En un acto de carácter solemne, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha presidido la ceremonia de anexión de los territorios ocupados por Rusia en Ucrania. La ONU, la OTAN y la UE ya han condenado estas anexiones «ilegales» por las que impondrán nuevas sanciones. En los últimos días han tenido lugar referendos ilegales en Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia. La ceremonia se ha celebrado en la sala de San Jorge del gran palacio del Kremlin. En esta misma sala se firmaron los tratados de anexión de la península de Crimea en 2014. A partir de esta ceremonia oficial, cualquier ataque en uno de estos territorios será considerado un ataque contra Rusia, según ha avanzado el Kremlin esta mañana. «Las repúblicas de Donetsk, Lugansk, y las regiones Jersón y Zaporiyia ha celebrado elecciones. Conocemos sus resultados. Los ciudadanos se han pronunciado claramente y hoy firmamos el tratado de unión a nuestra Federación Rusa», ha iniciado el presidente ruso, Vladímir Putin, su intervención en el Kremlin en la ceremonia de anexión de los territorios ocupados rusos. «Este es el deseo de millones de ciudadanos y es su derecho», ha añadido. «Es su derecho que aparece en la primera cláusula del estatuto de la ONU en la que se habla de la autodeterminación de los pueblos”, ha expresado. Además, ha querido dejar claro su intención de defender »nuestra tierra con todas las fuerzas y medios a nuestro alcance y haremos todo lo posible para garantizar la seguridad de nuestra gente. Esta es la gran misión liberadora de nuestro pueblo”. Las consultas no tienen validez ni reconocimiento internacional ya que han tenido lugar en tiempos de guerra, con la población exiliada y sin ningún margen ni tiempo. Los territorios ocupados anexionados de forma ilegal por Rusia representan el 15% del total de Ucrania y tienen un tamaño similar a Portugal. Moscú orquestó referéndums en las cuatro regiones que ahora reivindica como propias, en un contexto marcado por las derrotas militares sobre el terreno tras la contraofensiva ordenada hace un mes desde Kiev. La anexión llega precedida también de una movilización parcial con la que las Fuerzas Armadas rusas aspiran a convocar a decenas de miles de reservistas. Putin ha dicho que no hay vuelta atrás en la anexión de los territorios ocupados en Ucrania y ha exigido a Kiev “un alto el fuego inmediato y el regreso a la mesa de negociaciones”. Aunque el dirigente ha subrayado que «Rusia no abordará en las conversaciones la devolución de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia». En su discurso ha asegurado que la desaparición de la URSS en 1991 “fue un desastre nacional” perpetrado “por las élites contra la voluntad de la población”. El acto comenzó con un momento de silencio en homenaje a los combatientes muertos en la ofensiva sobre Ucrania. Diputados, senadores, miembros del Gobierno y otras autoridades como el alcalde de Moscú y el presidente checheno han aplaudido al unísono. Los líderes de la Unión Europea han expresado este viernes su condena de la anexión rusa de las regiones ucranianas de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, señalando que socavan el orden internacional y es una violación de la independencia, soberanía e integridad territorial de Ucrania. En un comunicado a nivel de jefes de Estado y de Gobierno, la UE avisa a Moscú de que responderá con más sanciones a la maniobra rusa para anexionarse territorios en Ucrania y reafirmar que mantendrá el «fuerte apoyo» a Kiev en materia financiera, militar y económica. «Fortaleceremos las medidas restrictivas para responder a las acciones ilegales de Rusia, que incrementarán la presión contra Rusia para que ponga fin a su guerra de agresión», ha apuntado el comunicado. Putin ha incorporado en su discurso numerosas alusiones a otros temas al margen de lo estrictamente bélico, desde una defensa de los valores familiares conservadores a críticas al sistema capitalista, en especial en lo referente a la crisis energética y alimentaria mundial, de la que el presidente ruso se ha autoexculpado. La crisis energética deriva de «muchos años de políticas equivocadas» por parte de Occidente, según Putin, que ha negado que se pueda a acusar a Moscú de «todos los desastres» del mundo. En su opinión, los problemas relativos a la energía comenzaron «mucho antes» de lo que él sigue describiendo como una «operación especial» en Ucrania. El presidente ha vinculado a los países «anglosajones» con el sabotaje a los gasoductos Nord Stream, ya que habrían ayudado a «organizar explosiones» en las tuberías que discurren bajo el mar Báltico. El Gobierno ucraniano, en cambio, ha culpado a Rusia de este incidente.