la historia en lo que ahora se conoce como ansiedad o depresión. Aun así, es muy difícil llegar a conocer cómo se siente una persona cuando tiene estas sensaciones y mucho más compararlas.
La clave de un discurso: 'manipular' las emociones
Pero la importancia de conocerlas, y sobre todo de "manipularlas", en cierto modo, es la clave, según la neurocientífica: "El éxito está marcado por cómo 'manipulas' las emociones de los demás". Uno de sus usos más claros es en política, donde se utilizan para los discursos como una forma de llegar directamente a la sociedad. "Lo importante es controlar cómo se van a sentir las personas con respecto a determinadas situaciones", explica.
Martín asegura que da discursos para personas con altas capacidades intelectuales, y hace especial hincapié en que el éxito de los discuros y sobre todo de la política está marcado por la estimulación en las emociones que ejerces sobre los oyentes en los primeros 5 minutos.
En la entrevista de El País, el historiador Richard Firth-Godbehere, asegura que en la cultura occidental se ha desarrollado la emoción de vergüenza como la predominante en la última época. Esto, según Marín, está muy relacionado con el miedo a no ser aceptado, al abandono: "Seguimos ávidos de aceptación dentro de los cánones sociales".
Ser emocional: un mal líder
Para la neurocientífica el vinculo común universal que se establece entre los seres humanos es el de la necesidad de contacto social, de pertenencia a un grupo: "El cerebro se forjó dentro de la interacción social, independientemente de las culturas. Pero hay culturas que se educan para reprimir ciertas emociones, como el llanto o el exceso de alegría".
Y aunque es cierto que las nuevas generaciones fomentan más la visibilidad de las emociones en lugar de cohibirlas, siguen muy fuertemente ligadas a la vulnerabilidad: "Parece que el líder tiene que tener esa superación de las emociones para poder tomar deciones en el colectivo. El ser emocional siempre se ha adscrito a ser débil y por eso se ve como un mal líder". Porque según explica, "es muy difícil discernir entre la parte emocional y la racional".