"Engordar bacterias", la técnica sostenible para sustituir al plástico: "Pueden generar una prótesis o el recubrimiento de un medicamento"

Madrid

Tan solo considerando los residuos urbanos, en 2019, las empresas gestoras recogieron 22.8 millones de toneladas de basura. Acorde a los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), cada ciudadano generó 483.7 kilogramos de restos. La gestión de residuos supone un reto medioambiental. Finalizado el tratamiento de residuos y, a priori también un problema medioambiental, comienza otro reto; cómo minimizar el impacto en los vertederos.

La basura se puede tratar de diversas formas. Por un lado, mediante procedimientos tan costosos como dañinos con el medio, entre los que se incluye el uso de químicos o técnicas de incineración. Asimismo se puede optar por su almacenamiento en vertederos, lo que podría derivar en la contaminación del suelo o de los acuíferos. Y, por último, existe una opción respetuosa. Aplicar las teorías darwinianas.

En su obra 'El origen de las especies', el naturalista inglés explicaba que los animales o plantas mejor adaptadas al medio tenían mayor garantías de supervivencia y, por tanto, de reproducción. Precisamente, en la "selección natural" basa su proyecto Venvirotech. Esta biotecnológica genera plástico biodegradable mediante una técnica propia, el entrenamiento de bacterias.

"Usamos un contenedor, de capacidad modular, que trata el residuo en el lugar donde se genera", explica Patricia Aymà, directora de tecnología de la empresa. Este comedor de bacterias opera en las propias industria por lo que "se evita el traslado del residuo" y los riesgos que supone. Una estrategia muy útil teniendo en cuenta que la industria agroalimentaria puede generar entre "20 o 100 mil millones de toneladas al año", matiza.

800 kilogramos de bioplástico en un día

Este proyecto, que cuenta con inversiones de hasta 13 millones de euros, se basa en el entrenamiento de bacterias. "Hacemos periodos de entrenamiento, les damos comida poco a poco y seleccionamos a las que comen más rápido o producen más plástico", comenta Aymà. Y es que, según la autodenominada "apasionada de bacterias", estas "también comen y en lugar de cualquier almidón, presente en la cadena humana, les damos residuos, que les encantan", añade.

Una vez se produce la ingesta, se obtiene el bioplástico, que no es más que "una grasa interna que les protege". En 24 horas pueden obtener hasta "800 kilos de bacterias y bioplástico". Posteriormente, la separan del agua y de la materia contaminante. "Ellas la llevan en su interior, lo que hacemos es succionarlo desde el contenedor y la llevamos a nuestras instalaciones", comenta la ganadora de innovación social en un concurso de la Comisión Europea.

"Engordar bacterias"

Y además de ecológico, es una técnica circular, pues "la parte mala que dejan estas bacterias se las damos a otras bacterias". Según Ayàs, "se aprovecha todo" en este procedimiento de "engordar bacterias". Además, la empresa fundada en 2018, Integra parte de residuos dentro del bioplástico para obtener una aplicación concreta, como por ejemplo, la cáscara del huevo.

Por último, en Venvirotech se oponen al término "un solo uso". Prefieren "biocompatible", ya que "pueden generar una prótesis o el recubrimiento de un medicamento". Esta innovación es, además una línea de negocio que se centra "en productos de valor añadido". "Es negocio, y con la línea de negocio actual vamos a empezar una campaña de ventas muy fuerte de bioplástico", culmina.