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Ana de Armas: "En Hollywood es tan difícil conseguir buenos personajes como mantener tu vida privada"

La actriz hispanocubana encarna a Marilyn Monroe en 'Blonde', papel que la confirma como estrella y la coloca en la conversación de la carrera de premios. Andrew Dominik dirige este provocador drama que estrena Netflix

Ana de Armas presenta 'Blonde' en el Festival de San Sebastián(Photo by JB Lacroix/WireImage) / JB Lacroix

San Sebastián

La última vez que vimos a Ana de Armas en una producción española fue en 2015. Tras ser uno de los rostros televisivos más seguidos por la serie 'El internado', la actriz hispanocubana encadenó algunas pequeñas películas con directores debutantes y, de pronto, desapareció del mapa. Lo siguiente que supimos era que se había trasladado a Los Ángeles y a partir de ahí empezaron a llegar a noticias de su participación en diversos proyectos importantes. La secuela de 'Blade runner', una comedia de Todd Philips, varias películas con Keanu Reeves y, por supuesto, su papel en la última entrega de James Bond. Antes de eso trabajó con los mejores actores latinos en 'La red avispa' de Olivier Assayas y todo el mundo se fijó en ella en 'Puñales por la espalda', el cluedo de Rian Johnson que se convirtió en fenómeno en 2019. Cuando el nombre de Ana de Armas empezaba a ser habitual en los créditos de secundarios, llegó la oportunidad que ella misma cree que cambiará su vida. Interpretar a Marilyn Monroe, el gran icono americano, en 'Blonde', la adaptación de Andrew Dominik de la biografía ficcionada de Joyce Carol Oates.

El director australiano se había fijado en ella en 'Toc toc', drama de suspense con el que la actriz entró oficialmente en el cine americano. "Ana tiene un talento natural, 'Blonde' no empezó hasta que encontramos a Ana, ella era nuestra Marilyn", cuenta el realizador en conversación con la Cadena SER sobre una película en la que lleva trabajando 14 años. Ella, sin embargo, parece que lleva toda una vida preparándose para ese papel. En el camino encontró muchos puntos en común con la propia Marilyn. "No he vivido experiencias tan intensas y tan traumáticas en la industria como ella, pero creo que fue una película y un personaje que definitivamente me dio la oportunidad de usar todas estas cosas que yo tenía dentro de mí, que no había podido expresar en otros trabajos y, aunque las experiencias no sean exactamente iguales, el sentimiento sí está ahí. Pienso que Marilyn fue una mujer que quería ser valorada como actriz, como intelectual, quería tener mejores oportunidades. Se le dieron todos esos personajes y se la encasilló en un infantilismo sexualizado. Ella realmente podía haber hecho personajes dramáticos increíbles porque creo que era talentosísima. Esa lucha y esas ganas de construir una carrera que es la que tú quieres y no la que se impone, lo entiendo perfectamente, porque he estado en esa situación de una manera u otra. Entonces sí creo que había muchos paralelismos que yo no esperaba y cuando empecé a descubrir el personaje, evidentemente había material de donde sacar", confiesa entre risas la actriz en una charla con varios medios durante el Festival de San Sebastián.

Ella sigue luchando contra las dinámicas de una industria en la que es difícil hacer carrera cuando dejas de ser la actriz joven de moda. Aquí en España nunca le llegaron papeles de madurez, era casi siempre un reclamo para dramas románticos juveniles y ahí quedó encasillada. En EEUU también convive con esa inercia. El estreno de James Bond la ha vinculado al cine de acción y ahora espera que este papel dramático protagonista cambie el relato de lo que puede hacer Ana de Armas. "Haces una película maravillosa o te dan un premio por un personaje y se espera que lo siguiente sea parecido. A veces hay cosas que no se pueden superar, uno no puede competir consigo mismo porque las oportunidades vienen como vienen y lo haces lo mejor que puedes. Tengo ganas de hacer personajes de este nivel y con esta exigencia y fuerza. Aunque esta película la hice hace tres años y luego salió James Bond, todas las oportunidades que vinieron después de 007 han sido más o menos en la misma línea. Me lo he pasado muy bien y ha sido fenomenal y estoy muy feliz de hacer ese tipo de cine también, pero realmente ha sido un poco en la misma nota. Casi siempre pasa eso, haces algo que tiene éxito y te siguen ofreciendo lo mismo. Entonces mi esperanza es que con ‘Blonde’ pase un poco lo mismo, que sea un poco como abrir una puerta a otro tipo de personajes, otros directores, otro tipo de historias que estén como al mismo nivel de esto, porque me dan otro tipo de satisfacción como actriz. Yo le doy a todo, pero también tiene que ser algo que se sienta especial, que tenga ganas de contar esa historia y tenga ganas de hacer eso", explica confiada en que su descorazonadora interpretación de Marilyn le abra un abanico mucho más amplio.

Pese al empeño por demostrar su versatilidad, la actriz, como todo intérprete en el oficio, es consciente de que su trabajo depende de la llamada de otros. Desde su llegada a Hollywood ha asumido esta incertidumbre al igual que es imposible controlar mediáticamente todo lo que rodea a una estrella. Sabe de lo que habla tras el rodaje de 'Aguas profundas' con Ben Affleck y el acoso que sufrió con su ex pareja. "No tardé mucho tiempo en darme cuenta de que es más difícil de navegar de lo que cuentan o de lo que parece. En el sentido de oportunidades y de exposición a trabajo, a talento, o sea, a directores, actores o historias, ese es el lado bueno, creo que sí es positivo. Estás ahí y tienes un acceso mucho más directo sin tantos intermediarios. Todo lo demás es difícil, como en la película todos tenemos una persona privada y una persona pública. Cuando estás en esta posición se agranda todo mucho más y se toman atribuciones que no se deben. Y desafortunadamente está completamente fuera de tu control, es tan difícil conseguir buenos personajes como mantener tu vida privada o tu integridad. Es una batalla perdida tratar de corregir la narrativa. No puedes, es también lo que le pasaba a Marilyn. En aquella época estaban los estudios, te contrataban por diez años, controlaban tu vida, te usaban si querían, estabas a merced de lo que el estudio decidía qué hacer contigo. Ahora yo creo que no es tanto los estudios, son más las redes sociales y los medios los que te te ponen por las nubes o te destruyen en dos minutos. Es un poco una locura", reflexiona.

Casi todas sus palabras la llevan de vuelta a Marilyn pero también a Norma Jean, la mujer que estaba detrás del icono. Ese es el leitmotiv de 'Blonde', indagar y explorar en el mundo interior de la estrella cuando se apagaban los focos. En la niña amenazada por su madre, en la joven que creció en un orfanato, en la actriz deslumbrante que los hombres maltrataban, en la mujer atormentada que se transformaba ante la cámara... La obra de Joyce Carol Oates, finalista al Pulitzer, es una profunda revisión del relato creado sobre Marilyn. En la novela le da la oportunidad de rebelarse, de desafiar en sus pensamientos a un sistema cruel y machista, sin perder esa infantil inocencia. La película de Andrew Domink, sin embargo, aligera esta parte y perpetúa el relato de víctima. Tanto es así que el público y la crítica americana han alabado la actuación de Ana de Armas pero han atacado la película, como si sintieran que tienen que volver a salvar a Marilyn. "Se repite un poco la historia. Incluso le han preguntado a Andrew que cómo había abusado así de Ana, que cómo había puesto a la actriz en esa situación. Hemos hecho coloquios en Estados Unidos y la gente se ha dirigido a mí como Norma Jean. Es bien interesante ver como tienen ese sentimiento de protección y de querer ayudarme y sacarme de las garras del monstruo que ha hecho esta película. Es un poco contradictorio decir que el personaje principal, que está en casi todas las escenas, es maravilloso, pero la película no está bien. Pienso que haber hecho una película donde se continúa perpetuando esa idea de romanticismo y hablar de estas relaciones románticas o personales que tuvo ella de manera tan idílica y perfecta, para mí eso es seguir explotando la imagen de del icono. Creo que se está minimizando y haciendo mucho más invisible a la persona que estaba interpretando ese personaje", responde.

El trabajo de Ana de Armas es espectacular y la coloca desde ya en la conversación para la carrera de premios hasta los Oscar. Su Marilyn es una incursión desasosegante y provocadora en la mujer voluptuosa y de piel lechosa que la industria y el público cosificó y persiguió. Detrás de la actriz de títulos como 'Los caballeros las prefieren rubias', 'La tentación vive arriba' o 'Con faldas y a lo loco', se escondía una mujer vulnerable, meticulosa y obsesiva que se sentía poseída por cada personaje. Ana de Armas no se ha visto tentada a cambiar su manera de interpretar ni de practicar eso que ahora llaman 'el método', mimetizarse con el personaje durante todo el proceso. "Es un personaje demasiado intenso y demasiado complicado como para seguir con él, ya tuve suficiente con las horas que tenía en el set. Hay gente que te pide que hables como Marilyn y es como no, no, esto no funciona así. No puedes compartimentar estas cosas, la voz de su fisicalidad, de sus expresiones, de sus emociones. Era como todo una cosa. O lo haces todo o no lo haces. De otra forma entonces estás como robotizado y haciendo ese personaje una vez más una imitación y un cliché de lo que era Marilyn. La película no se trata de eso, se trata de Norma. Entonces, para mí era mucho más importante estar con los pies en la tierra y de encontrar la verdad y la naturalidad en ese personaje", cuenta sobre su forma de trabajar y profundiza en la explicación.

"Para mí la interpretación es algo bastante espontáneo, no tengo que hacer un sobreesfuerzo para llegar. El esfuerzo y el trabajo está en la preparación del personaje. Ahí es donde está el trabajo, el estudio, por eso disfruto tanto películas en las que tienes tiempo para hacer ese trabajo. Una vez ya estás en el set, eso para mí ya no es trabajo, es hacer. En ese sentido a mí no me requiere ningún tipo preparación o de buscar un espacio en particular para que me dejen sola y entrar en esa burbuja. Para mí actuar es un trabajo de equipo. Tienes que estar ahí con los actores, con el director, con el reparto, no puedes aislarte y hacer lo tuyo, no funciona así. Lo que pasa ante las cámaras, lo que está pasando en la escena, por ejemplo en esta película que es todo tan intenso y con tanto dolor y tanto peso, no es para nada la experiencia que pasa en el set, yo quiero disfrutar eso. A veces tanta inmersión y estar solamente pensando en lo tuyo, te hace perderte la experiencia. Es como los actores que dicen el texto y no están escuchando. Estás muy a lo tuyo y luego no estás entendiendo lo que está pasando a tu alrededor y creo que te pierdes muchas cosas así", deja claro para alejar cualquier narrativa, a lo Joaquin Phoenix, Daniel Day Lewis o Lady Gaga, que sugiera que ha convivido con el fantasma de Marilyn.

El trabajo de la actriz hispanocubana es asombroso por la forma de moverse, la recreación de momentos míticos, las violentas escenas de sexo y el tono de voz. Logra componer su propia Marilyn, ves al icono sin rastro de imitación. Precisamente el tema del acento fue objeto de polémica y puso en evidencia el clasismo y racismo latente en EEUU. "Bueno, por dónde empezar", se prepara Ana de Armas para responde sobre esta cuestión que en el fondo revela cómo ven a las actrices latinas en Hollywood. "Era un poco decepcionante que todas estas críticas y comentarios venían de personas que no habían visto la película. Y además gente que no solamente no había visto ‘Blonde’, sino que no habían visto películas de Marilyn. No solo era descartar mi trabajo, criticándome a mí, critican a profesionales como mi coach de acento y a Andrew. Evidentemente la familiaridad que tenemos con la voz de Marilyn en la voz que ella tenía en pantalla, la voz de Marilyn en su vida real no era así. No soy especialista en Marilyn Monroe, ni me considero la persona que más sabe, pero estudié mucho por respeto al trabajo que estábamos haciendo y te puedo decir con exactitud que la voz de Marilyn cambió muchísimas veces de una película a otra. Tenía distintos coach y en su vida real también tenía ella un coach personal para quitarse el tartamudeo, para sonar mucho más elocuente, de mejores estudios. Esa voz la gente no sabe cómo es. Y también cambió todo en esos años, en la época de Brando, fue un cambio totalmente en la actuación, donde era todo mucho más realista y sin tanta entonación", justifica y sigue para defender que no contempló renunciar a este papel dijeran lo que dijera y que piensa seguir luchando por derribar prejuicios.

"Estos comentarios vienen de gente que busca también la polémica. Con el tema de de ser latina, en mi opinión quien quería oír el acento lo oía y quien no quería oír el acento no lo oía. Y no puedes hacer nada con esto. Muchas veces también oí que decían que cómo podía haber hecho este personaje si era latina y estaba haciendo de un icono de América. A veces estas cosas de la inclusión y de las oportunidades y de dar espacio a las minorías y de representación, es muy importante y estoy a favor de eso. Soy el ejemplo de la lucha por conseguir que la representación sea mucho más abierta y menos encasillada en los personajes que los latinos pueden interpretar. Pero también se olvidan los retos personales y los sueños del actor que está interpretando a ese personaje. Representar a una comunidad y hablar en nombre de esa comunidad es importante, pero también es importante la individualidad y lo que cada proyecto significa, el valor que tiene para ti como artista. Esa oportunidad, dijeran lo que dijeran, no la iba a parar nadie, era un reto personal, un sueño y un crecimiento que me lo debía a mí. Independientemente de lo que haber hecho esta película refleje o inspire o insulte a la gente, es que no se trata solamente de esto, es que el arte se hace por un por una forma de expresión individual y luego dar un mensaje a la comunidad. Pero empieza por uno mismo", incide tras dejar claro durante toda la promoción que éste papel le ha cambiado la vida y no le importa si la gente cambia o no la imagen sobre ella.

Esa imagen, la de una actriz joven y atractiva, es una de las causantes de que su carrera esté siendo también una batalla permanente por demostrar que está aquí para quedarse y va a seguir peleando. "Aunque algunas veces sientes que toma tiempo y que a lo mejor es personal, que es que tú no les gustas, pienso que hay que trabajar. Hay que trabajar y toma tiempo llegar a ganar la confianza y el respeto, son cosas para las que no hay atajos. No son cosas que se exigen, sino que pasan, y pasan con trabajo. Aunque a veces sea frustrante y sientas que estás encasillada, que no avanzas, cuando entonces pasa, te quedas con mejor sabor y te sientes mucho más orgullosa. Tienes detrás de ti un volumen de trabajo y de esfuerzo que valida adonde has llegado o lo que has hecho. No es que no se me haya valorado o tomado en serio. No había tenido la oportunidad de hacer un personaje con esta carga", concluye sin antes admitir, entre largos silencios, que no le haya llegado ninguna propuesta del cine español. "Nada. Pero me encantaría. Me encantaría volver a hacer cine en España. No sé cuál es la idea o cuál es el pensamiento que hay de mí, no sé…"

José M. Romero

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