Política

Aragonès abraza la 'vía canadiense' y propone un referéndum pactado con el Estado

El presidente de Cataluña, Pere Aragonès, ha tildado la propuesta de "acuerdo de claridad", pero desde el Gobierno central se ciñen a la mesa de diálogo y destacan que la situación ha cambiado de forma notable

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, a su llegada al Parlament este martes / Quique García EFE

Barcelona

El presidente de Cataluña, Pere Aragonès, ha propuesto al Estado negociar un "acuerdo de claridad" para pactar un referéndum de autodeterminación, siguiendo la llamada vía canadiense, para la que, antes, tratará de sumar alianzas en Cataluña con actores políticos, sociales, económicos y sindicales. Así lo ha anunciado este martes durante su discurso en el debate de política general que ha arrancado en el Parlamento catalán, cuando ha desgranado su plan para la "resolución del conflicto político", con una propuesta "dirigida al conjunto del país y con vocación de representar a una amplísima mayoría de la ciudadanía".

La hoja de ruta de Aragonès, que según han explicado fuentes del Govern ya ha sido trasladada a JxCat y la CUP, pasa por una propuesta "inclusiva", "escrupulosamente democrática" y "homologable a nivel internacional", aludiendo así a los referéndums de independencia pactados entre Canadá y Quebec o entre Reino Unido y Escocia.

Siguiendo precisamente la vía canadiense, el presidente catalán ha propuesto al Estado un "Acuerdo de Claridad", que "identifique cuándo y cómo Cataluña puede volver a ejercer el derecho a decidir", sumando "el máximo apoyo y la máxima complicidad de la sociedad catalana".

Partiendo de los "aprendizajes" del referéndum ilegal en 2017, el objetivo es implicar al máximo de actores en esa propuesta, que "todo el mundo reconozca el resultado" del referéndum y que se "puedan tejer las complicidades internacionales". "Solo la legitimidad de un referéndum acordado puede sustituir al 1 de octubre", ha dicho, a días del quinto aniversario de aquel referendo.

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A juicio de Aragonès, el precedente de las consultas populares de independencia de hace una década, la consulta del 9 de noviembre de 2014 y el referéndum del 1-O demuestran la "mayoría muy plural" de un "82% de catalanes" a favor de un referéndum. En 2019, dos años después del 1-O, el entonces presidente del Parlament, Roger Torrent, propuso también un "pacto de claridad" inspirado en el de Canadá y Quebec, una idea que se mostraron abiertos a estudiar los comunes, mientras que los sectores más unilateralistas del independentismo marcaron distancias.

Según han explicado fuentes de Presidencia de la Generalitat, la propuesta de Aragonès se ejecutará en dos fases: la primera de ella, a nivel interno en Cataluña, para recoger apoyos y tejer consensos con partidos y actores políticos, sociales, civiles, económicos y sindicales, además de empezar a explorar apoyos internacionales. Y una vez se haya construido ese primer acuerdo y sus bases, que podrían plasmarse en un documento final, se iniciarán las conversaciones con el Estado, una segunda fase que, según avisan esas fuentes, "no será inmediata".

El Gobierno se ciñe a la mesa de diálogo

Posteriormente, la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, remarcó que el Ejecutivo no comparte las "posiciones de máximos" de la Generalitat de Cataluña y así descartó tácitamente una ‘ley de claridad’ como la del Quebec, a la que el presidente catalán, Pere Aragonés, apeló este martes. Además, el Ejecutivo presumió de que "la realidad hoy en Cataluña es bien distinta a la que era hace años".

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Rodríguez tuvo que responder una pregunta sobre el nuevo referente legal alegado por Aragonés en el Debate de Política General en el Parlamento catalán. El presidente de la Generalitat propuso llegar a "un acuerdo de calidad" como dicha norma, que en su día estableció las condiciones que debería cumplir un referéndum de autodeterminación en Quebec, la provincia francófona de Canadá.

Aunque explicó que no había "tenido ocasión de escuchar esa propuesta", la portavoz recordó que "el marco en el que se mueve el Gobierno en sus relaciones con la Generalitat es esa mesa de diálogo", donde según ella se sigue "avanzando en aras de la normalización".

En dicho foro, explicó Rodríguez, los independentistas "mantienen sus pretensiones de máximos que no son en absoluto compartidas por el Gobierno", pero que "lo que ha cambiado" desde 2018, "en interés de la sociedad catalana", es que, dejando aparte estas discrepancias, ambas partes se hacen "cargo de que tenemos que seguir preocupándonos por el conjunto de los españoles", incluidos los catalanes.

Siguiendo en esa tónica, reflexionó que "avanzar significa normalizar, recuperar prioridades", y por eso quiso ensalzar el plan social que Aragonès presentó hace unos días. "Hoy la ciudadanía, más que nunca, precisa de responsables políticos que nos dediquemos a las cosas importantes, a las cosas de comer", comentó. Un objetivo al que también, tal y como aseguró, "es a lo que se dedica fundamentalmente este Gobierno".

"El primer paso del cambio siempre es un no": Aragonès no se rinde

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, señaló este martes que cree que La Moncloa no ha tenido la oportunidad de analizar la "profundidad" de su ‘acuerdo de claridad’ con el Estado, tras el rechazo de la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, a esta propuesta.

Así lo indicó Aragonès durante su intervención en el Debate de Política General que se está celebrando en el Parlament catalán, después de que la portavoz de la CUP en esta Cámara, Eulàlia Reguant, criticara que el Gobierno de España "no ha tarado ni 30 minutos en descartar" la citada propuesta. En este sentido, comentó que si alguien espera que una propuesta que permita a los ciudadanos de Cataluña "votar y decidir sobre futuro después de 30 minutos de formularla tendrá un sí de La Moncloa" que haga "las propuestas que quiera", pero "no conseguirá" que “ninguna de ellas” lo tenga.

Aragonès explicó que "el primer paso del cambio es un no siempre", por ello apostó por "persistir". En este sentido, destacó que ese es su "compromiso" y aseguró que "no se dará por vencido" por una posición del Gobierno hecha "30 minutos después" en los cuales no habrá tenido tiempo de analizarla.

A su vez, el presidente catalán afirmó que se trata de una "buena propuesta" y señaló que es una "oportunidad" de defender el proyecto de la independencia de Cataluña en un marco "democrático". También de "apelar a la democracia y el voto" y eso, según Aragonès, "siempre es bueno” porque en este camino se puede encontrar "muchísima gente". "No lo tenemos que desaprovechar", agregó.

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