Se les debería caer la cara de vergüenza

Nada de lo que digamos nosotros, nada de lo que debatamos en interminables horas de tertulias, nada de lo que preguntemos a los gestores políticos, nada de lo que nos respondan, nada de todo esto, nada, habla con tanta claridad de la situación de muchas residencias de ancianos en España. Él se llama Mariano Turégano, tiene 82 años, vive en una residencia en Madrid, una residencia pública, pero gestionada por una empresa privada. El relato de su vida y de la de sus compañeros allí es sobrecogedor.

Habitaciones como hornos, comida que no se puede comer, falta de seguridad, ancianos que con problemas cognitivos salen por la puerta y deambulan por las calles sin que nadie les controle. Esto pasa en una residencia de la Comunidad de Madrid, y pasa después de que la pandemia sacará las vergüenzas de como esta comunidad, presidida por el PP, presidida por Isabel Díaz Ayuso, trata a su gente mayor. Nada se ha hecho desde entonces, nadie ha asumido su responsabilidad, no se ha investigado nada. Y la situación es extrapolable a otras comunidades autónomas.

Hay algo en las palabras de Mariano que nos interpela a todos, a los políticos, a los que se dirige, en un pleno municipal de San Sebastián de los Reyes, por supuesto, pero también a toda la sociedad. 'Hemos trabajado mucho', dice, 'ustedes lo deberían saber porque disfrutan de privilegios que nosotros peleamos, no para nosotros, para ustedes'. Y es que si disfrutamos del estado del bienestar que tenemos es porque Mariano, y muchos otros y otras como él lucharon para que la vida de todos fuera mejor. Muchos vivieron el horror de la guerra, el hambre, las privaciones, el terror político del franquismo, y cuando vivían la última etapa de su vida con cierta tranquilidad, el COVID se cebó con ellos. Que la enfermedad matara a muchos era algo difícil de frenar, pero que murieran porque no se les prestó la atención necesaria, esto sí tiene responsables, responsables que a día de hoy todavía no han dado explicaciones por nada, y lo que es peor, no han hecho nada por mejorar la vida de los supervivientes.

Las palabras de Mariano nos deberían sacar los colores a todos, pero a los gestores políticos, que no han hecho nada por ellos, se les debería caer la cara de vergüenza.