El cannabis medicinal, una ayuda para dormir al dolor

Madrid

La regulación del cannabis medicinal en España está hoy más cerca. Tras la aprobación del pasado mes de junio del dictamen de la Comisión de Sanidad del Congreso, se materializaba la instancia a legislar su uso exclusivamente medicinal. Para paliar problemas graves de salud y siempre por prescripción médica, lejos de un uso recreativo.

Para Carola Pérez, que ahora preside el Observatorio Español de Cannabis Medicinal, su aprobación legal supone un gran beneficio. Desde pequeña tuvo una caída que la dejó marcada de por vida y que le ha llevado a vivir situaciones de desesperación: “Me caí y me rompí el coxis; a los 18 años me lo quitaron y me crearon un dolor neuropático, un dolor muy extremo que tiene muy difícil tratamiento. Y después de haber pasado innumerables veces por quirófano cada vez iba a peor”.

Su regulación será para casos tasados y siempre como segunda opción, cuando otro tratamiento sea inefectivo. Su empleo se contempla para tratar la espasticidad en pacientes de esclerosis múltiple, algunas formas de epilepsia, náuseas y vómitos derivados de la quimioterapia, endometriosis, dolor oncológico y dolor crónico no oncológico. Y también los dolores neuropáticos, como los que siente Carola, según explica es “un dolor punzante que te hace perder el conocimiento y que te incapacita para hacer vida, un dolor tan constante, que agota a la mente y el cuerpo de tanto sufrir”.

En Estados Unidos desde hace unos años se comercializa el Epiodiolex, un fármaco para casos de síndromes epilépticos muy graves. Este medicamento contiene muy poco THC, que es el componente psicoactivo del cannabis y que en cambio está enriquecido en otra sustancia presente en el cannabis, el cannabinol. Con este fármaco se han hecho ensayos clínicos, como con cualquier otra medicina en los que ha participado y ha podido comprobar sus efectos, Ángel Aledo Serrano, neurólogo del Hospital Ruber Internacional de Madrid, que apunta que “reduce la cantidad de crisis epilépticas o en algunos casos reduce la intensidad de las crisis epilépticas y muchas veces también puede mejorar cognitivamente a algunas personas con epilepsias graves”.

Su administración dista mucho de lo que coloquialmente se entiende como fumarse un porro. El doctor Serrano describe que su aplicación es “en forma de jarabe y se toma habitualmente dos veces al día unido a otros fármacos para la epilepsia”. También existen otras formas como pequeños comprimidos.

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La nueva regulación se fundamenta en la experiencia de otros países. Rafael Maldonado, catedrático de Farmacología de la Universidad Pompeu Fabra y experto en cannabis medicinal, considera que “es una regulación muy prudente, en el sentido en el que es cierto que la evidencia científica es limitada a una evidencia científica real existente, pero que ha tenido lugar en unos países diferentes a España”. El catedrático apunta que la regulación se apoya en la cautela y la prudencia, pero también en “la necesidad de que hay una serie de pacientes que con los medicamentos actuales no ven cubiertas sus necesidades”.