"Angustia residencial" por el turismo de masas: ¿Dónde acaba el derecho al disfrute de un turista?
Se trata de un término acuñado por Pere Salvà que define el sentimiento que se viene dando desde que empezó el "boom" del turismo alrededor de 1960
00:00
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1663401393029/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Madrid
El catedrático emérito de Geografía Humana de la Universidad de las Islas Baleares Pere Salvà reflexiona sobre el proceso de convivir en esas ciudades y pueblos en los que el turismo es el principal engranaje de su economía. El catedrático ha acuñado un término nuevo, “angustia residencial”, para referirse a ese sentimiento que tienen las personas que viven en lugares en los que se masifica el turismo y sienten que "viven en una ratonera". Este sentimiento se viene dando desde que empezó el "boom" del turismo alrededor de 1960. Desde esa época, el volumen de turistas que visitan, por ejemplo, las Islas Baleares se ha ido incrementando hasta llegar en 2022 a los dos millones de turistas en unas islas que no supera los 4.992 km².
Esta masificación de personas también se ve incrementada por la inmigración a las islas. Según Salvà, existen dos tipos de inmigración: una laboral, que viene a trabajar (inicialmente magrebí, aunque ahora hay un repunte de personas que vienen de Latinoamérica) y otra residencial, que son los europeos con segundas residencias. Así, el crecimiento de población de las Islas Baleares es un 80% por inmigración, no por natalidad.
El catedrático propone una solución para volver a repensar qué modelo es el ideal para terminar con la "angustia residencial" más a medio o largo que a corto plazo: "Hay que hacer una propuesta, hacer un debate, ver qué horizonte queremos a 20-25 años… Es el momento de que esta resiliencia pospandemia se aproveche para pensar como sociedad qué modelo queremos. La «macdonalización» del territorio tiene que acabar".