Ansiedad e inseguridad, las consecuencias de una semana sin móvil en los jóvenes: "En consulta usamos el mismo vocabulario que en una adicción de sustancias"

Madrid

"Reloj no marques las horas, porque voy a enloquecer". Este clamor corresponde al mexicano Roberto Cantoral y a quienes lo han versionado su bolero 'El reloj'. Y es que lo que canta el corazón lo confirma la propia ciencia. En su postulado más universal, la Teoría Especial de la Relatividad, el físico alemán, Albert Einstein, argumentaba que el tiempo difiere de la posición del observador.

Ya lo marque un reloj digital, analógico o, incluso, de arena, cinco minutos son 300 segundos. Pero lejos de su paradójica condición de irrefutable, la percepción de ese periodo temporal varía se se trata de usted o de quien les escribe. Y con diferencias abismales cuando ese "ratito" transcurre sin un teléfono móvil en las manos.

Según un estudio realizado por la Universidad de Málaga, una semana sin móvil supone estados de ansiedad, inseguridad y dependencia. En el experimento han participado un total de 97 jóvenes, con edades relativas entre los 15 y 24 años, que recogían en un diario su estado de ánimo. Este proyecto pionero en Europa también constaba de una fase previa de tres meses, en la que se monitorizaba sus hábitos de uso.

En este estudio, en el que colaboran universidades como la Complutense, la Miguel Hernández de Elche, la de Viena o Beira Interior, ha participado Lorena. "La primera sensación fue extraña", comienza explicando. "Te sentías rara al ser la única sin móvil, luego fue el agobio y el estrés por no poder solucionar cosas de forma rápida", declara antes de narrar que, con el paso de los días, se fue adaptando "hasta encontrar la parte positiva".

Uno de esos puntos a favor, según ella, ha sido recuperar la "relación cara a cara", que había perdido por completo. "Los días que he estado comiendo en familia tenía conversaciones sin mirar el móvil", recuerda. Un hábito que, asegura, "había dejado de hacer".

Un reflejo de las consultas

Gabriela Paoli es autora de 'Salud Digital: Claves para un uso saludable de la tecnología'. Para la psicóloga "es un estudio interesante" que "saca a la luz el verdadero uso que hacemos". "Tomando consciencia podemos llegar al autocontrol y ver qué tipo de relación queremos con nuestro dispositivo", matiza.

Esta radiografía de la Universidad de Málaga refleja, en sus propias palabras, "lo que vengo trabajando en consultas: ansiedad y agobio". Uno de estos comportamientos es el propio síndrome de abstinencia, que bien se asemeja a la terminología empleada en otras adicciones. "Es el mismo vocabulario para una adicción de estupefacientes y supone las mismas consecuencias tanto cognitivas como locomotoras", alega.

"Efecto rebote"

Para evitar el llamado "efecto rebote", apunta, "no tiene que haber una retirada sino un aprendizaje que consiste en liderar esta situación". En este caso supone "otro tipo de desenganche", ya que "es más fácil porque solo tienes que buscar otras actividades que te produzcan un placer más suave".

El perfil es muy variado- "Hay muchos factores, depende de si vives solo, en pareja o, incluso, si tienes pareja", comenta antes de matizar que "lo importante es retomar el control para que no se vuelva un agujero negro en el que se va nuestro tiempo y nuestra salud". "Hay diferencia entre uso, abuso y dependencia", culmina.