La victoria de Meloni normaliza el regreso del posfascismo en las instituciones

Madrid

Lo más evidente es que la victoria de Giorgia Meloni en las elecciones en Italia es el hito más importante que ha alcanzado el posfascismo en Europa. El probable gobierno liderado por Hermanos de Italia y la pujanza de la ultraderecha en Suecia dan a esta corriente hasta hace nada proscrita en Europa la posibilidad de normalizar su regreso a las instituciones. Le Pen en Francia, Alternativa por Alemania o Vox en España ven en esto una oportunidad.

Esta victoria de Meloni está también llena de interrogantes. ¿Cuál será la primera ministra que nos vamos a encontrar? La de la línea dura que compartía con Vox en sus actos en España o la moderada que hemos visto en la campaña de las elecciones generales en Italia.

En Bruselas existe la esperanza de que los fondos destinados a Italia sean una buena herramienta para suavizar algunas posiciones, pero no deben de perder de vista en la UE que los resultados del domingo no hacen más que ampliar el frente de contestación a la unión... un frente con Roma, Varsovia y Budapest. Es la Hungría de Viktor Orban la que parece marcar el camino que seguirá Giorgia Meloni en sus relaciones con la UE.

Meloni se declara atlantista, cercana a Washington, pero ahora sus aliados son amigos de Putin. Está por ver si se modula la postura de Italia ante la guerra de Ucrania. Entre esos socios está la Liga, cuyo descalabro este domingo también supone un factor de inestabilidad para el nuevo gobierno que no hay que perder de vista.

Meloni se ha beneficiado de ser la única oposición visible al gobierno de Mario Draghi, pero ahora debe asumir el riesgo que supone el poder de gobernar en un escenario tan volátil como es la política italiana.

De momento hay que prestar atención a cómo aplica su agenda compartida con otros ultras en Europa, la de fuera feminismo, movimientos LGTBI e inmigración y con la cruz católica como guía mundial, tal y como dijo la propia Meloni en sus actos con Vox en España.