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Alberto Reyero, exconsejero de Madrid: "Había una mano negra en la Presidencia de la Comunidad de Madrid buscando culpables de lo que ocurrió en las residencias"

El responsable de Políticas Sociales de la Comunidad de Madrid durante lo peor de la pandemia describe cómo se gestionó en el Gobierno de Ayuso la muerte en las residencias de mayores y la no asistencia sanitaria a través del "protocolo de la vergüenza"

Las entrevistas de Aimar | Alberto Reyero

Las entrevistas de Aimar | Alberto Reyero

Madrid

Durante la pandemia murieron en España casi 35.000 personas en las residencias de mayores. Solo en Madrid fallecieron 7.200 ancianos. Muchos no recibieron la atención sanitaria que merecían, ante unos sistemas de salud desbordados y con falta de medios y personal. Dos años y medio después de lo peor de la enfermedad, poco o nada ha cambiado en el modelo de cuidados a la tercera edad. Las causas judiciales abiertas no han prosperado y tampoco ha habido ningún tipo de responsabilidad política.

Alberto Reyero: "Había una mano negra en la Presidencia de la Comunidad de Madrid buscando culpables de lo que ocurrió en las residencias"

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Uno de los muchos gestores durante el embate del COVID-19 en nuestro país hoy se sienta en Hora 25 con Aimar Bretos. Es Alberto Reyero, exconsejero de Políticas Sociales de la Comunidad de Madrid y una de las cabezas visibles del Gobierno de Ayuso cuando los ancianos morían en las residencias sin recibir ningún tipo de atención. Reyero, ahora muy crítico con la presidenta madrileña y su partido, publica en unos días 'Morirán de forma indigna' (Libros del KO), un relato sobre aquellos días tan complicados. El exconsejero terminó dimitiendo cuando lo marginaron al decir en público que lo que estaba pasando en las residencias era algo "inhumano".

"Me costó la cabeza política, pero yo la entregué. Parece que en este país lo de dimitir es una rareza, pero evidentemente mi situación en el Gobierno de Ayuso no tenía ningún sentido", reconoce durante la entrevista. El consejero recuerda los correos internos que intercambió con el actual consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, en el que le avisa de que muchos mayores podían "morir de forma indigna" si no se medicalizaban las residencias. "Incurriríamos en una discriminación de graves consecuencias legales", le exhortó.

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Reyero recuerda aquellos días: "Yo conocí ese protocolo el sábado y estaban muy nerviosos por lo que significaba. El gerente de la Agencia Madrileña de Atención Social me lo enseñó y me explicó lo que significaba. Suponía excluir a personas que tuvieran no solo COVID, sino cualquier otra dolencia que tuviera un nivel de dependencia del dos o del tres". Esto es lo que más tarde se conoció como el 'protocolo de la vergüenza', esto es, la imposibilidad de que las residencias derivaran a hospitales a personas que lo necesitaban. "Había una serie de requisitos: las personas que estaban en condiciones aceptables no entraban en la exclusión, pero como nos dijo una directora de una residencia, por el simple hecho de estar en una residencia y estar en una silla de ruedas ya no podías ir a un hospital", dice Reyero.

Todo quedó por escrito. "Es algo que yo siempre me he preguntado y la única explicación que yo creo que puede ser verosímil es que empezaran con estas exclusiones de manera verbal y debió haber algún tipo de rebelión interna y pedir que fuera por escrito", señala Reyero. El exconsejero avisó y le informaron de que el protocolo no se estaba aplicando; sin embargo, días después, el "bajón era considerable en el traslado a hospitales".

La responsabilidad política

"Hubo una reunión en la que estuvieron el consejero de Sanidad, la presidenta, el consejero de Hacienda, Lasquetty, muy relacionado con la Sanidad, el jefe de gabinete de la presidenta y Burgueño (exdirector regional de hospitales) Debieron tomar alguna serie de decisiones porque al día siguiente medicalizaron las residencias. Yo no sé de dónde partió este protocolo, pero los documentos son reales porque están firmados, sabemos quién lo firmó. Sabemos que informó a sus jefes, a la viceconsejera de Sanidad y al consejero de Sanidad. De dónde partió no lo sé, sería una de las preguntas que haría en una comisión de investigación", explica Alberto Reyero.

La comisión de investigación nunca llegó a celebrarse porque PP y Vox la tumbaron en la Asamblea de Madrid. "No quieren hablar del tema. Tanto PP y Vox podrían aprobar el informe de la comisión, pero fundamentalmente es tapar todo lo que puedan", explica. Volviendo a aquella reunión de altos cargos de la administración madrileña y la presidenta Ayuso, Reyero da detalles sobre la presencia del jefe de gabinete de la popular y las informaciones que trascendieron: "Miguel Ángel Rodríguez creo que estaba ahí por su relación con la prensa. Se lanzan mensajes a medios y algunos lo recogen y otros no. Se ve el rastro que van dejando las informaciones provenientes de Sol. En un primer momento, el señalado era yo. Yo me rebelé ante eso y se lo dije, que me iba a defender. Lo que yo decía estaba por escrito de unos meses atrás. Si no lo hubiera puesto por escrito hubiera tenido problemas. Habría quedado como el responsable de las muertes en las residencias de la Comunidad de Madrid, porque al fin y al cabo era el responsable de ello"

Cuando Reyero apuntaba a las consecuencias legales de lo que estaba ocurriendo en las residencias cuenta que percibía una actitud "fría": "Había una frialdad acerca de lo que yo contaba. Hice una petición expresa y lo único que encontré fue frialdad e indiferencia. De hecho, al día siguiente se anunció que me quitaron las competencias en las residencias, pero era algo más mediático porque nunca se publicó en ningún boletín". El exconsejero asegura que en aquellas reuniones pidió medios para "empezar a trabajar en las residencias más afectadas por el coronavirus". "Me dijeron que no, que estaban en otra historia. Estaban en toda la propaganda que giraba en torno al hospital de campaña de IFEMA. La mayor parte de medios sanitarios estaban enfocados hacia el hospital de campaña de IFEMA porque realmente entiendo que eso daba más réditos propagandísticos", explica Reyero acerca de la respuesta que recibía por parte de los dirigentes de la comunidad.

En palabras del exconsejero, el hospital de campaña en IFEMA "supuso una aspiradora de personal sanitario que existía en las residencias, aparte de que no llegó a las residencias el personal de Atención Primaria". Y añade: "El resultado de IFEMA es que de los 45 días que estuvo abierto murieron 16 personas, durante el mismo tiempo en las residencias murieron 5.000 y lo que ya fue una desfachatez es que el día en el que se cerró IFEMA la presidenta dijo que quienes entraban ahí se curaban como si fuera una especie de Lourdes, como si el doctor Zapatero fuera un sanador. Es muy sintomático. Solo se trasladó a 23 personas de residencias"

Si todo hubiera sido diferente

"Es imposible saberlo. Entiendo que es un número considerable, pero igual había personas que mejor que se hubieran quedado en las residencias. Otras no evidentemente. Es la práctica habitual que existe en las residencias. Una de las cosas que se discriminó a los mayores es que recibieran una atención sanitaria hospitalaria especializada. Muchas veces los centros de Atención Primaria se olvidan de las personas que entran en las residencias, pero los servicios médicos allí están para tratar las enfermedades crónicas", reconoce Reyero. "La respuesta del consejero de Sanidad era muy fría. No me escuchaba y yo sabía que estas cosas no solo había que decirlo verbalmente, sino escribirlo. A los correos que le envié nunca me respondió", sentencia.

Alberto Reyero formaba parte del gobierno de coalición entre Ciudadanos y PP en la Comunidad de Madrid. Entonces quien lideraba el partido era Ignacio Aguado. "Recibí el apoyo de Ignacio Aguado y me ayudó a conseguir determinadas cosas. Puedo decir que me sentí muy solo, pero tampoco quiero cargar las tintas contra lo que era mi partido y gente que consideraba amigos. No quiero entrar en ese tema", dice el exconsejero.

En aquellos días se produjo una guerra abierta entre los consejeros de Ayuso y Alberto Reyero. "Fueron días muy complicados y al final tienes que tomar decisiones solo y además había una mano negra detrás buscando culpables. La mano negra estaba en Sol, en la presidencia de la Comunidad de Madrid. Se estaban lanzando mensajes que estaban calando. Se estaba creando una campaña", señala el expolítico. La campaña para dispersar responsabilidades llegó también al exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias, ministro también de Derechos Sociales. "Yo siempre lo dije, era un bulo. Las comunidades autónomas mantuvieron su operativa normal. Fue un bulo muy hábilmente urdido por la presidencia del Gobierno porque al final no era lo mismo decir que las competencias eran del Gobierno central, sino de Pablo Iglesias. No tenía ningún sentido. Muchas veces era muy difícil luchar contra ello. La única respuesta de por qué Pablo Iglesias no tenía las competencias es porque tiraron abajo la comisión de investigación. Si el responsable hubiera sido Pablo Iglesias no hubieran hecho una, hubieran hecho diez", reconoce Reyero.

 
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